Diálogo entre analistas

Escrito Por: Hugo Neira 1.855 veces - Jul• 20•14

Diálogo entre analistas

El diálogo difícil

            por Jorge Nieto

 

«Pensaba escribir sobre otra cosa. O sobre lo mismo pero de otra manera, al fin, las obsesiones son eso, el asedio constante de la mismidad. Como las calles, los barrios y la ciudad de aquel poema de Cavafis: los llevamos dentro. En eso estaba cuando el artículo de Hugo Neira me obliga a la conversación. Digo obliga. Y sí. No hay manera de no hacerle caso a este señor al que el Perú le debe en unas crónicas periodísticas uno de los más incisivos análisis políticos del siglo XX: Cuzco: Tierra y Muerte. Para decirlo rápido y para quien entienda: es nuestro andino 18 de Brumario. Se que ha escrito mucho más. Y bien. Pero yo me quedo con ese que leí en la rústica edición de Populibros: aun puedo oler el dolor ciego de la multitud quechua cuya cresta serpenteante resbala de los cerros para el entierro de Emiliano Huamantica en el ombligo del mundo.

Pero me desvío. Quede allí. Era otra época y otro mundo. ¿Otro mundo? Acaso no. Quizá los mismos hayan seguido resbalándose hasta instalarse en los arenales de Lima, donde a punta de “rescates” produjeron una formidable transferencia de renta urbana. Y con base en ella, y en una ética del esfuerzo que hace converger productivamente el individualismo con el camachico y la unidad familiar, han logrado todo eso que ahora son las industrias y servicios de los pujantes conos.

¿Otro mundo? Acaso sí. La duda cabe sobre todo si a quien mejor les entendió en su hábitat andino, y les hizo cantar, bailar, luchar, llorar y hablar, Arguedas, se le hizo difícil seguirles el paso en el mundo costeño y en el laberinto múltiple del mercado y de la vida urbana. Porque aquellos de los Andes, sindicalistas, estudiantes y campesinos, eran finalmente subsumibles en un relato cultural ya construido. Desde este enfoque importa más su matriz, y menos si era aprista o socialista.

Pero estos, a los que el marxismo encontró al pasar discutiendo sobre el ejército industrial de reserva y la marginalidad, a los que diagnosticó como una de las transitorias vías de la aculturación y en los años 80 reconoció como una identidad cultural que llegó para quedarse, con una notable fuerza expansiva y de reconquista chola. Estos, a los que se ha dado en reducir como emergentes, atendiendo únicamente a la ruta que siguen en la escala social o, al menos, en la del consumo. ¿Son los mismos… o ya no? Son. Porque la poesía que los/nos envuelve es la misma. Y a la primera llamada esa gasa sutil que es la identidad se transforma en una aleación potente, que ha sido la que ha organizado las lindes políticas de las últimas décadas, más que las ideologías.

Lo que he dicho en «La Otra Transición», pero no menos, es que hay un hartazgo moral que puede hacernos transitar a una democracia mejorada, digamos, una democracia 2.0. No que vayamos hacia allá de todas maneras. Solo que es un escenario posible desde el cual también podemos pensar el proceso peruano actual. Claro, para que ello ocurra, el hartazgo moral de los jóvenes intermitentemente movilizados, y algunos periodistas, procuradoras o políticos, debería dialogar con la impaciencia, también moral, de quienes han aprendido que su ética del esfuerzo ha vencido en unos mercados que todavía siguen siendo, en mucho, de opresión mercantilista. Y ese diálogo debe, además, volverse política. ¿Es esta una visión posible?»

 El Montonero., 15 de julio de 2014 < http://elmontonero.pe/columnas/2014/07/el-dialogo-dificil/>

Artículo mío de referencia:

http://elmontonero.pe/columnas/2014/07/izquierda-y-derecha-unidas-jamas-seran-vencidas/

 

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