Escribo antes del conteo rápido al 30%. Los primeros resultados a boca de urna, como sabemos, son apenas un esbozo de tendencias. Estas son las informaciones de las que dispongo en estos momentos. Desde los sondeos, GfK: Keiko, 39,9%; PPK, 20,6%; Verónika Mendoza, 20,3%. Luego IPSOS: Keiko, 37,8 ; PPK 20,9; Verónika, 20,3. CPI: Keiko, 39,1; PPK, 19,7; Verónika, 18,8. Hay otros, pero creo que con esos es suficiente para algunas observaciones mínimas. Y provisionales.
Trataré de ser lo más imparcial posible. Lo primero que diré es lo que no ha ocurrido. En primer lugar, no hubo la victoria de Keiko Fujimori en primera vuelta. Ni hubo un repunte de Alan García, el famoso voto escondido. No ha pasado ninguno de esos dos fenómenos. En segundo lugar, hasta el momento en que escribo esta nota, Verónika ha sido acaso la sorpresa. Lo suficiente como para ser un éxito, pero sin resultados prácticos. No ha llegado a pasar a la segunda vuelta. Pero tampoco ha sido una votación insignificante, el voto de izquierda no ha desaparecido. Está claro el peso del voto del sur. En tercer lugar, el país se divide por lo que ya sabemos. Tres bloques. El fujimorismo, el sector liberal (PPK) y la izquierda. ¿Saben una cosa? No me sorprende. Hoy día 10 de abril, ha salido una larga entrevista que me ha hecho Mariella Balbi en Perú21, y bajo la forma de conjetura, digo casi lo que ha ocurrido.
Keiko por delante y como su contrincante PPK, al menos hasta el momento, es un mensaje muy claro de la ciudadanía que significa —lo digo sin decir si eso me gusta o no me gusta— una afirmación del sistema, la economía abierta, como el lector quiera llamarla —y que por cierto necesita correcciones— pero desde 1993, es una economía de mercado que ha logrado reducir la pobreza del 60% al 25,8% en el 2012, aunque falte mucho para decir que no hay más pobreza, y faltan carreteras, hospitales, postas médicas, escuelas, no ha recibido un rechazo de la ciudadanía. Pero bueno, la gente, en un 2/3 no está para saltos a otro modelo. Sobre todo cuando ese otro modelo no ha sido trabajado por la izquierda.
El voto es un reproche a la izquierda desde las capas de millones de votantes que son el pueblo de no tener un programa alternativo que sea claro. Pero, por supuesto, el padre Arana no es el uruguayo Mujica ni los socialistas chilenos, ni Podemos. Esa barrera mental, aceptar que hay una economía capitalista y una mundialización, no la han pasado. Pero, Verónika tan cerca de PPK esta vez, me alegro. Hay una derecha arrogante que ha recibido también un llamado de atención. Izquierdistas e hiperliberales peruanos se parecen mucho.
Lo dicho, hay una corriente popular fuerte y es la que sigue a Keiko. Pero hay también una corriente sensata que prefiere un hombre con experiencia, Pedro Pablo Kuczynski. No está mal.
Lo del poco voto para Alan García no me sorprende y me apena. Lo vengo diciendo desde hace rato. La sombra de Piérola. Nunca le permitieron volver al poder. Es terrible ver dos presidentes, Toledo y Alan, en esa situación. Pero lo estuve diciendo, un pueblo puede querer de pronto a un personaje, pero no lo quieren de nuevo en la Presidencia. Le pasó a Churchill. Le pasa a muchos.
En las ciencias políticas, la inmensa mayoría de enciclopedias y lexicones coinciden en que la democracia se construye «desde un individuo dotado de razón y de un ser sociable interesado en los asuntos de la ciudad». Es el caso. Y pese a las manipulaciones, no les ha salido la maniobra a los que ya sabemos. Un tuitero me preguntaba si el Perú seguía siendo «un país adolescente». Le contesté que ya era hora que el muchacho asumiera que tiene 400 años, y que papá Inca y mamá España solo le piden que se invente. El país cuerdo ha votado. Y no digo más, esto de escribir rapidito me recuerda mis primeros trabajos como corresponsal. Chaú.
Publicado en El Montonero., 11 de abril de 2016