Gastroenteritis y pujos golpistas (de civiles)

Escrito Por: Hugo Neira 1.649 veces - Jun• 09•15

Me pasé la semana con una gastroenteritis. Fuimos a emergencia de una clínica y el médico urgentista, luego de pasearme el estetoscopio por el vientre, me mira y me dice “hay mucho ruido”. Y receta los medicamentos adecuados. Lo del vientre tumba a cualquiera. Sin embargo no dejé de dar clases pese a los retortijones. Un malestar es una provincia del cuerpo que se rebela. Incluso di una entrevista, pese a la fiebre, a Juan José Garrido para Perú21. No piense el lector que contraje el virus en algún restaurante. No soy de los que pierden el alma por la gastronomía. Aprecio que la peruana sea estupenda, y punto. ¿Dónde la pesqué? Ni idea. Eso pasa cuando se vive en una megalópolis como Lima, parte de la sociedad vive en la higiene, y parte no, en la miseria.

Con el correr de los días me fui sanando y lo del “ruido” se me quedó como símbolo. Lo traduje a mis categorías. ¿Ruido en el vientre? Sistema cerrado. Y pensé, menos mal que no tenemos varios estómagos. La vaca ¡sí! Y al toque me acordé: panza, bonete, librillo y cuajar. Tercero de primaria en la escuela pública 429 de Lince. Sí, pues, pedagogía de las de antes, memorística. O sea, de puta madre. Miren cómo me acuerdo. Los pedagogos constructivistas se pasaron de la raya. No es bueno el exceso de memorismo pero no se mejora la educación sacando cursos como ustedes lo han hecho de historia peruana, geografía, literatura, física, química, gramática, lógica y educación cívica. Era un atracón. Hoy les dan a los menores de edad pastillitas. Y por eso triunfan en Pisa.

El ruido. Todo es susceptible de descomposición, hasta las naciones. Venezuela de Maduro, pones el estetoscopio, y “mucho ruido”. Y el partido TyL por el ruido expulsa a Gutiérrez, el de las lentejas indigestas.

Los retortijones gubernamentales por compras lujosas con tarjeta ajena, los fiscales de la nación que terminan expectorados, los presidentes regionales que intoxican un departamento entero, los asesores que acaban en fugas que parecen el París-Dakar por su velocidad y por atravesar territorio de países hermanos, todo eso es “ ruido interno” y si no fuera por el saludable estetoscopio de la prensa y los medios, no se expulsarían los fluidos que fermentan. Muchos dicen leer los diarios “tapándose las narices”. Pero eso es precisamente la salud de nuestro tiempo, no permitir “sistemas cerrados”. Claro que huelen mal. En Lyon conocí a un médico que estudiaba las heces. Te escuchaba con paciencia de cura de otra época. Luego te pedía deposiciones. Y las examinaba, minuciosamente, casi diría con amor. Al final te decía tu vida y hasta la de tus padres y amigos. Las heces –como las primeras planas con noticias horrendas– son reveladoras. Una gota de sangre posee información formidable. La mierda también. Panza, bonete, librillo y cuajar. No tenemos cuatro estómagos pero sí fuerzas políticas con entripados. En Palacio, no les parece saludable el flato. Sin embargo, nos pone a salvo. Prensa y medios son la lavativa o enema de las sociedades democráticas.

Ciertos expedientes en el Ministerio Público pueden volverse una peritonitis: vacancia o golpe de estado. Años atrás dije: «No votaré por Ollanta Humala ni con una pistola en la sien» (La República, 02.06.11). Hoy digo: eligieron a Humala y se lo deben bancar hasta el 28 de julio del año próximo. Pero Madame Gran Transformación, novia despechada, ahora quiere vacancia. Un par de opinólogos hablan de ello con aire de doctrinarios moralistas, en realidad desean lo uno o lo otro. Qué bien les vendría otra Transición, incluso cortita, para aterrizar en ministerios y embajadas. Temen quedarse sin mamadera hasta el 2021. En eso piensan, y ¡al diablo el país! O mejor, la patria al baño.

Publicado en El Montonero., 8 de junio de 2015

http://elmontonero.pe/columnas/2015/06/gastroenteritis-y-pujos-golpistas-de-civiles/

 

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