Steiner, multisabio. ¿A la vuelta de la esquina?

Written By: Hugo Neira - Feb• 17•20

Se nos ha ido George Steiner. Era uno de esos pensadores de ideas que me interesan vivamente. Y en especial, los inclasificables. Esos que no sabemos si son filósofos, políticos o literatos. Steiner se despachaba con una gran familiaridad en el universo shakespeariano como con los mensajes bíblicos de la Capilla Sixtina. E igual en los mundos infinitos de Thomas Mann, Nabokov y el argentino Jorge Luis Borges. Y de paso, con el científico Aldous Huxley y los maestros de la ciencia ficción, entonces en plena expansión: Asimov, Clarke. Después me enteré que vivía en Cambridge rodeado de grandes científicos y laureados del Premio Nobel. ¿De la ciencia y la técnica a los clásicos? Digo todo esto para que se entienda mi asombro.

Pero ¿quién diablos es este hombre que igual se paseaba por el racionalismo de las ciencias y las literaturas? ¿Y daba conferencias en diversas lenguas? Entonces, me eché a buscar una reseña biográfica, una de esas serias que se hacen en Europa. Así, nacido en 1929 en París, en 1940, sigue a su familia a Nueva York. Se entiende, eran judíos. Ya dominaba el francés y en América se inicia en el inglés al punto que ingresa en la Universidad de Chicago en 1949, donde obtiene dos diplomas, letras y matemáticas. Normal, ¿no es cierto? Modestamente, obtiene una maestría en Harvard, una de verdad, no como cierto presidente peruano que nos dijo que había sido ‘profesor’ por una de esas conferencias que suelen invitar las universidades norteamericanas, a actores y deportistas. Volviendo a Steiner, la tesis la hace en Oxford en 1955. Después de eso, no lo sueltan. Miembro del Instituto de Estudios Avanzados (o sea, Ciencias Físicas) y Decano en la Facultad de Letras, olvidaba decir que su gran tema era la literatura comparada.

¿Qué le parece, al amable lector? El camino del saber fue tanto de ciencia como de literatura. Lo digo, y me viene también como un anillo al dedo, esa tontería que nos habita desde hace 30 años: que las ciencias necesitan, para progresar, la desaparición de la literatura, la gramática, la historia, la lógica, todo eso que teníamos en las Grandes Unidades Escolares, estudios por asignaturas y no por áreas. La educación no tiende a especializarse sino a la multiciplidad de saberes en la misma cabeza. Eso por cierto, en Europa y paises emergentes, en Asia. No por aquí. A la cola en cada encuesta PISA.

Steiner no es tan desconocido como con prejuicio se puede creer. Un ejemplo, cuando era Director de la Biblioteca Nacional del Perú, seguí publicando la revista que fundó Sinesio López, Libros & Artes. E incluso el diagramador, Luis Valera, continuó con su trabajo. Y por azar, llevé de casualidad uno de los libros de ensayo de George Steiner. Valera, viendo mi interés por ese escritor, me trajo una de las obras más importantes de las muchas de Steiner, Nostalgia del Absoluto. Ediciones (españolas) Ciruela, tengo el  libro ante mis ojos. Valera era de esa izquierda culta de los 60 y 70. Trabajamos juntos e hicimos bellos libros. Gracias,  Luis.

Las ideas de Steiner dieron la vuelta al mundo. Voy a comentar, brevemente, La cultura contra el hombre, en 1973. Steiner contradice a Freud. Considera que «es un mito que la razón domina los terrores de la historia». Steiner, y en una época menos violenta que la nuestra, consideraba que las «formas de aburrimiento» llaman a la destrucción brutal. Y eso era «una constante de la historia». En otros términos, «la barbarie era la hija de la cultura». Por supuesto, siendo judío, pensaba en la Shoah (la matanza masiva de los judíos de la Alemania nazi). Pero hubo otras, las de Camboya de Pol Pot, el Sendero Luminoso de ese país asiático. Los polpotianos mataron más gente que Sendero porque gobernaron. Hoy sigue la violencia en el Medio Oriente, y estallidos políticos por doquier. ¿Qué es lo que veía Steiner? Que en diversos países y culturas, en el socialismo mesiánico o en la intolerancia en el capitalismo, predomina la supresión del «inoportuno». Cada sociedad tiene los suyos. ¿Dónde está el error? En el deseo de absoluto. «He aquí por que se reúne un odio profundo en el subconsciente colectivo». Todo eso sale a flote con las hogueras en Santiago de Chile, el rechazo a los emigrantes en media Europa, los feminicidios. O cuando «380 mil llamadas falsas saturan las centrales de emergencia de los bomberos» (El Comercio, 15 de febrero). Parece nada y es todo. El crepúsculo del deber (Lipovetsky). La posmoralidad.

Para Steiner vivimos también en un mundo de la postcultura. «Un mundo de letrados que no participan en los sistemas de comunicación». Internet, redes, la ‘concentración mediática’, en nuestro caso. Y algo peor. La desacralización de lo escrito. El desprecio al orden verbal. La banilización de la antigua autoridad del que sabe, «culture hors du mot», dice en francés, acaso su lenguaje maternal. La cultura sin lenguaje.

Steiner ve una paradoja. La ironía del éxito de la cultura occidental es que tras la revolución industrial, el darwinismo y la tecnología moderna, se ha producido, sin desearlo, el colapso de la teología sistemática, las Iglesias, «y hay en la existencia intelectual y moral de Occidente, un inmenso vacío». Así, «el malestar social», el uso de las drogas para evitar el mundo real y buscar los paraísos artificiales. Y además aparecen credos sustitutivos, mitologías. En suma,  no hay una explicación total. Lo ortodoxo ya está muerto. ¿Me entiende el lector por qué me ha interesado siempre? No tiene las respuestas, pero sí las preguntas. Insisto, inclasificable, como en su tiempo lo fueron Platón, Hobbes, Rousseau, Darwin, Freud.

En nuestro tiempo, ¿funciona acaso el sistema de clases que pensó Marx? Los proletarios se van preparando para reemplazar a la burguesía? El capitalismo sin competidor, hundida por sí misma la URSS, ¿satisface a las sociedades más adelantadas? Nada de eso, produce brechas y desigualdad. La actual situación no tiene antecedentes, un mundo de incertidumbre. ¿Qué optimismo se puede tener si la racionalidad, en unos como en otros, disminuye? En fin, Steiner: «Nosotros, en Occidente, somos un animal construido para plantear preguntas y tratar de lograr las respuestas. Podemos intentar tratar con mayor cuidado el medio ambiente. Podemos intentar de evitar el despilfarro brutal, la crueldad necia con los animales y para los seres humanos menos privilegiados». Ideales dice, desde el Renacimiento y la Ilustración. No estará con nosotros en los años venideros la cabeza lúcida de Steiner, un hereje, enemigo de todas las cobardías intelectuales que evitan la realidad. El caso es ¿cómo vamos a enfrentar los cambios climáticos y la crisis socioecológica ? ¿Qué modo de producción cuando se achique la superficie cultivable?

Después de todo —no lo dice Steiner, sino el que escribe— la crisis ecológica revela las limitaciones del sistema actual. No es Marx ni un nuevo 1929 lo que frenará el capitalismo actual. Sino la madre naturaleza. Habrá futuro, dice Steiner, pero no está claro para el hombre. Solo somos  huéspedes de la Tierra. No el amo. Y extinción de centenares de especies, ya la ha habido. Sigamos discutiendo sobre nuestros problemas dignos de Liliput. Sin mirar ese universo vastísimo e incomprensible de nuestra era.

Publicado en El Montonero., 17 de febrero de 2020

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Basadre: el problema de las élites. ¡Pero quedan pocas!

Written By: Hugo Neira - Feb• 10•20

Lo de las élites es un tema de Basadre. No el nuestro, van en vía de extinción. Sin embargo, hay sorpresas. De repente en un taxi, Mozart. Por poco no me pellizco. Se lo digo al chofer. Y me responde:

– ¿Le gusta Mozart, señor?

– Claro, le digo. Y me parece es la pequeña cantata masónica, K.619.

– ¿Y en qué orquesta?

– Pucha, hasta ahí no llego, le digo. Consulta el chofer su catálogo y me dice:

– La orquesta de Viena.

Me salvó el día, escuchaba el piano forte y la soprano mientras leía, pese a los saltos del coche, una de las revistas extranjeras a las que estamos suscritos, y me entero que hay 672 millones de adultos obesos, segun las agencias de la ONU al finalizar el año 2019. La Organización Mundial de la Salud dice que eso ocurre en todos los lugares del mundo. Me pregunto qué planeta es este en donde es un milagro que alguien escuche a Mozart mientras siguen en aumento los obesos. La revista de marras dice que un 88% de norteamericanos son «tragones zombies», o sea, que comen cuando miran una pantalla, de cine, de televisión, una tendencia que le quita calidad a la comida, lo dice el New York Post. En Lima hay mucha gente que no puede ver una película sin palomitas de maíz. ¿Cómo luchar contra la malbouffe, la comida chatarra?

Trato de concentrarme en los acontecimientos inmediatos, el FREPAP, partido teocrático y pujos de mesianismo, o el Podemos Perú, de José Luna, que en el periodo 2011-2016 —me dice un amigo— solo cobró un sol, donando su sueldo a un congresista para la Asociación de Pobres del Perú. Pero en el 2015, se descubre que pagaba asesores fantasmas. Y en otros casos de sorpresa, un Urresti con la votación más alta. ¿Y es que saldremos de la trampa llamada bipolarización ? Política es aceptar que el otro exista, aunque no nos guste. Lo otro es argolla, inquisición, clanes, tribus amazónicas…

Ante tanta incuria que ataranta, pongo los ojos en una revista, Al-Araby Al Jadin, un diario de Londres que traduce los editoriales en árabe que dan cuenta de lo que pasa en el Medio Oriente con el régimen de los Mollah. Mejor dicho, los ayatolás, entre ellos, Ali Khamenei. El guía supremo iraní. Sí, pues, están indignados que ese señor llamado Trump se bajó a su querido guerrero Qassem Soleimani. Y como sabemos, las fuerzas armadas iraníes, en plan de revancha, meten la pata y el 8 de enero, en el aereopuerto de Teherán, se bajan no a un avión de guerra sino uno de pasajeros, con 176 personas a bordo. Un diario londinense que sigue los líos y enredos del Medio Oriente y su enfrentamiento a los Estados Unidos de Trump, dice que Teherán no tiene ni el dinero ni la capacidad tecnológica para enfrentarse con una gran potencia, la americana. Al parecer, económicamente, la República Islámica está al borde de la asfixia. Más potente es Turquía, la de Erdogan. En efecto, doy dos zancadas en mi biblioteca y en los textos sobre  naciones, Turquía tiene un PBI de 729 mil millones de US dólares, y Irán, uno de 344. Tiene problemas internos, «una población joven, un 50% menos de 30 años». Pero al menos han hecho algo (que ni siquiera nos importa), un sistema de metro subterráneo. O sea, por ese lado, son más modernos que nuestra querida, tormentosa, ruidosa y caótica capital limeña. Teherán es más moderna que Lima.

Eso de comprometerse a proyectos ambiciosos a la manera de Irán, me hace pensar en el parecido con nuestro gran problema, la corrupción. La idea de un Perú sin la lacra de la corruptela es siempre bienvenida. ¿Pero es solo el vicio de unos cuantos? ¿O algo que resulta al alcance de todos? (Por la falta de empleos, los bajos salarios, etc.) A mí me parece que la corrupción es un sistema. Y el que no roba tiene fama de cojudo. El retorno a la sensatez, acaso en el 2050.  Entre tanto, ¿cómo es la nuez?

Oiga usted, esto no es la persecución del Chapo mexicano o de Pablo Escobar que desde los sesenta se dedicaba a contrabando, y a comienzos de los ochenta, a la comercialización de la marihuana y cocaína, y se dice que controló el mercado ilícito de los Estados Unidos al 75%. «Fue uno de los hombres más ricos del mundo». Y por un corto tiempo, representante en el Congreso colombiano, en 1972. Lo nuestro es al revés, se pasa del Estado al mundo de los narcos. De la presidencia, la alcaldía, el ministerio, el gobierno regional o un sillón en el legislativo al negocio ilícito. En Colombia tienen carteles. Nosotros tenemos amigos, colleras, argollas, nuevas oligarquías, etc.  

¿Exagero? ¿Qué dicen los titulares sobre este deporte nacional de sacarle la vuelta al orden y la ley? ¿O estoy inventando? «Mafia del Callao cobraba por 3250 falsos trabajadores (El Comercio, lunes 03.02.2020). «Más de 176 mil vehículos con orden de captura circulan en Lima» (El Comercio 02.02.2020). «Luis Castañeda pagó ‘en exceso’ US$ 7 millones a la brasileña OAS». «Habría hasta S/. 1000 mlls. sin sustento adecuado en planillas del Estado, según el MEF» (El Comercio, 28.01.2020). O sea, el que puede, lo hace. La Historia de la corrupción en el Perú de Alfonso Z. Quiroz, se queda corta. La era Odebrecht bate todos los récords.

El gran Basadre: «Los tres grandes enemigos del porvenir son los Podridos, los Congelados y los Incendiados». Las cosas se han complicado, maestro. Hay que añadir al trío, conchudos, desalmados y achorados prepotentes que gobernarán desde el 2021 para adelante.

Como he estado un rato fuera, en España, busqué bibliografía sobre la corrupción. La he encontrado. Hay relación con la escolarización. En el gasto público por alumno, libro de José Antonio Alonso y Carlos Mulas-Granado, de la Complutense de Madrid, Corrupcion, cohesión social y desarrollo. El caso de Iberoamérica.  El tema es más grave de lo que pensamos. ¿Qué dicen los que nos estudian? «El regreso de la crisis en América Latina.» En un país vecino, se trata de los «usos y abusos en la vida cotidiana en el Chile actual». Pero en el Perú, me temo que es casi eso que llaman los franceses, les mœurs, es decir, ¡las costumbres! Corro a uno de mis estantes y me ayuda Julio Hevia, ¡Habla Jugador!. Del floro —nos dice— hemos pasado a la «máquina de demolición». Se dice corrupto para hacer leña de alguien, «para hacerlo puré». «Vivimos una tanatocracia». Hay que estar «muy Alberto», y no creerle nada a nadie, porque «es la misma chola con otro calzón». No hay que ser «lorna». Lenteja, y fíjate si te palanquean. «El peruano vive a la defensiva» (Fernando Ampuero, El peruano imperfecto).

Último tema. «No se puede vivir siempre de la agenda anticorrupción». Pucha, ¿quién dice eso? Un norteamericano estudioso de América Latina que viaja y encuentra élites desprestigiadas, estallidos de descontento y que escribe en The Economist, se llama Michael Reid. Fernando Vivas lo ha entrevistado (El Comercio, sábado 08.02.2020). No se lo pierda. Pero lo dicen en páginas interiores. Y en la portada, otra frase: «la narrativa anticorrupción es más simple y directa que la de un Estado eficaz». Resulta que el visitante dice que hay que tener ese «Estado eficaz» ¡! Tema que no tocan ni el Ejecutivo ni las bancadas. Cómo se nota las dos caras del diario, bajo el signo del dios Jano. En fin, se me ha muerto un maestro, George Steiner. El adiós el lunes próximo.

Publicado en El Montonero., 10 de febrero de 2020

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El 5 de febrero de 1975

Written By: Hugo Neira - Feb• 05•20

El 5 de febrero de 1975, ocurrieron en Lima una serie de asaltos a los mercados. Me hacen pensar en lo que he visto que ocurre en Santiago de Chile. El punto de partida de ese estallido se funda en un hecho que no podemos dejar de eludir. La policía peruana decidió una huelga y luego, se encerraron en sus comisarías y cuarteles. En efecto, yo vi todo eso, no lo hacía como un simple ciudadano. Era entonces director del diario Correo, que fue incendiado esa mañana. De modo que lo que voy a decir son palabras de un testigo. No diré nada que no sea verdad. Y escribo esta narrativa sin rencor alguno y con sinceridad.

Comenzaré por decir, que esa huelga de la policía, me ponía en una postura muy incómoda. Por una parte, afectaba mi situación, pues yo era de esos intelectuales que los militares mismos decidieron tener en el aparato del Estado. Y por otra parte, mi padre era policía. Ya se había jubilado, pero al decir esto, explica lo que hice ese mismo día. Desde niño, había escuchado a mi padre los conflictos internos que tenían con los oficiales de las Fuerzas Armadas. Estos tenían mejores salarios, entre otras ventajas socioeconómicas. La noche anterior había ido a Panamericana, en donde me esperaba Genaro Delgado Parker. Todavía no había perdido su empresa. Ocurre que yo tenía una columna a la que acudía para explicar los cambios en la sociedad y en el mismo Estado. Y ante la huelga de los policías, yo hablé. Les dije que conocía sus problemas dado que ganaban salarios extremamente bajos en relación a lo que era comparable en los rangos militares. Recuerdo que les dije que más de una vez, cuando era escolar, le llevaba el portaviandas a mi padre porque solía pasar, por temporadas, en prisiones de las comisarías. Se peleaba con sus superiores. Les dije que más allá de lo injusto de las desigualidades entre militares y policías, no era nada bueno una huelga nacional,  porque la delicuencia —que nunca ha dejado de existir en Lima— se aprovecharán de la situación. Y eso fue lo que ocurrió. Tiempo después, muchos policías me reconocían —profesialmente se fijan muy claramente en los rostros—, y me dijeron que «los había hecho llorar, esa noche». Pero igual la catástrofe siguió su camino.

El local de Correo fue incendiado por turbas. Esa mañana, llamado por Higachi (el jefe de redacción) fui cuando eran las 9:00, los bomberos hacían lo que podían, y una masa de gente ocupaba la calle. Cuando me vieron intentando entrar, quisieron irse encima mío, pero saqué una pistola —hacía 6 años que la llevaba conmigo—, disparé al aire, y se abrieron paso. Lo que sigue es cómo salvé algo. En primer lugar, señalé al jefe de los bomberos que dejaran de seguir echando agua a una de las impresoras, la más grande, y en cambio, se ocuparan de una rotativa, pequeña, pero era con ella que seguíamos editando en cuanto cesó el conflicto. Puedo contarles una anécdota. Estaba con los obreros de la rotativa, en los diarios, en ese tiempo, trabajaba mucha gente, mecánicos, periodistas y gente ocupada en la publicidad. Estábamos salvando en el inmenso patio algunos muebles cuando se acercaron dos tipos que para mí, eran búfalos. Y uno nos dice a grandes gritos, ¿dónde está Hugo Neira? Éramos tres los que cargábamos sillas y mesas, y todos nos quedamos callados. Estaban apurados, y decidieron buscarme arriba, por los techos. Cuando se fueron, les pregunté a esos obreros cómo fue que no me habían reconocido. Y entonces uno me coge de la manga, me hace caminar adonde colgaba un espejo, esas cosas de trabajadores que se toman ducha o se afeitan al aire libre, en el canchón de esa casa. Y me vi entonces completamente negro. Yo no sabía que cuando uno está a unos pasos de un incendio —y era el caso, ardía uno grande—, un cierto humo te cubre el rostro acaso mejor que cuando se maquilla a un actor, en las películas.

Sobrevivimos. El gobierno militar me dijo que cerrara el diario. Les dije que era más de 600 empleados, juntándolos todos. Me dijeron que iban a colocarlos en otras empresas. Que no me preocupara por eso. Hay que recordar que el Estado en tiempo de Velasco, tenía más empresas estatales que el sector privado. Pero les dije que no. Yo no pasaba a la historia como el director que quiebra. Entonces, fui a ver al propio Velasco. Me trataba con un aire paternal, a veces me decía hijito. Yo tenía unos treinta años. Había interrumpido mi trajectoria de investigador en el Institut des Sciences Politiques de París el día en que se anunció, hasta el último rincón del globo, que 5000 haciendas habían sido intervenidas para iniciar la devolución de las tierras que los campesinos habían perdido desde la Independencia hasta 1969, puesto que los gamonales ganaban los eternos y múltiples litigios, y se habían fatigado de pagar a sus tinterrillos.

¿Qué le había pedido yo a Velasco? Que me diera un apoyo, extremadamente posible y legal. Desde hacía tiempo, desde que ese diario perteneciera a Banchero, y el talento del gordo Villarán —el que inventa La Crónica, Expreso y Correo, siempre diarios tabloides—, la administración anterior había tenido el tino de firmar un seguro contra «incendios y catástrofes». Quizá pensaron en terremotos, pero la cosa era que había una entidad que podía pagar el precio de una rotativa. Velasco se animó, resulta que la empresa de seguros era inglesa, y claro está, muy rápidamente intervino. Lo llamó al Embajador de Gran Bretaña, le habló como quien no quiere la cosa, de las inversiones de los ingleses en el Perú, en particularmente algunas minas, y de paso, el tema del seguro para el casi extinto Correo. Y ocurrió lo mejor. Pagaron. Y luego gana el concurso la Harris. Y mientras la traen a Lima, esa empresa propone que varios de los mecánicos hicieran un stage o una rápida formación para poder manejar ese monstruo. Y hubo viajes de varios de nuestro personal. Unos fueron a Inglaterra, otros a los Estados Unidos, y yo mismo, fui a empaparme de esa técnica, en Bélgica. La Harris de los belgas estaba al borde de la frontera con Francia, y muchos diarios franceses se editaban en Bélgica. Fui, pues, a París, donde tomaba el tren y estaba en poco tiempo en la frontera. Los ejecutivos de la Harris me habían propuesto un estupendo hotel, fuera de París. Pero se sorprendieron que les pidiera más bien un hotel mediano, pero el quartier latin. Es decir, la zona de estudiantes y cultura de París. Les expliqué que había vivido cerca de la Sorbona, y los grandes lujos no eran mi taza de té. Se quedaron encantados.

Y esa rotativa nos salva de la quiebra. Tengo el orgullo de decirles que nuestro tabloide vendía más que El Comercio y La Prensa. Yo había incorporado a dos personas, para nada velasquistas. Por un lado, Luis Felipe Angell, conocido como Sofocleto. No me digan que no era un gran escritor. Y por otro lado, para la izquierda, a Ricardo Letts. Si no lo creen, pueden preguntárselo. Los ministros militares —qué redundencia, siempre hubo con Velasco gabinetes de hombres con charretera, ni un solo civil— se quejaban de mis libertades, y Velasco les respondía: «-No, no, Neira, él sabe lo que hace, por lo poquito de espacio de los columnistas, nos ayuda». Y así se quedó la cosa.

Cuando terminó el año 1975, el diario estaba en azul. Los antiguos propietarios, por lo bajo, me aplaudieron.

Por otra parte, ¿sabe el amigo lector esa rotativa gigante? Pues edita hoy El Peruano, y los votos cuando hay elecciones.

Hablemos a las claras. Dos cosas nunca llegamos a saber. La primera, cuál es el número de policías que cayeron muertos, la respuesta del Estado fue feroz. Yo no sé. Quizá uno de esos periodistas de investigación logre saber algo.

La segunda, no fue un levantamiento popular. Acaso un complot. Velasco no acaba como el presidente Evo Morales, con la mitad o más de los ciudadanos que no lo quieren para un presidencialismo vitalicio. Lo que he visto y estudiado sobre Bolivia, no me parece nada mal. Evo había juntado dos fuerzas, por lo general formas de política con cuerdas distintas, de un lado los campesinos cocaleros más las comunidades indígenas. Y del otro lado, todo eso, junto con un partido de izquierdas, el MAS. ¿Y se pone a manipular los resultados de la primera vuelta? Qué barbaridad.

Por lo demás, Velasco no se cae por eso. Estaba ya muy enfermo. Y no se dirige un país, con un Estado cuasi militar, con mala salud. Seamos claros, el general Francisco Morales Bermúdez, da el golpe de Estado. ¿Quién se lo pide? Nada menos que el Departamento de Estado, o sea el Imperio. No se vaya a creer el lector que Washington se mete en un asunto muy interno, líos de corrientes ideológicas de hombres con uniforme. No, pues. Lo que ocurría era que Velasco realmente se preparaba para una guerra con Chile. Y recuperar acaso Iquique o Tarapacá. Eso, no era un asunto que inquietara a los políticos norteamericanos. Lo que estaba en marcha para los norteamericanos, era descalabrar a Allende, el presidente chileno demócrata y de izquierda, y montar en Santiago un modelo neoliberal. Y es eso es lo que hizo el general Pinochet. Chile sin duda ha progresado con el modelo de mercado abierto. Pero como lo sabemos, se abren enormes grietas entre las clases medias, y de nuevo, la concentración por una categoría de alto nivel y de ingresos. El tema actual es la desigualdad. Aquí y cualquier sitio. No hay hambre en Chile, la gente sale a la calle a decirle ‘no’ al poder (no hablo de los encapuchados, ya sabremos de dónde vienen, si de Cuba o de Venezuela).

Y hablando de desigualdades, ¿acaso no es cierto que hasta Velasco en 1969, aquí había una masa enorme de peruanos, que nacían pobres y morían pobres? Los cholos, los indios, etc. Dos cosas cambiaron el país. La emigración voluntaria a las ciudades y a Lima. Y la reforma del agro, que ha vuelto libre a esa masa que era analfabeta y no se le pagaba por su trabajo sino un lote de tierra para que trabaje para el gamonal, y de paso para su familia. ¿Y por qué no se dice nada de esto? Porque esas dos revoluciones silenciosas las ha hecho el mismo pueblo. Ningún partido se puede vestir con esa victoria colosal. ¿Ha visto usted la película La revolución y la tierra? Vaya a verla. Lo que va a ver es eso que se ha callado durante 50 años. Yo lo he vivido. Al menos hice algo por los más pobres y marginales.

La Independencia de 1821-1824 liberta a los criollos del yugo de los funcionarios peninsulares. El San Martín del campesino indio, es Hugo Blanco y ese ser excepcional, Saturnino Huillca, dirigentes de millares de los que no tenían tierra propia, cuya biografía escribí, y que ganó un concurso internacional en La Habana, traducida a 13 lenguas diferentes. Y fui antes al Cusco, entre periodista y antropólogo (eso también he estudiado) no hice sino escucharlos, recuperar la voz del que no la tiene. Ese libro se llama Cuzco, tierra y muerte. A raíz de eso, me llamaron en París. Ya les conté lo del 5 de febrero, y me tuve que ir, otra vuelta, a Europa. Y seguí estudiando, y me he vuelto un universitario. Es otro el Perú del siglo XXI.

18 de diciembre de 2019

Publicado en la revista Periodistas, año II, n°7, del Colegio de Periodistas del Perú, diciembre de 2019, pp.15-19

‘Runan Caycu’ o donde se cuenta la increíble historia de una película que no hemos visto*

Written By: Hugo Neira - Feb• 05•20

Como quiera que el nuevo organismo se ocupará de difundir, distribuir y exhibir, quizá el caso inconcluso del filme de Huillca permita una acción del nuevo Organismo Descentralizado. Quizá un brillante debut. El rescate de un filme, producido por peruano con premio Testimonio en La Habana, 1974. Que va y viene, del Cusco a Lima. Y que hace poco después de una entrevista con el Presidente Velasco, surgió, de ese encuentro entre Huillca y el Jefe de esta revolución, la extraordinaria decisión de hacer del Perú formalmente, lo que siempre fue: un país bilingüe. La aprobación del quechua como idioma oficial. He ahí, en pocas líneas, el trazo histórico de ese hombre andino, Saturnino Huillca, por nuestros días y la historia presente. Pero usted no sabe algo más. Hay también un film sobre la vida de Huillca. Un film que tuvo igual génesis que el libro-testimonio.

Nacidos ambos, libro y film, bajo el mismo impulso de comunicación y desvelo de la historia tremenda de las luchas sociales campesinas en el Perú contemporáneo. Ese film está terminado. Ha ganado incluso un concurso en Europa ‘La paloma de plata’, galardón en el Festival de cortometraje de Leipzig, Alemania (1974). Pero Usted no ha visto ese film en las pantallas limeñas. He aquí la historia de una vía crucis para  «hacer  cine», al interior de aparatos estatales. Los tropiezos y retardos de una película magnífica surgida bajo la dirección de Nora de Izcue, mi voluntad de que el pueblo conozca la vida de un héroe del pueblo del Perú: de Huillca. En negro y blanco, 16 y 35 mm. Unos 25 minutos de duración, cinema-verdad, sin actores, donde el mismo Huillca cuenta su vida, con retornos al pasado mediante recortes de diarios, trozos de noticieros, fotografías de archivo.

Runan Caycu es una de las mejores expresiones de un cine de  sinceridad y testimonio. Un álbum vivo y real de la historia concreta. Un episodio ejemplar y decisivo, el del despertar del pueblo andino, contado por uno de sus protagonistas. Solo el film de Malrauy sobre la guerra civil española, hecho sin embargo con artistas profesionales que aquí no se lucen, se le puede comparar. Pero usted no verá, todavía, este film en las pantallas limeñas. Lo que sigue, cuenta sin falsificación alguna, una forma de la frustración.

En primer lugar, qué trabajos se pasan cuando se intenta hacer cine desde un aparato estatal. A la ocurrencia, la Dirección de Difusión de SINAMOS, que entonces, yo dirigía. Y en segundo lugar, cómo se detiene, interrumpe y casi se olvida, un film magnífico, perdido en los laberintos de nuestra administración.

VOTO EN  ESPERA DE CINE-PERÚ

Todo esto, lógicamente, antes que naciera CINE-PERÚ.

¿Qué haría usted, lector, si fuera alto funcionario y se le ocurriese realizar una película? En primer lugar, le recomiendo que no lo haga. Pero si tan descabellada idea se instala en su mente, debe saber este elemental procedimiento: programe la película dentro de su plan bienal de operaciones.

Así fue el film sobre Huillca. Tuvo su partida de bautizo (presupuesto analítico de ONAMS, programa 2801, actividad 002, tarea 2002, Difusión, Subtarea 005 Ediciones Cinematográficas). ¿Cuánto iba a costar esa película? Increíble: de entrada, solo 28 mil soles en bienes (dos latas positivas de Kodak que sacamos de nuestro almacén, más copia de noticieros antiguos, más fotografías  de archivos periodísticos). Naturalmente, eso no era todo. En servicios se iban otros 270 mil soles. ¿Qué servicios? De moviolas, grabaciones en el Cusco, copia de archivos de la TV, de fotografías de la Biblioteca Nacional. Y lo que los cubanos iban a «cobrar», a cambio de circulación en Cuba del film, por sonido, grabaciones, mezcla de laboratorio, montaje, títulos, copias. También habían transferencias: pasaje de Lima a Cusco, etc.

¿Así de tan sencillo? No crean, no crean… Hay que firmar el contrato de locación de servicios profesionales entre el Director General de Administración y la ciudadana Nora de Izcue Fuchs «con domicilio, libreta electoral y quien en adelante se llamará la Directora». La pobre cobró, a lo largo de dos años y medio, 120 mil soles, o sea ¡a menos de 3 mil soles por mes! PORQUE LA OBRA QUE SE PODÍA HACER EN TRES MESES POR RAZONES BUROCRÁTICAS SE HIZO EN TRES AÑOS Y MEDIO Y TODAVÍA NO SE APRUEBA. Y, POR SUPUESTO, USTED NO CONOCE DE QUE PELÍCULA ESTAMOS HABLANDO AUNQUE ELLA SEA IMPORTANTE, COMO LO DECÍA EN EL GORRITO DE ARRIBA.

Y aquí comienza la vía crucis. Como no teníamos equipo, hubo carta a Telecine S.A. «Mucho les agradeceré efectuar el trabajo que será entregado por la señora Nora de Izcue, consistente en revelado y copiado de 4 rollos de negativos Plus X de 35 mm.» Como doña Nora tenía que irse al Cusco a filmar, a romperse para que le den 5 mil soles de viaje de viáticos (memorándum N°13-DGAE-DD-73).

Como no teníamos moviola, nuevo pedido para que la alquilasen en Industrial Andina de Cine. Como el permiso para la moviola no llegaba, feroz memorándum 258 DGAE-DD-73. Puesto que «el pedido está en la partida de servicios aceptada dentro del presupuesto de ONAMS para la realización de la película de Saturnino Huillca».

Además, explicar a los funcionarios de abastecimientos qué diablos era una moviola. Nuevo atraque  burocrático y nuevo memorándum, esta vez a Contabilidad. Por último, recibo de fondo provisional (con referencia a memorándum N°389-DASA-73, memorándum). Si no, no hay fondo provisional. Como había que comprar documentos sobre levantamientos campesinos del 58 (maldito Huillca, en la cantidad de vainas que estuvo metido y dejando su huella fotográfica por todos lados), apareció un Leopoldo Sagástegui con fotografías «de archivo de su propiedad». Fotos sensacionales. Nora y Liliana Zunic, asistente, decían: «sensacionales, comprar pronto». Feroz administración SINAMOS, decir: «no estar programado». ¿Por qué encontrar ahora? Por su lado, Sagástegui (Libreta Electoral 2304314. Dirección: Porta 567, Miraflores), decir: fotografía 18 x 24: 2 mil soles fotografía de 18 x 12: 800 soles. ¿¡Cuánto pagar!? Harta, Nora comenzar «comprar con su plata». Escribir carta violenta a Director de Difusión (o sea yo) «y porque fueron partidas que no salieron a su debido tiempo con lo cual tuve que afrontar personalmente dichos gastos». Y ahí entren en danza, Foto Larco, Hindú, Bazar Ohmure. Total: 9,755 soles. O sea, menos que los 10 mil soles del famoso fondo provisional. Huillca andaba ya medio filmado, pero sin voz. Aquí el tenaz Neira enviar memorándum N° 340 DGAE-DD-73, a Director General Apoyo Externo, diciendo: «Mucho le agradeceré se sirva gestionar ante D.A.S.A., se extiendan las órdenes de servicios respectivas, a fin de continuar los trabajos de sonido de la película Saturnino Huillca». Entre mucho agradeceré y menos se nos había ido el año de 1972, íntegro. Y otro medio año de 1973.

Agosto de 1973, se concreta la invitación del ICAIC de Cuba. Fruto de unas conversaciones personales mías en la propia Habana, con Carlos García Espinoza, Subdirector del ICAIC. Nora de Izcue, hace maletas. Previa carta a don Alfonso Salcedo, haciéndole saber que pare culminar el trabajo en La Habana se necesita diez mil pies de negativo en 35 mm y 5 mil pies de negativos en sonido de 16 mm. Salcedo eleva el pedido. Antes de irse, Nora hace un recuento del desarrollo de la película sobre la vida de Huillca. A estas alturas, hasta Nora había aprendido el lenguaje burocrático: «Paso a detallarle el estado en que se halla el trabajo y cómo se desarrolla dentro del presupuesto analítico para ello aceptado».

El presupuesto total de la película asciende a la suma de S/. 596,660.00. Divididos de la siguiente manera:

1) Investigación :                               17,800.00 S/.

2) Material:                                       56,200.00 S/.

3) Filmaciones:

            En Paucartambo                    8,600.00 S/.

            En Nicamarca                         24,600.00 S/.

           En Cusco                               11,400.00 S/.

4) Laboratorio                                               88,200.00 S/.

5) Honorarios (Director y camarógrafo) 130,000.00 S/.

6) Premontaje en Lima                      25,000.00 S/.

7) Música                                          20,000.00 S/.

8) Terminado de la película               214,860.00 S/.

Gran parte del trobajo se hizo en el año 1972, restando para el presupuesto de operación 1973-74, el presupuesto analítico que obra en vuestro poder, el cual se encuentra dividido de la siguiente manera:

Bienes:                                     28,000.00  S/.

Servicios:                               210,000.00 S/.

Transferencias corrientes         88,000.00  S/.

Del rubro 02.00 BIENES se han gastado S/. 20,480.00; restan S/. 7,520.00.

Del rubro 03.00 SERVICIOS se han gastado S/. 103,000.00; restan S/. 107 mil.

Del rubro 04.00 TRANSFERENCIAS CORRIENTES se han gastado S/. 5,100.00; restan S/. 82,900.00.

La etapa de filmación en el Perú está terminada, obra en mi poder el copión o copia de trabajo con la cual he procedido al premontaje de la película. El acabado se hará en los laboratorios del ICAIC en La Habana, por gestión del Dr. Carlos Delgado, Director Superior del SINAMOS. Como el viaje a La Habana fue postergado hasta el mes de agosto por hallarse el laboratorio recargado de trabajo, he procedido a adelantar en Lima, parte del trabajo que se pensaba hacer allá.

Se han realizado ya las transcripciones de los textos en quechua y se va a proceder a hacer el doblaje de las mismas el castellano. Al terminar la película se tendrá dos versiones, una en quechua y otra en castellano, con el quechua de «fondo». Hasta aquí, Nora.

A estas alturas, habían pasado 5,045 días del inicio de la película (un modesto cortometraje de 25 minutos en  negro y blanco). El Director de Difusión se había querellado con media administración de SINAMOS y el affaire Huillca andaba con un expediente como de preso politico. Jorge Suárez, excelente cámara de la película, hacía rato que nos había dicho adiós. ¿Necesitamos contar las dificultades de la compra de los pasajes Lima-La Habana-Lima? (Que, por supuesto, estaban en «el rubro 0419 del Presupuesto Analítico aprobado»). ¿De las veces que Nova Estudios Cinematográficos  tuvo que explicar por qué cobraba el alquiler de sus modelos de cámara y grabadora sincrónicas? ¿De las nuevas cartas de Nora, después que Roberto Savio planteó la posibilidad de filmar algunas tomas adicionales? ¿Qué se hicieron con equipo de 16 mm, y que, de nuevo, los cubanos, la ampliaron a 35 en su laboratorio? ¿De cómo le pidieron cuenta documentada por concepto de viáticos a doña Nora de Izcue y Eulogio Nishiyama (quien fue como traductor de quechua)?

Cómo, en fin, doña Nora, arribó el 18 de agosto a Cuba y trabajó hasta el 18 de octubre del mismo año? Memo: «El Instituto Cubano del Arte e Industría Cinematográficos (ICAIC) se hizo cargo de todos los trabajos necesarios hasta la conclusión del mencionado film, habiendo aportado los servicios y materiales que se expresan a continuación: En laboratorio: 322 mts. revelado negativo 35 mm., 322 mts. rush 35 mm., 182 mts. revelado neg. 16 mm., 182 mts. rush 16 mm., 75 mts. Du-Negativo 35 mm., 75 mts., rush 35 mm., 419 mts. ampliación y rush., 107 mts. Du-Positivo 16 mm., 4 rollos corte negativo (4 rollos) 1,800 mts. copias corrección (2 copias). En Edición: 17 días – 1 Editor; 17 días – 1 asistente de Edición. En Sonido: a) Servicios: 23 Hs. Audición y Transfer.; 1.30 Hs. Narración; 9 Hs. Re-Recording; 1.30 Hs. Pre-Vista; 0.30 Hs. Transfer. a Optico. b) Materiales: 4,788 mts. Magnético 35 mm.; 183 mts. Cinta 1/4. En Trucaje (Carteles sobre Impuestos) a) Servicios: 398 palabras de Imprenta. 160 mts. Cartel con Movimiento; 225 mts. sobre Imposición. b) Materiales: 485 mts. PF -2; 385 mts. DN-2 (Dup-Positivo); 36 mts. DN-2 16 mm. (Doble Perforación); 36 mts. PF-2 16 mm. (Doble Perforación). En Carteles no sobre impuestos: a) Servicios: 100 palabras de Imprenta; 35 mts. de Cartel con un movimiento. b) Materiales: 50 mts. PF- 2. En Créditos sobre Impuestos: a) Servicios: 30 palabras de imprenta; 1 cártel fijo; 10 mts. de sobreimposición. b) Materiales: 50 mts. de PF-2; 35 mts. de DN-2 (D.P.). En efectos: a) Servicios: 20 mts. de efectos ópticos. b) Materiales: 80 mts. DN-2;  80 mts. PF-2. En foto animación: a) Servicios: 245 mts. de foto animación. b) Materiales: 490 mts. de NP-55; 490 mts. de PF – 2».

Memo sobre lo que falta

Runan Caycu, el film en cuestión, necesitaría aún de algunos pasos para completarse. Ellos van desde trámites técnicos, administrativos, nacionales e internacionales. Pero que se reúnen en los siguientes acápites:

– De un lado entre el SINAMOS y el ICAIC. Todavía queda por definir la cuestión del pago de los servicios al Instituto Cubano de Cinematografía. Pago, bien entendido, simbólico. Se entiende que los cubanos se pagarían lo empleado en materiales y tiempos de trabajo —unos 5,000 dólares— en términos de permiso para distribuir en la isla (unas 500 salas de cine) la película peruana. Al hacerlo, dejan de importar algún film; y el Perú «paga» sin desembolso de ningún tipo. Este contrato debería concluirse así.

– De otro lado, desde Cuba debería enviarse  un «contratipo». Es decir, un negativo para obtener copia. Esto permitiría la distribución del film sobre Huillca en varias salas. El uso del contratipo quedaría en Difusión del SINAMOS que financió el film, verdadero propietario del material. El envío del contratipo es una gentilleza del ICAIC. Pero decisivo.  

– Luego, el film debería obtener permiso de distribución obligatoria. Y esto corresponde a la Junta de Supervigilancia de Películas, organismos calificatorios, la OCI, a su tiempo.

– Y entonces podríamos ver a Huillca narrando en la pantalla, la vida de Huillca.

– El film de Nora de Izcue, surgido un tanto en los acontecimientos que narra Cuzco, tierra y muerte (Lima, 1964), mi libro sobre las invasiones de tierras, la realidad misma, generosamente impulsado por el ICAIC, proyecto surgido en el SINAMOS, y que ha merecido, esa copia enviada fuera, un premio internacional. Repito: La Paloma de Plata de Leipzig.

– Un film en el que Nora ha puesto dos años íntegros de su talento.

– Y Huillca, su vida.

– La de varios millones de peruanos. Una vida-problema. Un film-test. Un documento impecable sobre el Perú de estos días.

 * Publicado en el diario Correo, Suplemento Suceso, el 17 de agosto de 1975

Artículo reeditado en Café Viena, 4 de febrero de 2020

¿Elecciones? Llora, llora corazón

Written By: Hugo Neira - Feb• 03•20

«Llora si tienes por qué, que no es delito en el hombre, llorar por una mujer». Es un vals peruano, lo cantaba Carmencita Lara. Si lo pongo como título de esta crónica, no es por una mujer, sino por la patria. Será acaso que algo le queda a uno de lo que aprendió en la primaria, la patria una señora antigua, muy respetable. Y me pregunto adónde vamos. Porque lo que ha pasado con la última consulta que se ha hecho a millones de peruanos, nos ha salido un tiro por la culata. Francamente, no me alegro. Las cosas van de Guatemala a Guatepeor.

En esta columna dije, por intuición (no tengo una ONG en la que haga encuestas ni pimpantes consultorías), que se iba abrir la caja de Pandora. Sí pues, otro mito de los malditos griegos que lo sabían todo. Lo que se quiere decir con esa metáfora es que  «una acción pequeña puede desencadenar múltiples conflictos». Que Acción Popular tenga el mayor de los votos, no es riesgo alguno. Ni el Partido Morado. Cierto, Fuerza Popular deja de ser el partido hegemónico del pasado, pero no ha desaparecido. Por mi parte, leyendo lo diarios —yo soy de esos que leen periódicos en papel y no en pantallas digitales que te meten publicidad hasta el vómito— se dicen cosas sensatas. «Congreso variopinto y fragmentado». «Vizcarra va a tener un reto para articular su agenda» (María Alejandra Campos, El Comercio). «Una fragmentación que requerirá consensos» dice a cuatro columnas un diario limeño. Ay mis paisanos, siempre tan optimistas.

¿Consensos, agendas? Pero si lo primero que ha dicho el partido de Antauro y los religiosos herederos de Ataucusi, es que «las bancadas solo formarían alianzas en temas concretos». ¿Mayoría oficialista? La veo verde. Esas nuevas fuerzas populares no entran en vainas. Para ellos, la palabra pacto o acuerdo —fundamentos de toda sociedad política— les parece no solo un delito sino un pecado. ¡Vaya tiro por la culata! En el Parlamento queda legitimado el Andahuaylazo, y de golpe, Antauro, el político más importante del Perú. Eso tiene, señor presidente, tener consejeros argentinos. La política siempre tiene un lado antropológico y mental. La novedad de este Congreso es lo que un irónico arquitecto, cuando se ocupaba de las mentalidades y comportamientos de los peruanos, decía sonriente, «el concho telúrico de acometividad». O sea, lo que está pasando. ¿Quién era ese? Se llamaba Héctor Velarde. Lo conocí personalmente. Era el rostro y la pluma burlona de una Lima que se fue. Yo era muy joven, aunque escribía los editoriales de un diario, acaso porque en mi generación se leía mucho, y me convenció de que para el periodismo era necesario contar con el alma. Estaba convencido de que existía y que para ser escritor en periódicos, estábamos fritos, había que entender de filosofía, religión, moral, sacrificio, suicidios para la última esperanza. Siempre hubo cucos en la vida limeña. Y un día me dice: Hugo, «la Paraca viene del sur».

El Sur, señores. Lo local en el Parlamento. Y eso que Urresti se perfila como el candidato más votado, dice El Comercio (martes 28), se necesita por lo menos tener fama de macho, y arrastrar algún asunto judicial que te muestre capaz de matar a alguien. ¿Se repite la historia? Puede ser. ¿Qué partido tiene un líder preso? Nada menos que la UPP y sus 17 escaños. Dice Virgilio Acuña: «radical no significa que vamos a fusilar mañana, sino que tenemos el interés de cambiar la situación». Mire, señor Acuña Peralta, con el respeto que tengo a todo aquel que no coincide conmigo, creo en la pluralidad en la vida política, y del derecho de cada quien para pensar por su cuenta, le diré lo que entendemos los sociólogos, los filósofos, los historiadores, por el concepto de ‘radical’. No quiere decir ni extrema derecha ni extrema izquierda. ‘Radical’, en los diccionarios de todas las lenguas del planeta, quiere decir «ir a la raíz». Y la raíz de todo es el ser humano. 

Desde ese ángulo, yo sigo pensando que el gran problema de la sociedad peruana consiste en la incultura. Nuestros problemas no son la economía, que increíblemente camina, aunque Toledo nos mintiera diciendo que había sido profesor en Harvard. Cuando digo cultura no es si conocen a Mozart o a Beethoven, ese test que les hacen a las candidatas a miss Perú o miss Chiclayo. La palabra cultura, tiene una aproximación a la agricultura, cultivar la tierra, por ejemplo. Y fue en el Renacimiento que el término de cultura se usa para la ciencia, la filosofía y el trabajo intelectual. Y más tarde, con la antropología, desde Taylor, «un conjunto de hábitos y capacidades tanto religiosas como de arte, moral, derecho que los seres humanos adquieren para ser miembros de  una sociedad». Perdón por la cita, un tanto larga. A lo que voy, se trata de los comportamientos sociales. Son hábitos, para decir lo esencial. Y lo que ha pasado en mi patria, el Perú, es el retroceso feroz del hábito de leer.

Ahora bien, a veces ocurre que una sociedad (la peruana, la colombiana, lo que usted quiera) no logra dar a luz una clase dirigente, obviamente culta. Pero puede tener una ciudadanía culta. Bien, ni una cosa ni la otra en el Perú ‘descuajeringado’ del siglo XXI (peruanismo: desordenado, descuidado). La educación masiva peruana —está hablando quien fuera en su juventud escolar en el Melitón Carvajal, es decir, un colegio estatal— no solo ha retrocedido. Rompieron y exilaron las asignaturas que enseñan a pensar  y razonar. Hoy, el peruano de a pie habla castellano, pero ignora su gramática. Además, no han tenido cursos de lógica, de literatura, ni peruana ni española ni nada. Debe haber unos 8 millones de jóvenes que pasaron por las aulas y no escucharon jamás un poema. Nunca poesía. A mí se me ocurre que hay un lazo entre la desaparición del romanticismo y el aumento del feminicidio. La ternura con la mujer no es innata, se aprende. Es algo cultural y no natural.  

Y luego, en colegios y universidades, adiós a los conocimientos. Solo se habla de ‘habilidades’. Estamos a la cola del planeta en materia de comprensión lectora. El ingreso a la economía liberal les ha quemado los sesos a muchos peruanos. Cuentan, para llegar a ser alguien, el dinero. Sin duda, pero los que mandan, esos que tienen los empleos estables y formales, tienen cultura. Se ha logrado que los hijos y nietos de la gran inmigración de la sierra a las ciudades costeñas, formen un estrato social acomodado pero sin aquello que se llama «el capital simbólico». El daño es gigantesco. En hindú se dice, avidyā, la ignorancia del ignorante que no sabe que no sabe. Por eso han votado como lo han hecho. Sin averiguar a quienes daban poder. ¿Saben qué dicen en los medios académicos en Europa? «En la América Latina, las elecciones están en contra de las democracias». No miento, Olivier Dabène. Lo ven claro porque están lejos.

En fin, yo nací en Abancay pero crecí en Lince, que era un barrio bravo. La sinceridad criolla, amable lector. Hoy no tenemos personal para una clase dirigente. Ni ciudadanos bien formados con cultura cívica. Para ser francos, en política, estamos calatos. Arriba y abajo.

Yo no veo sino el retorno de la antipolítica. En fin, en el fondo de la caja de Pandora, los griegos —siempre dialécticos— decían que había algo que era Elpis, la esperanza. Que Zeus y Jehová lo quieran.   

Publicado en El Montonero., 03 de febrero de 2020

https://elmontonero.pe/columnas/elecciones-llora-llora-corazon