Viaje a los Nuevos Mundos

Escrito Por: Hugo Neira 1.085 veces - Ago• 16•18

Estamos en una ciudad que muestra lo muy grande. Avenidas tan anchas que ríos de coches las atraviesan, y buses que ahora son anchos y modernos. Jardines y paseos y por debajo del suelo el metro que ha crecido, de varios pisos y ramales. Se puede ir de un lado al otro en poco tiempo y con comodidad. No estoy hablando de París sino del actual Madrid. Por arriba, edificios altísimos coronados por ángeles. Y por abajo óperas, teatros, tiendas, cafés, restaurantes, y gente muy tranquila. Lo tradicional y lo hipermoderno.

La primera mañana nos sumergimos en el museo del Prado. Los otros días son para los amigos que nos habían invitado. Incluso tuvieron la gentileza de comprarnos anticipadamente las entradas para evitar las largas colas. Un placer volver a las salas de El Greco, Velázquez y Goya. El Prado no ha cambiado y ha incorporado la mejor tecnología para que el visitante se lleve reproducciones exactas y magníficas.

Viajar es volver a lugares cuya cultura siempre es novedad para el alma y reencontrar amigos. Pasaremos unos días, antes de volver a París, con Ramón Tamames y Carmen su esposa. Viví en España. A Tamames lo conozco desde hace años. Es un sabio. Conoce no solo lo que pasa en España y la Unión Europea sino en la mundialización. Le tengo confianza, no solo a su talento y experiencia sino a su honestidad intelectual. No hay la posverdad. De modo que puedo decir lo de un poema de Miguel Hernández, “que tenemos que hablar de muchas cosas, compañero del alma, compañero”. Lo que me diga estará, en las semanas que vienen, en esta columna.

Viajo como si fuera a pescar ballenas. Me interesa lo que pasa en el mundo. Lo poco o mucho que recoja en este breve viaje, está lleno de pronósticos y discursos no solo diferentes sino antagónicos. Por un lado, Occidente se prepara a enfrentar el renacimiento de la China, en tanto que desafío económico, geopolítico y cultural. Y de los muchos diarios del planeta que he hojeado en París y Madrid, se puede decir que son optimistas. Un psicólogo como Steven Pinker se anima a decir, “la humanidad va de mejor en mejor”. Viviremos más tiempo. Otro tema. La nueva clase media emerge en el Asia y en el África (lo siento, no es el caso de la América Latina). Pero, otros dicen lo contrario. Max Tegmark, nada menos que profesor en el MIT, nos advierte: si la Inteligencia Artificial (los robots) no es controlada, “corremos a un escenario catastrófico”. Y en cuanto a vivir hasta los cien años, ¿con qué? En fin, lo que he sentido en el “aire del tiempo”, es un interés desbordante por las ciencias. Hay titulares como este: “las matemáticas ayudan a vivir mejor”. Pero también, lo contrario: “Bienvenidos al peor de los mundos”.

En fin, la sorpresa. En lo que solemos llamar “viejo mundo”, ocurren transformaciones que conciernen a todas las disciplinas, desde ciencias duras a humanidades. En el XVI el Mundo Nuevo era un concepto geográfico. Hoy es un concepto cognitivo. Fiebre del conocimiento. Fervor por saber y enfrentar los cambios climáticos y el sistema complejo y caótico del propio universo, por eso ha partido la sonda Parker en su viaje al sol. Sí, claro, hay problemas, migraciones africanas, manazos de Trump a Turquía, corrientes xenófobas que enfrentan el español Sánchez y la alemana Merkel. Pero el telón de fondo es la serie de innovaciones que se vienen. Si en el Perú no entendemos ese cambio de era, estamos perdidos.

Publicado en El Comercio, 16 de agosto de 2018

https://elcomercio.pe/opinion/columnistas/viaje-nuevos-mundos-hugo-neira-noticia-547218

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