El odio a la inteligencia y a los ilustrados. De 1822 a nuestros días

Escrito Por: Hugo Neira 1.736 veces - Dic• 21•15

Esta mañana, antes de escribir esta crónica, me entretenía en hojear documentos antiguos destinados a un trabajo que no tiene que ver con la coyuntura presidencial del 2016 cuando me doy de narices con Sánchez Carrión, el primer tribuno republicano, texto de 1822. Y de chocante actualidad. En efecto, le asombra a Raúl Porras Barrenechea, « … constatar la exactitud de sus observaciones sobre el carácter peruano y la fijeza psicológica de éste transmitida por la herencia. Apuntaciones de actualidad parecen estas sobre el oportunismo criollo» (dixit).

¿Qué decía aquel peruano para llamar la atención del historiador Porras y la nuestra? Lo siguiente: «En primer lugar hemos heredado de nuestros antiguos señores el detestable espíritu de pretenderlo todo y, de consiguiente, todas las formas de que es preciso vestirse para conseguir el fin, conviene a saber la bajeza, la adulación y el modo de conseguir con las flaquezas del que puede o debe conceder la gracia, creyéndonos aptos para todo, poco premiados con cuanto nos dan y dignos del empleo más eminente, aunque faltan actitudes y por más que la comunidad se perjudique con nuestra colocación». Comprensión lectora: colocación, o sea, ¡la Presidencia!

No es texto de encontrar en un diario de hoy y colgado en un kiosco. ¡En una pluma de hace dos siglos! ¿Y vamos a festejar el Bicentenario? ¿Cómo, si la historia peruana es inmóvil? Sencillamente vemos en el candidato Acuña la repetición de las viejas astucias: clientelaje, repartija. No hay duda, tenía mucha razón el moralista limeño que dijo que en el Perú no hay que comenzar el día preguntando qué hay de nuevo sino qué hay de viejo.

Cuando me iba a perder en el laberinto de viejas y nuevas mañas, me llega un mail de un amigo que reside en el extranjero. Se ha labrado una carrera brillante y meritoria, y como muchos de los 3 millones de emigrados, nos sigue y observa. Le pedí la autorización de publicar su carta, guardando su anonimato. El texto lleva las comillas de rigor.

«Hablando de mis percepciones electorales te diré, Hugo, tienes razón, Acuña es una pesadilla pero lo es porque puede pasar a segunda vuelta, por ahora tiene más aciertos que errores, y disfruta el efecto ‘teflón’ es decir que no se le pegan las críticas. Tiene el beneficio (que antes tuvo el Cholo Toledo) de ser el tipo común y corriente (más lo segundo que lo primero) pero justamente lo hace parecer al alcance de todos. Lo contrario de PPK quien tiene una campaña estática e insípida (además de tacaño por no pagarle a Favre). Creo que en la siguiente encuesta lo puede pasar. Ya muchos se lo olieron así y engrosan sus filas, cuadros importantes, que pueden armar una campaña razonable bajo las órdenes de Favre. Lo terrible de esto es que creo que detrás de su ‘plata como cancha’ es la presencia del narcotráfico. No creo que Acuña discrimine de donde viene el dinero de su campaña.

Debo decirlo pero no le veo muchas posibilidades a la ‘alianza popular’, atraerá el voto duro de ambos segmentos (no más del 10%) pero el rechazo de los que son antipartidos (la mayoría de votantes) y la lápida de los narcoindultos es muy pesada (el electorado no es tan irracional como puede parecerlo). Creo que la más perjudicada es Lourdes, la entierra como líder nacional (bueno ya estaba semienterrada). Paradójica lideresa, destinada a nunca ganar por una cabeza, la maldición de Abraham, una alegoría del infierno: tener el alimento al alcance de la boca y no poder comerlo.

Keiko debe enfrentar el castigo edípico, si logra superarlo con valentía racional y emocional será presidenta, si titubea o comete un error solo pasará a segunda vuelta. Su error costará tener a Acuña como presidente.»

La mirada realista del amigo bien parado en el siglo XXI y “las aspiraciones serviles dignas para ser vasallos y no ciudadanos”, del Solitario de Sayán. ¿El pasado, eterno presente? ¿Para cuándo la independencia de nuestros propios defectos?

 

Publicado en El Montonero., 21 de diciembre de 2015

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