Confucio y Fidel. ¿Del Despotismo ilustrado?

Escrito Por: Hugo Neira 2.057 veces - Dic• 16•14

Como se sabe, el Premio Confucio 2014 se lo han dado a Fidel Castro. La prensa mundial dice que recibió también una estatuilla, y tal vez unos 14’000$, como al del 2013, el maestro zen Yi Cheng, líder de budistas chinos. El premio sería la respuesta de Pekín al comité noruego que le otorgó el Nobel de la Paz al encarcelado disidente Liu Xiaobo. Esto no es la guerra fría. Y lo que vuela de un sistema a otro, son misiles simbólicos. Voy a comentar ese premio. No espere el amable lector el balance histórico del castrismo, no ahora. Tampoco panegírico ni diatriba del nuevo capitalismo de Estado en China.

El premio me ha puesto en dos lugares del pasado. En la Cuba de los años de esplendor, a la que fui muchas veces por asunto de Estado y por escritor, tras ganar el Premio Casa de las Américas. El otro lugar es el Pekín de la viuda de Mao. Un viaje de tres peruanos, Hernando Aguirre Gamio, Raúl Vargas y servidor. Viaje prolongado, de estudio. A Raúl le interesaba la educación, a mí el gobierno en cada aldea. Algo no ha cambiado. El valor del conocimiento, el de Occidente y el de su propia cultura.

Ese Premio ¿es un mensaje a Occidente? Ustedes tienen un Nobel, nosotros otro. Y más que a Occidente, a USA. Parecen decir sí, somos capitalismo, pero no el mismo. La China actual compra la deuda americana, son acreedores pero no socios internacionales. Han premiado también a Vladimir Putin.  Ahora bien, ¿por qué con ese signo a Castro? Confucio detestaba la violencia. Fue pensador, pedagogo, todo salvo guerrero. Sí lo es Fidel. Cercano a un condottiero del Renacimiento.  Confucio vivió en una era terrible de China (551-479 a.C.), de «reinos combatientes». Paradójicamente, aquel desorden produjo varias escuelas de moral —taoístas, budistas— y son los confucianos, tres siglos después, quienes llegan a ser la escuela oficial. Ellos proveen de letrados venidos del pueblo a varias dinastías —Sui, Tang, Song, Yuan, Ming y Qing— y el resultado fue una admirable administración. De mandarines. Fueron dos milenios de estabilidad. Quizá eso es lo que quieren premiar. En cabeza ajena.

Vamos a ver ¿la enorme China actual no es acaso manejada por unos 85 millones de miembros del Partido? ¿No es eso el mandarinato de nuestros días? ¿Y no es Cuba un país de gente culta? Y no hago el elogio de un régimen sin libertades pero ocurre que ciertas cifras deben tenerse presente. Cuba tiene un gasto público en educación de 13,6. México, 5,5. Brasil, 5,1. Argentina, 4,5. Chile, 3,2. Un amigo muy inteligente y liberal (los hay) me decía hace poco: «¿Para qué sirve la alta educación que tiene Cuba si no tienen empleo?» Sin duda, hoy no, pero mañana Cuba dará un salto tremendo.

El cubano de calle es alguien culto. Durante decenios, y por razones de Estado y manipulación política sin duda, con todo ha habido un gasto brutal en innumerables eventos musicales, cine, literatura, y carreras científicas. Justamente estos treinta últimos años en que hemos destrozado la educación y desculturizado a generaciones enteras, Cuba cuenta en cambio con un capital humano para el desarrollo que les salga de los forros. Por ahora el negocio privado está reapareciendo, en La Habana unos 473 mil autónomos, según un diario europeo. Pero a unos nuevos empresarios se les ocurre un perfume que lleve el nombre de Ernesto y Hugo. «El primero recio y dulce. El segundo suave y afrutado». La guardia vieja en el poder fulminó el proyecto. Dios, ¡los viejos stalinistas!

Publicado en El Montonero., 15 de diciembre de 2014

http://elmontonero.pe/columnas/2014/12/confucio-y-fidel-del-despotismo-ilustrado/

 

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