Conciencia y falsa conciencia

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Sabatina, 28 de diciembre del 2002


De la pluralidad de los mundos

 

Hugo Neira


Un científico y un humanista conversan. Sin ecuaciones es difícil explicarse, dice el primero. Inténtalo dice el filósofo, y luego veremos si la ciencia altera mi sentido común.

– De acuerdo, dice el científico. El universo es el conjunto de lo que existe, la palabra misma expresa dos cosas distintas, versum, hacia algo, y uni, la unidad. Esto último es lo más difícil ¿cómo podemos concebir un objeto sin algo que lo aísle, sin una frontera?  Pues bien, hace siglos que los astrónomos hemos abandonado lo que llamamos "el punto de vista de Dios", en sustitución, tenemos representaciones. La más ingenua es la de Newton, la de Laplace, un espacio vacío, infinito, repleto en parte de materia. Bajo esa representación diversas civilizaciones, desde los babilonios, ubicaron los planetas, el sol, y la nuestra, desde el XIX, las galaxias, y se midió la luz, y ahí comenzó la perplejidad. William Herschel, fue el primero en percatarse que la luz de los astros tardaba millones de años en llegarnos, es decir, cuanto más profundo era el universo, más se extendía el tiempo.
– No veo en que se alteren los criterios corrientes, dice el humanista.
– La concepción actual del universo es muy distinta de la precedente. Hasta hace poco nos movíamos en un Universo de cuatro categorías: espacio, tiempo, materia, energía. E=mc2  lo cambia todo. Tiempo y espacio son una sola entidad. Como sabes, la deformación del espacio por la masa, formulada por Einstein, ha sido observada, el tiempo se deforma en los viajes espaciales, este principio se aplica en los
GPS (Global Positioning System) de los aviones. Las ecuaciones de los físicos, no son una quimera, son una realidad. Y el vacío cuántico está lleno de energía.
– ¿En qué medida cambia mi visión del mundo? insiste el humanista.
– Un poco de paciencia, ya llegamos. Como sabes, la micromateria no se comporta con los criterios de lo real conocido. Ante micropartículas que reaparecen, la única posibilidad lógica que nos dejan es que remontan el fluir del tiempo. Pero eso no es todo. Como sabes, hace un tiempo que al Universo, abierto o cerrado, se le busca otro modelo Standard. Hemos llegado a un modelo provisorio. "El Universo en forma de cuerdas". El físico calla. Y luego prosigue: la percepción del río del tiempo que fluye hacia el futuro no es sino una ilusión, la de nuestros sentidos, el Universo sería múltiple, ocupado por infinitos mundos paralelos que se ignoran. Las cuerdas hacen pensar a nuestras grandes ciudades cuyos trenes subterráneos, el metro, van veloces a niveles distintos.
– Me estás pidiendo que renuncie a la idea de la realidad tratada como una ilusión. ¿No deliramos?
– El científico prosigue. No, nuestro mundo es real, el tiempo horario corre para todos, pero debemos admitir, por insensato que parezca, al lado de esa realidad, la probabilidad de otras realidades. La hipótesis del universo en cordones es de once dimensiones, por lo menos.
– La pluralidad de los mundos, silba el humanista. La vieja idea de Fontenelle, 1686 si no me equivoco.
– Un divulgador de Copérnico, pero yo te hablo de modelos matemáticos, dice con aire de perro apaleado el científico. Es una pena que no me puedas seguir si acudo a las ecuaciones.

Este diálogo es libre imaginación, pero el humanista es real, se llama Jean-Claude Carrière, escritor, filósofo, especialista de la India contemporánea y el científico es Thibault Damour, físico teórico, miembro de la Academia de Ciencias. Un libro con sus conversaciones acaba de ser publicado por Odile Jacob, París.  De su lectura uno sale como de un rapto por visitantes de Ganímedes, que luego de explicarte la existencia de una multitud de mundos, te devuelven a la imperfección de los sentidos y lo estrecho de nuestras certezas. Curiosamente, ese Universo múltiple me provoca una gran paz interior. Si hay once dimensiones, acaso hay once posibilidades en la  historia. En una de ellas, Fujimori no llega al Perú en brazos de la madre. En otra, Haya de la Torre funda en el XVI una orden franciscana cismática y no un partido. En la siguiente, Colón se demora y son los Incas que invaden España y la civilizan. En otra, Túpac Amaru I vence y el Perú es, desde hace siglos, un Reino Indo-mestizo. En otra, Abimael Guzmán tiene un destino chileno y subleva con gran éxito a los araucanos.  La serie es infinita, puesto que el Universo es plural e infinito. Alá es misericordioso.

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Sabatina, 02 de noviembre del 2002


Glosas

 

Hugo Neira


Una glosa es comentario y variación sobre un texto o tema. En el caso de las dos primeras, de sendos editoriales. La tercera, de un libro, aún no traducido, sobre el Islam.

Golpiza a periodistas (La República, 26/10).  Bien hace este diario en indignarse por la agresión sufrida por colegas en la Plaza del Congreso, y hay sorpresa y sospecha que esto ocurra justo cuando la SIP anda por casa. Pienso, sin embargo, que varazos y gases lacrimógenos poco tienen que ver con quien gobierne, es uso y abuso que viene de atrás, de Benavides a Odría, y de mucho antes, es costumbrismo, parte de nuestras tradiciones. Todos sabemos, no obstante, que en democracias avanzadas, sin duda canadienses o europeas, la policía protege a los manifestantes. Decirlo resulta casi exótico, pero a ello debemos aspirar para un Perú distinto, si cabe. Del editorial comentado se me queda en las orejas una frase del comandante PNP Luis Stein Flores ofreciendo cinco días de franco "al que le traiga un periodista". Que el lector no piense mal, no le tengo tirria alguna a los uniformados, a raíz del " olorado Neira", un guardia civil que conocí. Colorado se le dice en el medio popular a los peruanos que salen medio blancazos. El referido era mi padre, o sea, soy hijo de cachaco, de tombo, de los de esquina. Conozco la vida de los policías, le llevaba la portavianda. Ahora bien, siempre se usó a la policía peruana contra el pueblo. Como era corpulento, lo ponían a apalear manifestantes. El "colorado" se cansó, se salió, se volvió a "reenganchar", buscó un servicio en el que no tuviera que pegarle a nadie, y acabó de sargento de tránsito. No ascendió mucho por exceso de carácter. Un día, ante un diputado que manejaba ebrio, se lo puso en las espaldas y así hasta la comisaría. El Colorado. Le dieron treinta días de rigor, normal, a quien se le ocurre, gobernaba Odría. Repetiré pues, lo que me decía, "para que mis compañeros no rompan cabezas, hay que cambiárselas". Las cabezas. O sea, un asunto de mentalidad, de cultura colectiva. Jorge Basadre dijo que nunca entramos al Estado moderno sino al patrimonial. ¿Qué quiso decir?  Estado patrimonial: cada gobierno es su propia ley, las obligaciones imprecisas sólo obedecen a un poder personal. ¿A qué Tirano imaginario el jefe PNP Luis Stein Flores quiso servir con esa carga tan poco gloriosa y que no figurará en los anales heroicos de la benemérita?

¿Regiones sin Nación? ¿O sea que no hay legislación regional a pocos días de elecciones (La República, 21/10)? Vaya por Dios. No sólo no la hay, sino que parece les cuesta determinar  las competencias. O sea, definir que puede hacer un gobierno regional y que NO puede. Eso es lo primero. Así, por muy Lander alemán o Autonomía que se sea, no se puede acuñar moneda ni tener defensa propia. Verboten. Niet. Quieren darle a los gobiernos regionales la facultad de pasar acuerdos internacionales. O sea, vamos a tener 25 Alan Wagner, y si se puede, 25 Toledos. Es evidente que el país le ha perdido confianza a los políticos nacionales y así, el Estado ha dejado de ser el lugar "donde la sociedad civil transfiere sus proyectos" (de Tocqueville). Para acabar con la postergación de la provincia, no hay que deshacer al Perú. Como no sepamos establecer los límites de los gobiernos regionales, se va a armar un caos institucional de cuidado. A España, en los treinta, por no tener claro el asunto de la rivalidad Barcelona y Madrid, le costó una guerra civil.  Mejor no sigo.   

Musulmán ateo. Tariq Ali, autor de Cruzadas, Guerra santa y modernidad. Dice, el Islam se quedó atrás porque no hubo reformas. El Imperio Otomano se hundió sin ser tocado por la Ilustración. Quién favoreció a los integristas y a los regímenes más retrógrados de la región son los servicios americanos. Ali se declara ateo y partidario de la libertad y el pensamiento racional; otro escéptico en el mundo islámico fue Maimónides, pero en el siglo XII. Luego cerraron las universidades, venció en el Islam el lado beato. Al fin alguien para decir que el retraso no sólo se debe a la colonización occidental. Ali es un intelectual, o sea, quien no vacila en criticar su propia tradición. Que alivio leerlo.

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Sabatina,12 de octubre del 2002


Escena y Justicia

 

Hugo Neira

 “El pasado inmediato es, de alguna forma, el enemigo" –  Alfonso Reyes 


La Justicia siempre es escena. En toda cultura humana, desde la noche de los tiempos, se acompaña de rituales sociales. Es escarmiento. El juicio a Montesinos debe llevarse a cabo en el teatro Felipe Pardo y Aliaga. Y no sólo por Montesinos sino por el mismo Don Felipe, "hijo de un oidor español y una dama de la aristocracia limeña" como recuerda de un plumazo don José de la Riva-Agüero.

"Conviene recordarlo", añade, "su nacimiento explica en mucho sus ideas conservadoras". Pero aquel pensador a quien creemos equivocadamente pilar de privilegios, igual sostuvo que nunca tuvimos "clase directiva". Riva-Agüero, a su manera, fue un descontento, un irritado de su propia clase: "Pobre aristocracia colonial, pobre boba nobleza limeña, incapaz de toda idea y de todo esfuerzo" (Paisajes peruanos, p.146, edición de la Pontificia). Ya en nuestros días, lo que pudo ser clase alta (se contentó con vivir bien) arruinada por Velasco, zangoloteada por García, engatusada por Fujimori, prostituida por Montesinos, navega a duras penas en la titubeante Transición, entre lo "light" y lo bizantino, capeando globalizaciones de chilenos y españoles, en años duros también para los de arriba, y con poco tiempo para lecturas de sus propios clásicos.

Los vástagos andan tan confundidos como los padres: en una encuesta sobre jóvenes dirigida por el profesor Gonzalo Portocarrero, ante el tema de "la búsqueda del éxito", nuevo paradigma que reemplaza, según parece, al del "militante" de los años setenta, una de las chicas, y no de las pobretonas, dice "rechazar cualquier camino introspectivo". Entiéndase, "pensar sería una invitación al fracaso" (Portocarrero, p. 64). Carreras cortitas, plata fácil, y luego se asombran de que vengan de Stanford y los encimen.

Si tuviese yo el talento escénico de Alonso Alegría o de Fernando Ampuero montaría algo entre viejo y nuevo, un autosacramental con alegorías clásicas, o sea, la Fortuna, la nave del Estado, y de nuestros días, un Mandarín oriental y un Valido corruptor, que bonito quedaría. Sería teatro moral jocoso-doloroso en consonancia con nuestro incorregible barroquismo. Fuera de bromas, milito porque el juicio se haga en un lugar público, no escondido en algún cuartel. Tenemos la costumbre de la teatralización: mítines, fuegos artificiales, fiestas y Tedeum. Ahora bien, si Fujimori y sus acólitos transformaron el país en una empresa político-teatral donde las palabras perdieron sentido, entonces ahora nos falta, más allá del dramón de enredos y complicidades, una puesta en escena que por una vez no salga de los talk-show de Laura Bozzo.

Ver el crimen político en todo su esplendor tal vez anime a ese estado de duelo que ni Rafael Rey y menos Cipriani quieren asumir. "El dolor de corazón" que decían mis abuelas, que no eran de la Obra pero sí cristianas. En suma, poder de la escena y escena del poder. Y en el Pardo y Aliaga, el poeta del primer desengaño republicano, el de por patrióticas, pesimistas letrillas: "Gobierno, Democrático electivo/ Fundado en la unidad, republicano / Temporal, responsable, alternativo / Emanación del Pueblo Soberano/ Que el gobierno de intriga o fuerza emana / Y hace después cuanto le da la gana/. En J. Puccinelli, entrañable texto de literatura cuando colegial.

En suma, en público, que el país lo vea, en la TV (pero no entre gallos y medianoche). Como se conoció lo del juez Garzón o Clinton explicándose ante el Senado. Y no temer que el doctor Montesinos se exprese. La Justicia es lo contrario del silencio. Este es el juicio del siglo, o le daremos tristemente razón a Basadre, "el Perú es el país de las oportunidades perdidas". ¿Qué se perdería si se secretea y se escamotea ese proceso de la mirada y los oídos ciudadanos? No una lección de justicia, bien puede haberla a puertas cerradas, sí una lección de moral. Si la gran mayoría de jóvenes peruanos desconfía de la política y de los políticos, según encuestas, será por descuidos trascendentes como el presente. Van a pensar que hay amarre. Que volvemos a los tribunales sin rostro.

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Sabatina,  11 de mayo del 2002


El trotskismo francés


A Anibal Quijano, a Hugo Blanco

 

Hugo Neira


El trotskismo ha estado en el proscenio de honor en estas elecciones francesas que han dado de que hablar, y lo seguirá estando si se quiere devolverle sentido a la política misma. Ha sido sorpresa de las elecciones francesas —la buena sorpresa— el voto por trotskistas. Tras tres candidaturas diferentes. La que más votos recoge es Arlette, la modesta empleada bancaria de Lucha Obrera, cuatro veces candidata, fiel a sí misma, un observador la llama "el trotskismo con rostro humano". Otro ironiza, "escucharla es tomar billete sin vuelta a los años sesenta". Todos sin embargo aprecian su terquedad y su eficaz infraestructura militante. Quien llama la atención es el joven Olivier Besancenot, por su juventud y sinceridad. Tiene 26 años, en un país donde los políticos son mayorcitos (entre Le Pen y Chirac hacen 142 años). Es impertinente, claro, irónico, tiene mucho de los jóvenes iconoclastas que aparecieron en 1968, hoy respetables sexagenarios. Sin embargo "Olivier" (de la Liga) sin lucir grandes diplomas, es un consumado orador. En cuanto a Gluckstein, del PT, menos del 1%, igual le da, "la cuestión  es la escena y salvar la democracia". Lo dicho, un tenaz.

La opinión pública les otorga un voto seguro, un 10 por ciento que es de ellos. Tal reconocimiento, incluyendo en tiendas rivales (aunque Jospin les reprochó la dispersión) admira y sorprende a los vecinos europeos, en particular a los ingleses. Andreas Whittam del The Independent de Londres: "decididamente, el marxismo francés es una especialidad cultural. Los británicos rara vez salimos a las calles para reclamar reformas políticas. No tenemos en cada generación, o casi, una revolución: 1789, 1830, 1848, 1871, 1936, 1968." Pero luego el periodista liberal, les reconoce méritos "…se  enfrentan a la globalización, la emprenden contra lo que llaman el neoliberalismo, pero hay que reconocerles una pasión sin límites por la libertad".

Unas semanas atrás, salieron libros sobre el trotskismo y uno con revelaciones. Lionel Jospin tomó lecciones de marxismo del mismísimo Pierre Lambert, patrón de la OCI trotskista. Hombre de la sombra y no dado a confidencias, Lambert ha contado como Jospin era trotskista cuando ya andaba en las filas del Partido Socialista, o sea, "un topo". ¿Tales revelaciones le trajeron problemas a Jospin? No al parecer, por tres paladinas razones. No hay agravio que el estudiante "Lionel" se convirtiera en un respetable hombre de Estado. Otro cantar es su evolución hacia el reformismo, para bregar se supone de modo más eficaz ante la globalización alienante, miren como ha acabado ese experimento, en una izquierda sin proyecto. La segunda razón es que el trotskismo de estos días, más allá de la tesis fundadoras de la revolución permanente, y pese a escisiones y divisiones, es de gente con ideas claras, de antimundialistas que combaten la ideología de la mano invisible que está destruyendo economías y sociedades enteras y cuyo efecto es el arribo de una generación de líderes hipereaccionarios que van de Sharon a Bush y a Jean-Marie Le Pen. El trotskismo fue una conciencia crítica de nuestro tiempo, la primera denuncia de la URSS como "estado obrero degenerado" (Trotski).  No soy trotskista, no tengo ese honor, pero nada cuesta decir que fueron la libre inteligencia, y todos le debemos, de Haya de la Torre a Octavio Paz, el antiestalinismo, o sea, una manera de ser de izquierda sin perder la lucidez. ¿Cómo negar el papel de una minoría que tuvo el coraje de ir a contracorriente? ¿Y sin personal interés?

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Sabatina, 26 de enero del 2002


Neandertal, el pariente perdido

 

Hugo Neira


Los neandertalenses no son los brutos con rostro simiesco, una especie prehistórica entre otras que precedieron al hombre actual.
Por su habilidad, organización y espiritualidad (cuidaban de sus enfermos, guardaban a sus muertos) se les puede considerar humanos por completo, humanos pero distintos. La paleoantropología, disciplina que como todas tiende a corregirse, hoy afirma que fueron la otra especie inteligente que pobló el viejo mundo, hace unos 30 mil años, antes de su misteriosa extinción. La humanidad no es única. No hubo una sola especie de "Homo sapiens sapiens". El Neandertal, un pariente por afinidad, no por consaguinidad. Breve historia de una extraordinaria aventura, tan accidental y fortuita como la nuestra.   

Desde que se hallaron en 1856, en Neander, Alemania, los restos del llamado Neandertal no han dejado de intrigar. Hoy se le puede ver en los mejores museos. Su fémur es hasta el triple de grueso de los Cro-Magnon, o sea, del de nuestros ancestros. Los huesos se curvan por el probable peso de una gran masa muscular. El conjunto revela otro plan de la naturaleza, una especie de hombre muy vigoroso, una variante prehistórica apta a sobrevivir a los grandes fríos, y es eso lo que ocurrió. Los Neandertal ocupan un espacio que corresponde a Europa actual, Medio Oriente y parte del Asia unos 100 mil años antes que aparezca otra especie invasora, el hombre actual. El cerebro de los Naendertal ha dado lugar a diversas controversias. Muy voluminoso, mas grande que la media del hombre de hoy (1750 cm3),  Neandertal, sin embargo, no tuvo buena prensa científica. Consideraciones teológicas se mezclaron con las científicas. Una suerte de compromiso entre Darwin y la Biblia permitió establecer que si bien la evolución de las especies era un hecho inobjetable, el hombre actual era el único hombre, es decir, el hijo único de Dios. La operación simbólica consistió en deshumanizar a los neandertalenses. Así quedó establecido que el Neandertal no podía hablar. En los bancos de la escuela nos hicieron trazar los grandes arcos orbitales, el frontal huidizo, el maxilar inhibido, el retrato de una suerte de simio. El hallazgo de un equipo franco-isrealita en una gruta de Kebara, en Israel, prueba lo contrario. El lenguaje humano reposa en un delicado mecanismo, el hueso hioides, que bajo la forma de una herradura se sitúa en la base de la lengua. Hasta ahora inexistente en excavaciones.  Pero en la gruta de Kebara, está entre los restos de neandertales, que además, contando con grandes cavidades nasales y potentes pulmones, dicen sus descubridores, de hablar, lo hacía con la potencia de un cantante de ópera.

Sobre el final de los Neandertal quedan puntos oscuros, aunque es probable que los recién llegados, los Cro-Magnon, los arrinconaron hacia las tierras más frías. Pero igual, el Neandertal tenía problemas con su propia naturaleza. Su progenie tenía que ser amamantada por un período prolongado, hasta los cinco años. En la vida dura de cazadores, las hembras también partían a la búsqueda de alimentos, y la madre Neandertal resultaba un peso para el grupo en la prolongada lactancia; los paleoantropólogos coinciden en que hubo inviernos en que sacrificaron a los pequeños. (se sabe por los restos).  Así, la lógica de esta interacción entre especie y medio hostil, llevó a que fueran poco numerosos. Tampoco hay señales que se conectaran más allá del núcleo familiar. Los cromagnones los superaron en número, en organización y en comunicación. El otro hombre se extinguió por vía de selección natural. No hay PROVIDENCIA ni al comienzo ni al final de su aventura. Como probablemente no lo haya en la nuestra. La naturaleza experimentó no con uno sino con dos Adanes. Los dos con raíces espirituales. No sabemos cual fue el Dios de los neandertales. Pero, por lo visto, no los escuchó.

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Sabatina, 19 de enero del 2002


La frasecita de marras

 

Por Hugo Neira


Viene a verme Vaitea Teihotaatamaraetefau, mi exalumno de la Papúa Nueva Guinea. De vuelta de sus viajes, se ha obstinado en estudios comparados entre el Asia y el Perú.
-Profesor, vengo a explicarle mi tema de tesis.
-De acuerdo, pero en una hora debo dictar clases.
-Ok. Una de las frases más felices de Vargas Llosa, y que pone en boca del personaje de Santiago Zavaleta, es: ¿En qué momento se había jodido el Perú?
-Vaitea, ¡por favor!, le interrumpo. Esa frase ha hecho correr ríos de tinta, y no veo cómo pueda añadir algo de nuevo.
Ni se inmuta. Sabe que mi obligación como director de tesis es escucharle y además nos pagan por esas tutorías.
– Juguemos a descartar hipótesis. Usted me pregunta por un hecho o causa del deterioro.
– Bien, le digo sin muchas ganas. ¿Leguía? ¿El caudillismo?
– O sea, para redondear: las dictaduras. Esa es una tesis de voluntad democrática pero no explica el espectacular desarrollo español con Franco y el de Chile con Pinochet.
– Contraataco. Duvalier no salvó Haití de la miseria, ni Trujillo, ni Somoza. Ni Stroessner el Paraguay.
-De acuerdo, dice Vaitea. Hay dictaduras del progreso y democracias del progreso, raras unas y otras en América Latina. Pasaré a otra causa. La deuda externa. Una tragedia, ahí está la Argentina. Pero la misma tragedia hace olvidar cuál fue el origen. Y no se muestra qué se hizo con el dinero.
-¿Cuál dinero?
– ¡Pero cómo! La deuda fue una formidable transferencia de fondos del centro a la periferia. He hecho cálculos, equivale para la América Latina la mitad del Plan Marshall.
– Doy un respingo. ¿Está Usted seguro?
– Aquí están las cifras, en anexo (1).
-Bueno, entró capital ¿y qué?
– Las clases dirigentes de entonces no entendieron el cambio que se estaba dando en el mundo.
-¿Cuál cambio?
– La tercera revolución industrial, exclama Vaitea, y que tardó veinte años en instalarse.
Esos cambios cualitativos no podían ser detectados por políticos de clases tradicionales. En la frase de marras se habla de un " momento". Sostendré en mi tesis que eso se sitúa en los años 70. Desde la crisis del petróleo, el subcontinente y sus dirigentes se marginalizan.
– Qué maravilla, Vaitea, interrumpo. ¿En la primavera o en el invierno del año 70?
– No sea irónico, profesor. Escuche, hasta los 70, las clases dirigentes de esos países vivieron la exportación primaria como una suerte de renta. Creían en las posibilidades ilimitadas de la minería, la exportación. Pero los productos necesarios a la sociedad industrial en el siglo
XIX y parte del siglo XX, en los setenta, dejaron de serlo. No visualizaron que los países ricos iban al autoabastecimiento por primera vez en siglos. Y a nuevas tecnologías.
-Teihotaatamaraetefau, al grano. ¿Qué tenían que hacer?
– Modernizar a fondo, pero eso les sonaba a una revolución. En ninguna parte se aplicó la inmensa ganancia de esos años a proyectos de inversión, o mejor, a algo decisivo: "las inversiones humanas", o sea, educación. Que es la mayor inversión en Europa, USA y Japón. Usted lo sabe. Dicho esto, Vaitea se mira las uñas. Y prosigue: – Profesor, al contrario, se dedicaron a expulsar de esos países a profesionales, técnicos, científicos: fuga de cerebros. O sea, al Perú lo jodieron sus clases dirigentes. El provincianismo de sus ideas. En los noventa, ya desesperados, porque los precios de las materias primas bajaron y seguirán bajando, prefirieron un capitalismo mafioso de evasión de capitales, sobrefacturas y compras dolosas de armamentos.
Vea mi "Croatia-Lima: the Circulation and Reproduction of Managerial Elites,  Ebert, 01.
-Me entra un dolor de cabeza horrible. Y lo despido de cualquier manera.

(1) G. Díaz, equipo Nizkor, España.

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Sabatina, 29 de diciembre del 2001


Euro y Víctor Hugo

 

Hugo Neira                   


En estas navidades del 2001, innumerables niños europeos han recibido entre los regalos propios a las pascuas, una bolsita de plástico que contiene lindas y curiosas moneditas. Llevan ellas acuñadas en una cara común el signo de Europa y en el reverso, motivos diversos. No, no es para jugar "Monopolio". Es para que se acostumbren, y con ellos, sus propios padres y familiares. Porque este primero de enero del 2002 nace el euro, la moneda única de 377 millones de europeos. El propio juego de Monopolio se ha puesto en euros.

Una moneda es un valor de cálculo y un valor de cambio. Desde este enero, un ciudadano belga puede tomar el tren e irse tranquilamente a Berlín y pagar en euros, en metálico o en papel, los cuales pueden llevar la efigie del rey Juan Carlos I si los adquirió en España. Las monedas llevan de un lado el mapa de la Unión Europea sobre un fondo de líneas transversales en las que se luce las 15 estrellas de la bandera europea, y del otro lado, efigies distintas, por ahí anda un Cervantes, una multiplicidad que expresa la serie de compromisos de la cual como moneda es fruto. En efecto, la nueva divisa ha seguido un camino pedregoso. No entraré en detalle, salvo en dos aspectos que expresan, me parece, la audacia financiera y simbólica de la nueva divisa.

Para emitirla, se creó, desde 1997, una Banca Central europea. Es decir, se aliena la soberanía nacional en países viejos, con historias contrarias y sangrientas. El segundo aspecto, y no el menor, es que dejan de existir monedas que llevan siglos. El franco francés existe desde la friolera del año 1380, y con curso legal desde 1795. Los alemanes abandonan su marco, la moneda en la que volvieron a ser fuertes. Se esfuma, este enero, memoria, pasado, lealtades, recuerdos innumerables,  para dejar paso a lo desconocido. Justo es decirlo, no todo el mundo ha seguido la innovación,  hay tres países que se han negado, por el momento. A saber, Inglaterra, Dinamarca, Suecia. Sus ciudadanos son reticentes. La integración europea es un proceso de autoconvencimiento. Europa no es sola una continuidad, es también un vasto riesgo y un experimento. En fin, la emisión por millones de piezas euro, no ha sido lanzada del día para mañana. Ya estuvo en Bancos, pero ahora, al menudeo y para todo el mundo.  En España se han distribuido a dos por familia, a pedido del cliente por cierto, y en Francia se adquieren en cualquier sitio. Ahora bien, para distribuir masivamente los euros, se ha puesto en marcha una operación policial-militar. Camiones cargados de euros acaban de ser asaltados en París. ¿Qué interés? La delincuencia piensa que los euros acuñados en el 2001 interesarán a los coleccionistas. Así, hoy son distribuidos bajo medidas extremas de seguridad. En fin, que acostumbrarse a calcular en euros y no en pesetas españolas, liras italianas o en marcos alemanes va a llevar tiempo. Unas calculadoras han salido al mercado. Pero en esta historia conviene decir que la integración de Europa, desde 1950, no sólo fue la obra de políticos audaces: Churchill, Schuman, Jean Monnet, los padres de Europa.  Es el viejo sueño y en pleno XIX, de Víctor Hugo.  "Un día vendrá en el que se verá a esos dos grupos inmensos, Los Estados Unidos de América y los Estados Unidos de Europa, uno frente al otro, extendiéndose la mano por encima de los mares, intercambiando su comercio, su industria, sus artes, sus genios, mejorando la creación bajo la mirada del Creador". Un día vendrá —decía en pleno siglo de feroz nacionalismo— en que Italia, Inglaterra, Alemania, todas las naciones, sin perder sus cualidades, se fundirán en una unidad superior. Señores, es una quimera, pero un día será una realidad”.  Quien lo creyera, su discurso en el Congreso por la Paz, en Viena,  el 21 de agosto de 1849. Hoy su quimera es realidad. Los pueblos poderosos son los que realizan los sueños de sus visionarios. Y pienso en nuestros propios profetas… desatendidos; pero eso, es otra sabatina. 

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Sabatina, 22 de diciembre del 2001


Navideñas

 

Hugo Neira


Es el fin de las clases semestrales en Tahití. Se instala un clima moroso y de ausencias. Navidad está cerca. Con todo, examino a algunos alumnos y en aulas desoladas escucho la última disertación del año: una alumna.

– El profesor ha hablado de una España insatisfecha y de una otra "que la pasa bien". Voy a hablar de esa segunda, al parecer fuertemente mayoritaria, fruto del desarrollo español y el Estado de bienestar. Temanupaioura, la alumna, es una de las mejores, alta y prolongada como su apellido, pronuncia con cuidado, quiere hacer lo mejor posible su exposé.

– Pero, estamos ante una paradoja, añade. Según los textos que he consultado, el de Manuel Castells por ejemplo, los españoles tienen el grado más alto de satisfacción de la comunidad europea, junto con los irlandeses y dinamarqueses, pero como país no están entre los de más altas rentas, todo lo contrario. Sufren de paros, drogas y terrorismo ¿Cómo es posible que las cifras de la felicidad no coincidan con los indicadores de niveles de vida?  Temanupaioura comienza a aburrirme. Le he pedido que hable de la Navidad de los hispanohablantes, pero está siguiendo a pie juntillas el método cartesiano, hacerse la buena pregunta y luego intentar resolverla en partes que avanzan de lo sencillo a lo menos sencillo. El arte de disertar es un arte francés y lo practica con voluntad de neófita.

– ¿Qué es el "bonheur"? prosigue imperturbable. Puede traducirse por felicidad. Pero se usa poco. También por dicha, fortuna, suerte. Y por éxito. Hay otros usos, el "porte-bonheur" se dice amuleto. En sociología no se usa felicidad, palabra de contenido filosófico y moral, sino satisfacción, y en inglés, SWS (subjective well-being).A eso me voy a referir. La felicidad es subjetiva.  Le he pedido la Navidad y me desconcentro, vienen a mi memoria los recuerdos de niño, tan lejanos, y apenas mis abuelas me sabían en vacaciones  y sin deberes me cargaban de trabajos caseros, y era yo quien iba a buscar en el desván el baúl de cosas navideñas, lo arrastraba hasta el salón y lo abría, y comenzaban a aparecer camellos y osos minúsculos y ángeles barrocos y reyes magos de diversas facturas, cisnes sin lago, pastoras del Pirineo fruto de alguna herencia y candelabros de todos los tamaños y colores, el material informe de un nacimiento para el trabajo de demiurgo de toda la familia.

– Muchos estudian la satisfacción, genetistas, biólogos, psicólogos, oigo que dice la alumna. ¿Cómo evaluarla? La World Values Survey ha hecho un estudio concluyente en 60 sociedades y un 75 % de la población mundial. Ahora bien, los pueblos más deprimidos se hallan en la zona de la ex-URSS, y la Moldovia tiene el record mundial. Nadie entiende sin embargo como Polonia e India tienen niveles buenos. Al nivel de individuo, ser un poco más rico en un país pobre da mucha satisfacción. Ahora voy a hablar de la nochebuena de España y de América Latina.   De niño, yo sembraba el trigo en latas vacías que luego adornaban el Nacimiento, y había que colocar las sillas de cabeza para los simulados cerros con  enormes telas grises, y estrellas, ángeles, y un niño Dios, manuelito cuzqueño de paladar de espejo.  Creo que la felicidad navideña  —la escucho decir como conclusión— tiene que ver con la buena compañía y la familia y no siempre con cosas materiales. Le digo que tiene razón y me resisto a decirle la suerte de ser niño en el remoto país barroco y  artesanal de mi infancia. Nos despedimos. Voy a casa a armar mi árbol, y agnóstico que soy, a prepararme a la misa de gallo que viva donde viva, no fallo nunca; porque es el momento del año de reencuentro con mis abuelas, una comunicación con el paraíso de las abuelas buenas y menesterosas.

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Sabatina, 17 de noviembre del 2001


La batalla, y después

 

Hugo Neira


¿Qué tiempo es el nuestro? Este caminar mientras se avanza hacia atrás. ¿Y cómo se vinculan cambio y crisis? Ahora bien, tal  desazón no es propia de todos los tiempos, en los períodos de calma se le olvida, cuando deja de jugar la analogía de los contrarios. En una de sus novelas, Humberto Eco, citando un viejo pergamino (auténtico o inventado) hace hablar a la Historia: "Yo soy la primera y la última. Yo soy la honrada y la odiada. La prostituta y la santa". ¿Se abren las p
uertas del futuro para los frutos de la tecnología o para nuevas tinieblas? Por todas partes, si se recoge la sensibilidad de dispersos pueblos y periódicos que uno lee, se tiene la impresión de volver a vivir algo muy intricado, desde el atentado en las Tower Center.   

Hubo otro tiempo sin brújula. En 1933, Ortega y Gasset dicta doce lecciones en la Universidad de Madrid. El conjunto de las mismas fueron reunidas con el título En torno a Galileo. Son  disertación filosófica sobre ciencia y teología, pero algo más, trasuntan el clímax del momento. Ortega sostiene entonces una magistral definición que es preciso recuperar para la reflexión sobre nuestro propio horizonte histórico. La siguiente:  "una crisis histórica tiene lugar cuando cambia radicalmente nuestro mundo, cuando a una generación le falla el sistema global de convicciones que le transmitió la anterior, y así, sobrecargada por el peso de una cultura que ya no le sirve, se queda sin mundo (Lecciones V-VIII, edición de Alianza, 1994).

¡Quedarse sin mundo! ¿No es esto lo que nos está pasando? Porque de pronto, los conceptos que nos acompañaron hasta hace poco, como globalización, fin de la historia, fin del Estado, integración planetaria, han perdido parte de su fuerza. Crisis: la idea de un mundo del norte rico y en constante evolución ante un mundo sureño y marginal. Cambio: el concepto de guerras de baja intensidad, es decir, reducibles a un país alejado. El 11 de setiembre es New York, la ciudad más cosmopolita de la aldea global. Octavio Paz,  antes de morir: "El fin del comunismo nos enfrenta a lo desconocido. El futuro ha dejado de ser previsible. En realidad siempre lo fue, pero las filosofías de los siglos XIX y XX, nos habían hecho creer que los hombres teníamos las llaves del porvenir. En lugar de las visiones del futuro de liberales o marxistas, presenciamos ahora la reaparición de realidades que creíamos enterradas" (Itinerario).

Evoco esos textos, se vinculan a la Conferencia Internacional que gira sobre este tema, el conflicto, "en el ámbito social, institucional, grupal, familiar e interpersonal" en "Al fin de la batalla" (1).  Es reunión preparada desde hace meses por  Max Hernández, Moisés Lemlij y Dana Cáceres. Variado programa científico, una cincuentena de invitados extranjeros, amén de los de casa. Pero mientras se le preparaba y conversamos, lejos estaba nadie de imaginar el vértigo de esta aceleración de la historia y en consecuencia su pertinente augurio. ¿Como dudar hoy, que el conflicto es un tema federativo? ¿Y la construcción de una cultura de la paz, como invocan en los papeles de preparación? Pero el conflicto hoy no es limitado. Ahora es de todos. La idea de conflicto en psicoanálisis, si entiendo bien, se concibe a partir de fuerzas psíquicas luchando entre sí. Ahí donde la medicina clásica veía un fenómeno carencial o degenerativo, Freud vislumbra vida-muerte, Eros y Tánatos, una oposición dualista y pulsional. En sociología es otra cosa. Se hablará.

Por mi lado, cuando me preguntaron por un tema, propuse la mundialidad: una sola historia espera a todos los hombres. No pensé fuese inmediata ni de esa manera: resurrección del Dios de ira, retorno de las guerras de religiones, repliegue de cada quien en sus valores, erizados como espadas. Mala cosa. Pero la mundialidad está ya en la instantaneidad. ¿Del malestar de la cultura a la cultura del malestar? Todo un programa. Pase lo que pase en Afganistán, para unos 25 años venideros. El tiempo de otra generación, del enigmático y apasionante después.

(1) Del 15 al 18 de este noviembre, Los Delfines. Organiza SIDEA, con el auspicio de IPA y UNESCO.

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Sabatina, 03 de noviembre del 2001


Halloween

 

Hugo Neira


Halloween, fiesta de brujas, fiesta de disfraces, fiesta para niños, de iluminadas calabazas. Por las noches, comparsas de pequeños van de casa en casa y piden regalos, por lo general, golosinas, para lo cual se disfrazan de la manera más horrenda. En Los Ángeles, el día de las Brujas a la americana, normalmente es festejado en diversos locales y en fiestas particulares. Pero este año, la disgregada celebración de lo macabro recuperado por el consumo de masas, trae una novedad, el ave Fénix que revive de sus cenizas —la simbolización es evidente— al lado de los tradicionales disfraces de vampiros y hombres lobos, adquiridos en los grandes almacenes.

Halloween ya no es de los niños, del peregrinaje de los dulces como en los viejos tiempos cuando Norteamérica no contaba con la tasa más alta de criminalidad callejera del mundo. Yo no sé que haría si tuviese un hijo que viviese en los Estados Unidos y que quisiera seguir el ritual, por lo demás, divertido, de la noche de brujas. Hay mucho anormal que se toma ese día en serio. La policía difunde el retrato de varios asesinos de la noche de Brujas, y no es ni cuento ni broma. Es gente que prefiere degollar no cualquier noche sino en aquella en que se conjura el mal. Halloween es la Semana Santa al revés. Es secularización de la muerte por el atajo de los cosméticos y la fiesta colectiva. Un discurso, sin decirlo, contra el exceso de trascendentalismo y las religiones, un sano paganismo que no viene mal en tiempos de retorno de las guerras de religión. Pero las cosas no son tan sencillas. Por un lado, el crimen mete la mano. El año pasado, bandas armadas aprovechaban la fiesta para asaltar establecimientos comerciales. A la violencia del acto, añadían las máscaras de Drácula y la nariz en caballete de las brujas.

¿Por qué estos ritos modernos tienen que surgir de Norteamérica? La primera respuesta es que Halloween  es un exorcismo del miedo ancestral a las brujas en el país que en el pasado tuvo aldeas enteras dedicadas a los maleficios y algunos célebres procesos como el de Salem. Norteamérica no necesitó de la Inquisición para perseguir a lo que consideraba extraño o diferente, de brujas a mexicanos sin papeles. Lo contrario también es cierto. Norteamérica, república imperial, ha encarnado el país de la inmigración y las libertades y a la vez,  la forma más invasiva del occidente industrial y militarizado. Con el agravante de una influencia planetaria, quiérase o no, de su propia y específica cultura. Me consta que en Francia, en la más recóndita aldea, los niños van imperturbables a su peregrinaje de sustos y caramelos. Digo Francia, porque  "la especificidad francesa"  se defiende todavía ante el cine norteamericano, los seriales de tele, y la comida rápida tipo McDonald’s. ¿Por cuánto tiempo? Pero no hay que creer que la imitación de las costumbres americanas en el mundo entero se deba a la universalidad de la cultura estadounidense. Esta tiene raíces propias y supuestos muy particulares. Uno de sus ensayistas dice que Halloween no es fiesta de hechiceras sino la negación de los muertos. Estos no existen, los resucitan. No hay muertos en la cultura americana, sólo desaparecidos. La muerte es demasiada fea y violenta para esta cultura del hedonismo extremo. Tan fea como la vejez y la enfermedad. Octavio Paz observó que la cultura americana aborrece las formas de decrepitud y las esconde. El viejo al asilo, el enfermo a la clínica, los locos al sanatorio. Hay que estar "clean". El mundo permanece a los jóvenes, a los sanos, a los correctamente normales. El Imperio vende un modelo: conformismo y felicidad material. Aunque para ello haya que ir hasta países absurdos sin carreteras como Afganistán y enfrentar unos guerreros religiosos que viven con muy poco y desconocen la obesidad. El horror. Bush prepara un plan para  Afganistán, escuelas laicas —lo cual no estará mal— fuerte inversión, empleos modernos. Es hora que engorden y con tarjeta de crédito se adeuden como todo el mundo. Ese Halloween anticonsumista de afganos deberá cesar, piensan. La democracia y el progreso están relacionados con el aumento del colesterol.

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Sabatina, 27 de octubre del 2001


Conversan dos guerreros

 

Hugo Neira


– Nunca le puse bombas a nadie, me enfrenté a pecho descubierto y por eso me mataron en Barranco de Churo. El hombre que habla es Ernesto Guevara, el “Che". Delante suyo está sentado por tierra con las piernas cruzadas un hombre de turbante, de ojos melancólicos. Aun así es suficientemente alto como para que su cabeza se encuentre a la altura del "Che". Este permanece reclinado sobre un catre metálico en la posición que le conocemos tras la foto del periodista uruguayo Gutiérrez, un poco de lado, bebiendo un mate. El ambiente es el de una tienda de campaña,  una lámpara a petróleo ilumina levemente a ambos hombres. El del turbante se decide a hablar.
-Me llamo Osama bin Laden, hasta hace poco me consideraban solamente el vástago de una rica familia saudí, pero eso es cosa del pasado. Y luego, con el dedo levantado, admonitorio – Yo no he pedido esta entrevista.
-Yo tampoco, añade el Che encogiéndose de hombros y sin dejar de matear. Luego, con ironía, – ¿Acaso uno de los genios de Las Mil y una Noches?
– ¿No será una trampa de tu Dios judío? retrueca Osama.
El Che se toma un tiempo para responder – Tú lo que quieres es que te diga si afuera – y señala el exterior de la tienda de campaña – hay un Dios o no. Mira Osama, yo estoy muerto y tú no, lo que insinúas no te lo puedo revelar.
Ahora es Osama que se encoge de hombros.
  Voy a suponer que es un sueño. Poco importa. Ya que es así, hablemos.
– Parece que nuestros enemigos son los mismos, dice Guevara. Siempre hay un presidente americano que pone a precio nuestras cabezas. Puede que te capturen..
Osama como si no escuchara esa última frase. – Yo soy Bin Laden. Mis seguidores están en todas partes, también por tus tierras que son Dar al-harb (territorio de guerra, impías). He lanzado un “fatua” contra el Satán americano. Se detiene un instante y prosigue – Los que han muerto en los atentados no son gente de las aldeas afganas, son gente instruida, profesionales.
-Sí, dice Guevara. De 19 de ellos, 13 de Arabia Saudita, expertos en química, en informática.
-¿Cómo lo sabes? interrumpe desconfiado Osama ¿Qué servicio de información ?
– El mejor, replica Guevara. Los propios muertos. Llegaron antes que tú. Pero ¿has dicho que ganarías esta guerra ?
-Ya está ganada, contesta triunfalmente el hombre del turbante. El 11 de setiembre es un impacto doble, sobre la capital del capitalismo internacional y sobre la imaginación de las masas desheredadas del mundo musulmán. Ahí se encuentra una juventud urbana pobre y abandonada, pero fiel al Islam.  Yo llevé a Sudán a miles de "jihadistas" (voluntarios). Los mismos salieron a Pakistán, yo pague los boletos de aviones. “Al Qaida " quiere decir Base de datos.
El Che, memorioso: alguna vez quisimos tener algo por el estilo, una sola gran nación revolucionaria, pero no nos siguieron los partidos comunistas. Ni la decadente
URSS.
– Yo no voy a derrotar al gran Satán, pero si unir a los musulmanes. La Jihad que encabezo, la habían olvidado todos esas clases dirigentes corruptas, esas.
– Oligarquías, agrega tranquilamente Guevara
– Que viven inhumanamente bien imitando a Occidente. La internacionalización del Jihad, esa es mi obra. Para vencerme, el capitalismo está forzado a transformarse radicalmente. ¿Cómo podrían controlar mi red financiera sin poner fin a la internacionalización de las prácticas criminales del dinero sucio en la que ellos mismos participan?
– Se metamorfosean, observa Guevara. Por temor a la revolución rusa elevaron los salarios de los obreros, y eso fue la socialdemocracia. Para enfrentar tu Islam austero tendrán que reformarse en el otro sentido, un retorno a la pureza. Están ante un nuevo desafío, tienen para diez o veinte años, un cambio de valores o el caos: una nueva Edad Media como algunos predicen. Y entonces, Osama, un tiempo nuestro. De pequeñas repúblicas autónomas y armadas. Un tiempo de Condotieros, como tú y yo.

Y ambos se acercan. En el suelo de la tienda han extendido un gran mapa del mundo y lo examinan. Cada uno tiene una kalachnikov. Afuera bosteza un Arcángel.

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Sabatina, 10 de febrero del 2001


Bulbo raquídeo

 

Hugo Neira


Me dispongo a pasar un fin de semana estudioso, me ha llegado un paquete de libros sobre el barroco y una biografía del filósofo Wittgenstein cuando suena el teléfono. Una voz vagamente conocida que sin más trámites me hace saber que está de paso. ¡El gordo Huambachano!  Un capítulo de mi juventud en un colegio nacional.  Está aquí para una convención de médicos.  Se queda poco tiempo, se va el lunes. Quedamos en vernos. A Huambachano lo había seguido de lejos, sus estudios, sus éxitos, sus problemas. A comienzos de los sesenta, ya médico, publicó unos trabajos sobre los entonces célebres tests de inteligencia (CI) y dijo que eran una birria, no demostraban nada, que había 37 tipos distintos de inteligencia humana, una de las cuales era la inteligencia emocional. Lo botaron. Se fue a los Estados Unidos. Tiene una clínica. Dicen que es un capo.

Al llegar al hotel veo al gordo, al tiro, entre un grupo de personas. Me acerco y me saluda dándome, no la mano sino un inmenso dedo. El gordo siempre saludó así, con un gordo dedo, y  mientras me recibe, sigue hablando por teléfono con Los Ángeles, se toma un apurado café, se traga un sándwich y le mira el trasero a una tahitiana que pasa. Me sonrío, el gordo no ha cambiado. En realidad le llamábamos "chancho" Huambachano, pero como tiraba unos patadones de miedo y aunque han pasado decenios, es mejor no fiarse. Huambachano parece en plena forma. Al fin hablamos: de amigos y conocidos, familia,  padres, divorcios, hijos, carrera, de todo. Y al final, inevitablemente, del Perú. Entonces el gordo frena y me mira. Le enseño varios periódicos y revistas que traigo conmigo, sobre política peruana. Los ataques  personales a uno y otro presidenciable. Los mira y me dice:
– Bulbo
– Perdona gordo,  ¿qué dices?
– Bulbo raquídeo.
Y el gordo se pone a explicarme, con frases breves, que la política en general, y en especial la peruana, se inscribe en el bulbo encefálico, la región más primitiva del cerebro, ahí donde surgieron las emociones en la evolución de la especie.
– Huambachano, no te pases. No puedes reducir una actividad tan compleja a secreciones o zonas del sistema nervioso.
– Hay tres cerebros, me dice, con un aire de fatiga infinita, mientras se come un tercer o cuarto sándwich tahitiano.
– Tres cerebros, zambo, agrega. El primero es el del reptil, ataque, defensa. Se come, no se come. Avance o repliegue, zip zap,  y hace así con la mano, como si fuera la cabeza de una serpiente. O sea  —prosigue el gordo—  estímulo/respuesta. Me gusta este para Presidente,  o no. Y entonces, lo odio a fondo. Función básica, cerebro rudimentario.
– Pero gordo, le digo, hay adhesión en torno a Toledo, las marchas de los Suyos. Y con García, volvieron los pañuelitos blancos. En cuanto a Lourdes, me cuentan que cae simpática.
– Emociones, dice el gordo, inconmovible. Sistema límbico, un anillo en torno al bulbo, lugar de la rabia, o del amor, o del miedo.  Del deseo, zambo. Vida emocional, segundo cerebro.  Y se toma una coca-cola entera.
– Pero gordo, entonces, ¿no habría en política lugar para el debate alturado, la confrontación de ideas, la presentación de programas?
– Puede. Neocórtex. El cerebro integrador de emociones, no las elimina. Imposible. Función superior, raciocinio, concepto. Anticipación. ¿Más bien raro, no? Y me mira con cara divertida.
Le enseño fotocopia de  un artículo feroz contra García.
– ¿Lesión en el septum?  Me pregunta indagando por el autor.
– No lo creo.
– Entonces rabia. Descarga catecofamínica que se desplaza a lo largo de la rama adrenocortical del sistema nervioso del columnista, me dice muy tranquilo.
– Pero gordo, la gente tiene derecho a indignarse. Y además, lo de los videos. El descrédito de tanta gente de la clase política..
El gordo se ha dedicado a la química de las emociones inteligentes. Y aunque nació en Jequetepeque, nunca se metió en política.
– Fuerte excitación adrenocortical. Poca Dopamina como en el Parkinson, me dice a guisa de adiós. Y prometiéndome enviarme por correo su "Anatomía del Chucaque", publicado por la Pennsylvania University State, me deja para irse a  un debate sobre enzimas y neurotransmisores.

Posdata. He dicho y repito, "China Tudela" es un monumento de nuestra literatura. De verdad. Pero, su último (Catarsis modulari l, Caretas n° 1655) no. Así, no. Con la pata en alto. He contado 336 insultos. Dedicados a Alan García. Tantos que ya no hacen reír. No hay sino eso. Repito, admiro el talento de Rafo León. Y me parece liberal, como es Caretas, publicarlo. Pero, así, ni la prensa chicha. Tengo mis propios reparos con Alan García, su estilo de volver sin mayores explicaciones. Pero lo otro es puro bulbo, como diría Huambachano. Y además, cholo como insulto…. ¡Qué bien entramos al siglo XXI!

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Sabatina, 13 de enero del  2001


De Intelectuales

 

Hugo Neira


Noto que se abre en Lima, en revistas, un debate sobre los intelectuales. Me parece bien que se reflexione sobre los que reflexionan (por mi parte lo hice en Hacia la Tercera mitad, en: La inteligencia mesiánica, pp. 341-421). ¿Contribuyeron a la democracia y libertad? Si y no. Hubo quienes urdieron nuevos y terribles despotismos, como el doctor Guzmán. Las relaciones entre la inteligencia y el poder son  apasionadas y escabrosas. Hago  otra pregunta: ¿De qué viven? Sobre el asunto ¡qué de reparos! Hay poco o nada acerca de las condiciones materiales de producción del pensamiento y de la crítica. Pero del gasto corriente, como toda categoría social, y por muy intelectuales que sean, no escapan. Y de eso en Perú, no se oye padre.

El mexicano Octavio Paz, allá por los 70, o sea, hace rato, decía que su deber de escritor era preservar su marginalidad ante el Estado, ante los partidos, las ideologías y la sociedad misma. Pensaba Paz de esa manera, evitar la seducción del poder y la fascinación de la ortodoxia.  "No quería ni el Sillón del Príncipe ni el asiento de doctor de alguna Santa Escritura revolucionaria". La pregunta que me hice, y que aquí destilo a los lectores de La República, es la siguiente: ¿de qué vivía entonces el intelectual Octavio Paz? El escritor halló formas de ingreso y libertad  imposibles en nuestra situación.  ¡Honor a México! Si las hubiera en Perú, muchos no se habrían ido. Seamos claros, el intelectual no es solamente ese ser dedicado a la producción teorética de ideas,  o el encargado de corregir la mentira útil de la política y del Estado. Para entenderlo hay que dejar de lado la arrogante definición de Gramsci del "intelectual orgánico". Es, al contrario, el no-orgánico, quien revela a la sociedad lo que ella es, aunque duela. Cada nación genera sus propias mentiras; las ideologías son también exculpaciones. Concedo que su papel público suele ser arbitrario (¿por qué él, y  yo no?) y  que puede, como todo el mundo, equivocarse.   En fin, esta versión, en términos generales, no contradice  el tema del compromiso político, tiende a mitigarlo. Hay algo específico en el intelectual, algo que va más allá de combatir el poder o intentar reemplazarlo por otro, acaso peor. Un intelectual es una forma de la libertad. Incluso de la sociedad a la que sirve. Es la garantía de que esta pueda autocriticarse. Por eso mismo es caro. Ser autónomo supone medios materiales. Pero sin intelectuales una sociedad se vuelve sidaica, o sea, se queda sin sistema de inmunidad ante el despotismo y la estupidez, enfermedades colectivas que van casi siempre de la mano.

Los países ricos y que admiramos (secretamente) se pagan ese lujo, y desde hace siglos. Quizá por eso son ricos. Hubo un tiempo en que a un Descartes lo corría la Inquisición. O a un Voltaire. Pero la modernidad va a la par que profesores bien rentados  desde Kant y Hegel a Max Weber. No le ocurre a Marx, pero sí a Sartre, profesor en liceos, jubilado anticipadamente. Camus halló recursos en el teatro, Raymond Aron en el periodismo. Hablando de los nuestros, las cosas no fueron nunca fáciles. Riva-Agüero tuvo haciendas, pero no Basadre, quien acudió a fundaciones. No las tuvo Sánchez, sino exilios por aprista. Porras no tuvo buenos ingresos hasta Senador. Es decir, tarde. Ni hablar de Haya de la Torre, el perseguido. Ni de Mariátegui, que se iba del Perú cuando le alcanza la muerte. En el presente ¿no es evidente que los más libres no dependan de recursos internos? La cosa está clara con Mario Vargas Llosa. Vino a Lima, meses atrás, y en inolvidable actuación le dijo a Montesinos ladrón y  asesino.  De eso se trata, de tener los medios de la libertad y de usarla.  Un electrón libre es Hernando de Soto, no por azar, consultor internacional. ¿Cuántos gozan de la disponibilidad de los mencionados?  Por lo demás, el intelectual es un profesional a quien se le solicita opinión sobre cuestiones generales.  Lo fue Bertrand Russell  que era matemático, pero como laico, trató de la moral.  Es función, no carrera.  De cierta manera, viene después.  Ahora bien, ¿cómo vamos a tenerlos si los jóvenes profesionales tras un empleo son millares?  ¿Doctores que patean latas?  El ajuste fujimorista ha pulverizado a las clases medias.  El Perú tradicional se acostumbró a que se fueran sus mejores hijos, como Garcilaso o Vallejo, o que se muriesen de hambre dentro del propio país. El fujimorismo ha extremado esa tradición del desprecio.  Pero no todos pueden emigrar.  Y hoy son legión los que desde la sociedad civil salen a las calles y protestan.  El actual poder tiene al frente un país irritado (asqueado), hecho de jóvenes cultos y misios, cuyas demandas desbordan el asistencialismo del vaso de leche. Exigen una refundación del sistema global de educación y empleos.  Otro país, y sin duda alguna, otros gobernantes.

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Sabatina, 06 de enero del 2001


El síndrome maya

 

Hugo Neira


Viene a verme uno de mis estudiantes de la Papúa Nueva Guinea que andan por unos meses por esta universidad francesa de Tahití. Se apellida  Teihotaatamaraetefau, de nombre Vaitea. Es tan largo, alto y longilíneo como su patronímico. Lo recibo en la escueta oficina que me han habilitado, que siendo breve, provoca en   Teihotaatamaraetefau alguna dificultad en acomodarse, finalmente, sentado, saca los pies por la ventana, echándome a perder el aire acondicionado. Le digo que no lo haga, y suspirando, los retira. Viene a verme porque quiere preparar una tesina, el estudio previo a la tesis mayor francesa.
  Muy bien, le digo cuando ya está cómodo.  Explique su idea.
– Verá profesor, tengo la idea de hacer una tesis de antropología política sobre uno de esos curiosos países de la América Latina. Se calla, y prosigue. Bueno, yo había pensado en cruzar un tema de la civilización maya con una de las sociedades  contemporáneas que usted ha explicado.
– ¿Qué? Yo nunca le he dicho que los mayas llegaron al Perú, no hubo contactos traspacíficos. Si esa es su idea, me parece descabellada.
– Se mosquea. No pues, profesor, yo no he hablado de arqueología, lo de maya es un metáfora, en realidad se trata del síndrome maya.
  Explíquese.
– Verá. Usted nos ha dicho que las civilizaciones de Mesoamérica constituyen una secuencia temporal de asombrosa permanencia, tres mil años. También nos ha dicho, usando el concepto de Frobenius de cultura, que guardaron rasgos sociales y creencias en común, aunque se hicieran mutuamente la guerra, pirámides, sacrificios humanos, libros en papel, doble calendario y ese juego de la pelota que se practicaba en  todas las ciudades-estado mayas. Eso último me interesa mucho, pero hay un error.
Doy un respingo.
– ¿Cuál? Aclare.
– Dos equipos de jugadores se enfrentaban, pero Usted nos ha dicho que el capitán del equipo perdedor era decapitado. Acaba de salir una tesis en Wisconsin, el sacrificado era el capitán del equipo ganador!
Algo he escuchado. Así que le respondo -¿Qué interés?
Vaitea está exultante.
-Los honores a la familia, profesor. A los descendientes del  mejor, que  iba al Tlatocan, el lugar de la muerte feliz, ¡el de la fama!
– Hay controversia.  Pero, ¿qué tiene que ver su tesis?
– Bien, en su país de nacimiento, el Perú, en materia de elecciones siempre ha funcionado el síndrome maya. El verdadero ganador es el segundo. Pero el pueblo, más dulce que los mayas, evita que lo decapiten. Comenzaré por 1931.
  Ahí lo paro, joven. Haya de la Torre era el mejor y le robaron las elecciones.
  No pues, profesor. Unos estudios de ingleses dicen lo contrario, que en realidad ganó Sánchez Cerro, oscuro de piel, más popular.
 No estoy de acuerdo pero prosiga.
  No hay elecciones libres en 1936, ni en 1940. Sólo en 1945.
  Su tesis se cae, gana Bustamante, no me diga que es el peor.
  Pero profesor, dice con aire resentido, toda regla tiene sus excepciones.
  Siga.
– En 1956, gana Prado, pero el verdadero presidente fantasma es Haya de la Torre, hasta el punto de suscitar la envidia de Prado.
  No me parece, prosiga.
– En 1963, gana Belaunde. Acaso debería haber llegado el aprismo con Haya, de repente hubiera sido distinto.
  Nunca lo sabremos, siga.
– En 1980, vuelve Belaunde, pero el aprismo de Armando Villanueva hubiera recuperado las reformas sociales, no fue así.
  No sé, siga.
– En 1985 gana Alan García. El pueblo salva al mejor, a Barrantes.  Si sube, le hubieran dado un golpe, como al presidente Allende.
  Conjeturas, no me convence, siga.
  En 1990, el segundo es el mejor. Mario Vargas Llosa.
  Sin duda, siga.
– En 1995, Pérez de Cuellar es el mejor capitán que pierde, síndrome maya. Y en el 2000, es Alejandro Toledo.
– Me inquieta lo que me dice. Y le pregunto, ¿las próximas de abril? Y entonces, Teihotaatamaraetefau, radiante: "Pero si está clarísimo profesor. El mejor será el segundo. Síndrome maya. Hay que evitar que al capitán le corten la cabeza. El síndrome maya, corregido por la sabiduría andina es que gana siempre el menos bueno. 

No sé si felicitarle o detestarlo, o las dos cosas. Es tan brillante que por momentos me irrita.  Va a sacar adelante su tesina, y lo peor, en abril, los peruanos de repente la dan la razón. "El mejor no es siempre el primero", vaya idea.  Algunos de los politólogos en Perú dicen "equilibrio", pero Vaitea Teihotaatamaraetefau, el de Papúa, dice "síndrome maya". No sé que pensar. 

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Sabatina, 30 de diciembre del 2000


Feliz siglo XXI

 

Hugo Neira


Algunas palabras politizadas y globalizadas. Al borde de un cambio de siglo, ellas ruedan, por sí solas,  en la prensa mundial. La vida de las ideas, independiente de sus creadores, a veces, anónimos. Las he tomado de un número excepcional de Courrier Internacional. En parte traducidas, en parte acortadas, he preferido, entre las inevitables en inglés, unas cuantas  expresiones en castellano, en un mar de vocablos en árabe, japonés, francés, servo y ruso.

Angry white male. Estados Unidos. La usa por primera vez un 9 de noviembre de 1994  el Wall Street Journal. Es voz que señala al elector blanco y de sexo masculino, de clase media, y que vive exasperado por la caída de su nivel de vida, considerando que son ellos y no los negros, las mujeres y los homosexuales, los marginales del sistema americano. Obviamente, votan republicano.

Balsero. Cuba. Quiere decir el que se tira en una balsa a ver si llega a dejar la Habana. En 1994,  millares de cubanos intentaron atravesar el estrecho de Florida para refugiarse en los Estados Unidos. El resultado fue contraproducente, el presidente Clinton decidió poner fin a la política de protección de exiliados cubanos, la cual había estado vigente durante treinta años. Pero los balseros siguieron.

Cirujía sin anestesia. Argentina. 1990. El nombre argentino del ajuste. Utilizada por primera vez en 1990 por el Ministro Hernán González, que decreta el fin de los depósitos bancarios a plazo fijo, para los pequeños ahorristas, la única forma de protegerse en una época de inflación galopante. Han hecho polvo a las clases medias argentinas.

e-mail. Contracción de electronic mail. Correo electrónico en castellano. El primer mensaje fue enviado en 1969. Pero sólo en 1972 aparece el famoso @ como símbolo de dirección electrónica. Sin él, no podría colaborar con este diario. Ha hecho el mail más pequeño el mundo.

Fu pin. China, literalmente, sostener a los pobres. Muchas cosas han subido de precio en China en el curso de los últimos quince años,  gasolina, salud, educación, construcción. Al mismo tiempo, el gobierno controla el precio de las cosechas. Así,  ha reaparecido el pauperismo entre los campesinos. El gobierno ha lanzado desde 1995 una política bautizada fu pin. Las regiones ricas del litoral, ayudan a las regiones pobres del interior.

Máquina. Perú. 1990-2000.  O sea, el Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) implacable aparato de represión destinado a eliminar los opositores al régimen del presidente Alberto Fujimori desde 1990, indisociablemente ligada a su jefe, Vladimiro Montesinos, el hombre que desde la sombra, maneja los hilos del poder.

New economy. Un modelo económico de crecimiento, según el cual, el impulso vendría de las tecnologías de información y de la globalización. Ya veremos.

OGM. Organismo genéticamente modificado. Un vegetal cuyo patrimonio genético ha sido transformado a fin de que adquiera nuevas características, como crecer más rápidamente o resistir a parásitos o enfermedades. Pero los científicos todavía discuten sobre las consecuencias a largo plazo sobre el medio ambiente y la salud de los consumidores. Las multinacionales tienen prisa. Los médicos no.

Patera. España, 1991. Originariamente era el nombre de barcos con fondo plano, hoy son embarcaciones usadas para transladar drogas y atravesar el estrecho de Gibraltrar con candidatos a la inmigración clandestina procedentes de los países árabes y africanos. Muchas se hunden, es una verdadera desgracia.

Zapatista. México, 1994. El 1 de enero de 1994, fecha simbólica del ingreso de México al acuerdo de libre cambio norteamericano (ALENA) el mundo descubre la existencia del ejército zapatista de liberación nacional, (EZLN) y de su jefe, el contravertido Sub-comandante Marcos. El EZLN ha dado mucho de que hablar, menos por ser una guerrilla como las otras, sino por sus largas negociaciones con varios gobiernos mexicanos, y por el talento de Marcos para usar los medios de comunicación, en especial Internet.

Airbag. Brasil.  Más que un simple palabra, una metáfora burlona inventada por los brasileños para designar los injertos mamarios de silicona que han sido popularizados por personajes de la televisión, Xuxa, Luma de Oliveira o Scheilla Carvalho.  En la cercanía de las fiestas del fin de siglo, las reservas de siliconas en las clínicas en las clínicas y hospitales están prácticamente agotadas.

Annus horribilis. Inglaterra.  Expresión latina, literalmente, año de espanto, horrible.  ¿Cuál?  La expresión señala 1992.  Charles y Diana habían anunciado su intensión de divorciarse.  Había habido otros divorcios en la familia real ese mismo año y, para colmo, el castillo de Windsor, residencia favorita de la Reina y lugar de sepultura de reinas y reyes del Reino-Unido, se incendia. Los españoles, por el mismo año, festejaron un Annus admirable, conmemoraciones del descubrimiento de América, Exposición Universal en Sevilla y Juegos Olímpicos en Barcelona.  Otro año admirable fue 1492, la reina Isabel logra echar a los moros de Granada, se descubre el Nuevo Mundo y es el año de la Gramática de Lebrija, que no imaginó el poco uso que de ella podía hacer Alberto Fujimori.

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