Buen hablar y buen gobierno. El de Bolivia

Escrito Por: Hugo Neira 1.912 veces - Jun• 02•15

Varias palabritas me tumbaron esta semana. La primera fue la de la ‘venia’. Y pensé escribir sobre eso, un giro tan monárquico¡! Pero se me adelantó Federico Salazar en El Comercio, y por si fuera poco, una caricatura de Carlín: vestida de Emperatriz Nadine, rodeada de chambelanes de traje rojo con golilla virreinal. Nada de “polos rojos”, mi querido Carlos Meléndez, Lima sigue siendo Corte. La otra fue la de “no está magullado”. Comenzaré por esta.

A mí, sinceramente, del show de esta semana, me impresionó –como supongo al amable lector– la eficacia de la policía del país hermano de Bolivia, qué duda cabe, también el lenguaje de su ministro de Gobierno, Carlos Romero. Sobre el estado de salud de Belaunde, a la letra «no está herido, no está magullado, no tiene ni un rasguño que dé cuenta de que ha sido objeto de presión, violencia, o de nada que se le parezca» (La República, 29.05.15). Magullar quiere decir contusionar, herir, lastimar, lesionar, lacerar, maltratar. Un alto funcionario peruano difícilmente, hoy en día, lo habría usado. Hubiera dicho: «esteeee no tiene golpes», eso en el mejor de los casos. En el peor, alguna leguleyeda, «no se le nota señales a efectos de un agravio», o algo por el estilo. Admiren, hermanos, el estilo preciso del ministro boliviano, cómo dice varias veces ‘no’. (Este es un asunto para Moisés Lemlij, Max Hernández, o Mati, porque los peruanos no podemos decir, conversando, ‘no’. O rara vez).

Ahora bien, la Corte está patas arriba. El bucanero Belaunde Lossio, que se disponía a ir al país de Sandokán, ha sido detenido por la eficaz policía de un país vecino que no tiene mar pero cuyo Soberano nada en otras aguas, las de la razón razonante, y nos ha dado una paliza legal, y déjense peruanos de bizantinismos. Sin más, a la frontera, el bulto, toma y llevátelo ya. La exquisitez de Torre Tagle y el Ministerio Público planeaban una entrega para este 12 de junio. Pero los toscos aimaras y el propio Morales entregando presos. Menos mal que tenemos un hombre fino en Palacio que acaba de declarar: «Acá en el Perú, los presidentes no vamos a recoger presos». Así se hace, Presidente Humala, todavía hay clase¡!

La ‘venia’ fue un lapsus. Gracias maestro Freud. Una voz que no viene de la lengua sino del insconciente. Quiere decir dar permiso. “Con la venia de su Señoría”, en los juzgados. Pero Nadine Heredia no es abogada. A estos se les escapa a cada rato ciertas expresiones, “a efectos de”. A mí, personalmente, me matan. Pero la dama de la que hablamos, con todos mis respetos, no es jurista. ¿Entonces? Federico Salazar dice que ese uso equivale a potestad. Pero de nuevo me pierdo. La potestad la tiene la autoridad, el Papa, el Rey, el Presidente. O un alto funcionario estatal. Pero ella no es funcionaria. Lo de Monarquía, ¿por qué no? Es lo que quería San Martín. Pero el caso es que no somos un Reino. No somos ni Inglaterra, ni Holanda. Somos una República, o al menos eso parece que se intenta desde hace la friolera de 194 años. No lo es del todo. Muchos se creen por encima de las normas; por ejemplo, ir a una comisión del Congreso para no responder. Dicho sea de paso, qué mal la comisión y la prensa especializada, no dicen con claridad cuáles eran esos puntos que la ciudadana mencionada se negó a responder.

¿No podría venir el ministro boliviano a dar unas cuantas clases de semántica? Uno dijo que los médicos, al examinar a Belaunde Lossio, «habían determinado su estado de salud». No habían determinado nada, señor. Habían constatado, verificado, comprobado. ¡Dios del cielo! ¡Qué nivel de Pisa tienen algunos!

Publicado en El Montonero., 01 de junio de 2015

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