Lava Jato. Y limpiar los establos de Augías *

Written By: Hugo Neira - Sep• 10•18

De un día para otro, me invitan al programa Combutters en Willax TV. En el camino, me preguntaba a mí mismo de que íbamos a hablar, supuse que del fiscal Chávarry. La verdad es que tenía grandes deseos de protestar ante la reacción histérica en los medios y la obsesión paranoide de buscar chivos expiatorios. La verdad es que Phillip Butters arrancó por ese lado. Antes de hacerme alguna pregunta, se dirige al público y evoca que Perú jugó contra Holanda y pierde por un gol después que Carrillo le cede el balón a Yoshimar Yotún que falla un remate regalado. Entonces el culpable de la derrota era el Fiscal de la Nación, Chávarry. Sarcasmo y mordacidad de Butters que venía a tiempo. La ironía que despierta conciencias.

Al hablar, me propuse hacerlo con argumentos racionales. Dije que encontraba monocorde lo que se decía sobre Chávarry. «Ninguno plantea la posibilidad de que sea justamente el fiscal severo que necesitamos». No hay uno solo que lo diga. La verdad es que ese cargamontón contra el Fiscal de la Nación oculta la otra vida paralela de la política limeña. Butters mostró, con el documento de la Junta de Fiscales en la mano, lo que pedían: «adopte una decisión acorde a los intereses y el bienestar de la institución». ¡Eso es lo que dijeron! Y no aparece la palabra«renuncia»¡! Y menos lo del «paso al costado». Sin embargo, varios diarios lo colocaron en los titulares de primera plana¡! Monumental tergiversación. En los noventa, fueron los diarios chicha de la maquinaria montesinista-autocracia Alberto Fujimori. Hoy lo usan gente que se dice de izquierda, y no lo son. Como en toda profesión, hay una ética.

Hemos tenido semanas enteras de un carnaval de fake news, de noticias falsas, de hoax o mensajes falsos en cadena. No somos los únicos. Tergiversar es una peste planetaria. De eso se ocupa María del Pilar Tello, en Ciberpolítica. Ahora bien, si la conexión rusa ha influido en el Brexit de Inglaterra y en la derrota de la señora Clinton, en sociedades donde a los jóvenes se les enseña a razonar, ¿qué podemos esperar nosotros? ¿Con la pésima educación peruana?

Ante Phillip Butters (y la audiencia), propuse algo distinto. Imagina —le dije— que tuviéramos un finlandés que nos pregunta cómo le va al Perú. (Lo de Finlandia, por lo lejos que está.) Yo le diría que estamos ante un país paradójico. Por un lado, no nos va tan mal. Un presidente ha sido reemplazado por un vicepresidente. O sea, lo normal, la ley. En segundo lugar, en economía se anuncia algo sobre el 4%. (Aunque hemos perdido 7 añitos, 5 con el «revolucionario» Ollanta y dos con PPK.) Esa noche, me extendí en datos que provienen del INEI (Instituto Nacional de Estadística). Hay cambios inmensos en la sociedad peruana. En primer lugar, somos un país urbano. Un país de ciudades. Lo rural ocupa el 10%. En segundo lugar, somos un país costeño. Por primera vez en 3000 años, la costa está más poblada que las cuencas andinas. Y añadí, yo nací en Abancay, o sea lo que digo no es subjetivo. Un 70% en los llanos que conectan comercio y gente. Y solo 30% en la sierra. Por último, ya somos un país masivamente alfabeto (discusión: analfabetos en un 5% o 9%.) Entonces, globalmente no hay crisis¡! Pero la fabrican. Esta mañana, una tuitera, Luz Amelia: «lo escuché en Philippe Butters y me devolvió la tranquilidad. Pensé que estaba loca, porque no es posible q personas q aparentan tener criterio se lancen como gallinazos contra Chávarry, los comentarios q hizo, son certeros». Cuánto me alegro. Pero todavía faltan los hechos, la reforma del poder judicial. Entre tanto, la clase política está desacreditada y buena parte del poder mediático.

Esa noche conté que fui comunista, no «de izquierda». Aprendí a ser sobrio y estudioso. Y en el San Marcos de mi juventud, había mayoría aplastante de apristas. Para mi generación —Fernando Fuenzalida, Arias Schreiber, Carlos Franco—, los apristas no eran enemigos. Eran rivales. No es lo mismo. Hoy, me creen naranja. Se equivocan. Ni eso ni lo contrario. No sé odiar, y mi religión es ser un libre investigador, ver y decir lo que es real. En los 2000, escribí El mal peruano**. «El abuso del poder, la plata fácil, la falta de escrúpulos y la esfera de la impunidad. El libro trata de Fujimori y Montesinos, pero no solo de ellos. Trata de una cultura de la criminalidad, enraizada en la propia cultura criolla y nacional.» ¡En el 2001! Esa noche dije que Haya de la Torre es la figura mayor del siglo XX. Su legado es actual. ¿O hemos construido una sociedad del bienestar para todos? Dije que Keiko nace en 1975, o sea, tiene camino para rato. Y dije que el rol del opositor (democrático) lo ocupa hoy Alan García. Menos mal, porque en este laberinto, se nos puede presentar algún Maduro peruano.

En suma, para las semanas que vienen, funcionarios, empresarios, opinólogos que por lo bajo cobraron en dólares, esperan su apocalipsis. Lava Jato apenas comienza. Y escribiendo este artículo, ocurre que el fiscal Chávarry se queda. Me saco el sombrero. Y coraje, señor. Esperamos de usted, se lo digo sinceramente, la proeza de limpiar unos establos llenos de mierda, algo que nunca se hizo. Sería entonces la mejor manera de festejar el bicentenario.

* «Los dioses impusieron el trabajo de limpiar el establo en un solo día a Hércules con el fin de humillarle y ridiculizarle, ya que era tal la cantidad de excrementos acumulados (los establos de Augías jamás habían sido limpiados) que resultaba prácticamente imposible limpiarlos en un solo día.»   —Wikipedia

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El mal peruano 1990-2001

Publicado en El Montonero., 10 de setiembre de 2018

elmontonero.pe/columnas/lava-jato-y-limpiar-los-establos-de-augias

Municipales y afiches. De todo como en botica

Written By: Hugo Neira - Sep• 03•18

Edilicio es todo lo que se relacione con las municipalidades. Pero no vamos a detenernos en las 11’789 listas de candidatos inscritos —según la ONPE— para los comicios de octubre. Examinarlas sería una tarea para una tesis y no para una modesta crónica de vecino, como la presente. En cambio tomamos un sendero más claro y visible. Los afiches. Dime qué afiches tienes y te diré quién eres. Por ello, en el largo puente de estos días, tomé un taxi para un servicio por horas, e hicimos un safari fotográfico por algunos lugares de Lima. No todos. El amable lector comprenderá que como en las encuestas, no se pregunta a todo el mundo. Sino a algunas tendencias dominantes.

Creo que es posible identificar varias tendencias y estilos. La primera es la de los candidatos hiperindividuales, amistosos, amigables. Son los candidatos que presentan en sus afiches solo el prenombre. Es el caso de Kary, por Surco. Luce el rostro, y una propuesta que resulta excesiva. «Adiós al crimen». Eso, querida candidata, no puede proponerlo ni el Papa Francisco en Roma. Con la rubia Kary no sé qué hacer. Si ponerla en la corriente que, como dicen en jerga limeña, es «patería». Hay otra candidata con la misma ideología, se llama Gina, y Somos Perú y chaú. ¿Un tema de mujeres candidatas? Nada de eso, se repite en barones. Un tal Kike, así de corto, nada de apellidos. Kike en su propaganda es muy original, lo suyo es una tabla como para correr olas. Se puede suponer que esas candidaturas han surgido no de partidos políticos sino de lo que en peruano se llama un «cogollo». No sé cómo les irá, son demasiado distritales. Pareciera que llevasen un mensaje subliminal, «yo soy muy conocida». En fin, en octubre se verá.

El segundo grupo son los que lucen un tono de admonición, de advertencia. Un poco a lo Pinochet. Por ejemplo, Derliz, «A los delincuentes: ¡sus días están contados!». En letras negras y fondo amarillo, Derliz tiene uno también con promesa de hospital de emergencia 24h. Hay varios mandones, Johnny Vásquez, «Orden + autoridad = más seguridad». Lo de la seguridad se repite en el afiche de Daniel Urresti por Lima y del brazo de Adalberto Guardian por Ate. En ese grupo, también se podría hallar los agresivos. Dupuy con el dedo por delante, por  Perú Patria Segura. Alfredo Saavedra, «Proyectos sí, promesas no». Vaya tautología, ¡decirlo ya es una promesa!

En tercer lugar, los convencionales. Esos tienen nombre completo y dicen sus propósitos. Rubén Verástegui, por el deporte. Pedro Cabrera, «El tránsito es mi reto». Álvaro Paz de la Barra, de perfil, con la barbita de los jóvenes, «Con una mirada de esperanza e ilusión». Arturo Bobbio, «arborización de cerros». Y promete «donar dos árboles por panel». En otros afiches promete «Surco animalista». Omar Montoro, «Ahora sí, administración eficiente de los recursos». En cuarto lugar, los pragmáticos. Juan Alvarado, en el afiche, «32 años de experiencia innovando». Gina, «Trámites online. Plataformas interactivas».

Y por último, los exagerados. Ana Altamirano, foto, nombre completo de Todos por el Perú.  Pero hijita, ese eslogan es bueno para una presidencial¡! Los que se pasan. Álvaro Paz de la Barra, «Más humano, menos político». Dios santo, afiche de político negando la política (¿?!) Enrique Cornejo, «Vota por el tío Bigote». ¿Y eso es todo? En unas elecciones anteriores, le dio algún resultado, ¿pero hoy? El clima no está para bromas, querido amigo. Y el que luce su saber semántico es sin duda Ricardo Belmont, «Perú libertario». ¿Sabe usted, Belmont, que libertario es uno de los tantos nombres que tomaron nuestros anarquistas, que adoraban a Manuel González Prada? Gutarra, Barba, Lévano. ¿Los admira? Y también hubo una corriente de «libertarios» en el Sinamos de Velasco. Jaime Llosa, Carlos Delgado. Por favor. Para sus campañas, le recomiendo un maestro de secundaria ducho en lengua castellana. Hace años, también le corregí otro vocablo (en La República). Hablaba en la radio de ser «positivista». Quería decir que no era pesimista, pero los positivistas fueron una corriente de ideas allá por el fin del siglo XIX. Noto que su inclinación por el uso de conceptos difíciles para cosas sencillas no se ha perdido. Soy su admirador, de usted espero el partido piroclasto, la nación vesicular y el Estado lábil.

En fin, en algunos casos se mezclan los estilos. Hay el «que se pasa» pero pone nombre completo. Hay los que tienen afiches distintos, como quien busca clientelas diversas. No está mal. Nuestra sociedad es muy segmentada. Y los afiches cambian de distrito a distrito. Interesante. Por cierto, «hay 250 planes vinculados áreas verdes, reciclaje, ríos y arboledas y otros temas» (El Comercio, 02/09/18). Pero los afiches tomaron otro rumbo. Al fin de cuentas, se nota dos corrientes. La personalista y la más o menos partidaria. Falta poco para saber quién vencerá.

Publicado en El Montonero., 3 de setiembre de 2018

http://elmontonero.pe/columnas/municipales-y-afiches-de-todo-como-en-botica

 

Mary Shelley: Frankenstein, mito y tecnología

Written By: Hugo Neira - Ago• 31•18

Mientras recorría París y sus librerías, de pronto me di cuenta que no solo en Francia se celebraba el centenario de Frankenstein o el Prometeo moderno. En efecto, escrito en 1818 y editado por primera vez en Londres, su autor, una mujer, Mary Shelley, nacida en 1797, lo escribe a los 21 años. Por otra parte, en librerías, sorprende el interés de los lectores por temáticas científicas: ciencias cognitivas, genética, estudios del cerebro, la conciencia y las emociones. Azar o convergencia, los 200 años de la «creatura» monstruosa coinciden con los nuevos saberes que pueden desencadenar cambios asombrosos. No solo alargar la longevidad sino llegar a impedir el envejecimiento.

¿Frankenstein? En abril del 2015 un equipo de genetistas chinos se puso a «mejorar» el genoma de 83 embriones humanos. La meta fue llegar a erradicar embriones con enfermedades hereditarias. Pero ¿a qué distancia estamos de aumentar las potencias de un nuevo ser humano dado el progreso de las tecnociencias?

Mary Shelley propuso algo que siempre parecía un tema de ciencia ficción. Y lo ha sido por decenios desde el cine. De 1910 al 2015, hubo unas 93 películas. El nombre de Frankenstein, como se sabe, es el del médico que crea la vida desde los restos de muertos que roba en los cementerios. La obra de Mary Shelley aspira a ser algo más que un cuento fantástico, aunque figure en La Bibliothèque Idéale de Pivot, al lado de Dr Jekyll y Mister HyH Hyde de Stevenson. Para el filósofo A. Jori, «Frankenstein es una metáfora de la ambigüedad estructural de la tecnología». ¿Por qué un Prometeo moderno? El titán que ayuda a la humanidad no es perdonado por los dioses. Nos entrega el fuego. Y la fruta del saber, la serpiente del Paraíso. Ambas rebeliones contra lo divino. De ahí la demonización de Prometeo.

Las tendencias sociales de lectura siguen siendo economía, sexo y política, pero esas materias noto que son desplazadas por las que tratan del arte de aprender a vivir, la salud, el placer, el bonheur o felicidad y el respeto al cuerpo. Incluso hay una corriente intelectual, el transhumanismo, que interesa al filósofo Luc Ferry. «La tecnomedicina puede modificar nuestras vidas». Su postura es de entusiasmo y a la vez de horror.

Mary Shelley. Hija de William Godwin, editor, y de Mary Wollstonecraft, escritora y política —padres excepcionales— pero pierde pronto a la madre. No siguió una escolaridad regular, en cambio aprende griego, latín, francés e italiano. Muy temprano en su vida aparece Percy Bysshe Shelley, poeta, hombre casado y con el cual se fuga en 1814. Y Percy, divorciado, se casa con ella en 1816. Gran amigo de Lord Byron, ambos son invitados para pasar una temporada en Ginebra, y alquilan una casa cercana al lago Lemán. Es Byron quien les propone escribir algo fantasmagórico. Ella recuerda «la noche húmeda y tenebrosa en que comencé ese relato». Pero el padre lo imprime sin decir quién lo ha escrito, y dándole el prólogo a Percy Shelley. Prudencias victorianas. Pero el marido —que era poeta, bohemio, muere en el mar, a los 29 años— no era un canalla. Él mismo reconoce que Mary es la autora.

Hemos visto en París la película inglesa que lleva secamente el título de «Mary Shelley» de Haifaa Al-Mansour, también mujer. Ya llegará a Lima, vale la pena verla. Siempre me pregunté en qué se inspiró. Ese film nos dice que Mary, la escritora, pasó por momentos de total soledad. Ella y Frankenstein. Seres dotados de poderes y a la vez desdichados.

Publicado en El Comercio, 30 de agosto de 2018

https://elcomercio.pe/opinion/columnistas/mary-shelley-frankenstein-mito-tecnologia-hugo-neira-noticia-552074

 

Referéndum. Sí pero, ¿rapidito nomás?

Written By: Hugo Neira - Ago• 27•18

No me asombra en exceso que el presidente Vizcarra haya tomado la iniciativa y la bandera, tan esperada, de cambios institucionales. Ni la respuesta de Keiko Fujimori. Mi hipótesis, sin duda personal, es que ambos se han afirmado en el rol político que les toca y conviene. Uno oficial y otro de oposición. Cada uno con su propia estrategia. No la aplaudo, digo nomás.

No estuve en Perú ni en julio ni en el mes de agosto. Pero tengo entendido que el discurso dirigido a la Nación de las pasadas fiestas patrias, tuvo un efecto enorme en la vida política del país. En las encuestas —aunque por mi parte dudo de ellas en cuanto a que representen a toda la sociedad peruana—, igual no es poco pasar de 35% en julio a 46% en agosto, según Ipsos Perú. Qué duda cabe, la ciudadanía está de acuerdo en una reforma judicial, obviamente indignada por el destape de la maquinaria de corrupción legal que habían montado los Jueces Supremos, lo que ha conducido a admitir un referéndum con varias consultas.

La encuesta fue corta. Los que la organizaron confiesan que fueron consultados 1’266. Pero no es el lugar para discutir su tecnicidad, ha sido hecha, y atengámonos a su resultado. No busquemos cinco pies al gato. Con esos resultados pude enviar una crónica pero preferí postergarla hasta dejar Europa, volver a Lima, y hacer lo que conviene hacer, consultar amigos y ver los diarios. Todo esto para decir que ante tal desafío político y cognitivo de la reforma que se viene, he hallado un par de textos sensatos. Y además, escuché, apenas llegado, una intervención de Enrique Bernales en una mesa redonda de corte académico, que francamente, viene al caso.

Comenzaré por Abusada Salah, el 21 de agosto. Tras el escándalo de los audios se ha producido “una indignante e insoportable situación lo que ha empujado a la clase política a emprender el cambio”. Lo que más me atrajo del artículo de Abusada, es “la oportunidad de un shock reformador”. Pero tiene sus dudas. “Existe el peligro de que los líderes del cambio arriesguen a hipotecar la oportunidad de impulsar un shock reformador en aras de obtener popularidad de corto plazo”. Por lo demás, está por el retorno a un Senado, “elegido en distrito único, puede defender el carácter unitario de la nación”. ¡Qué fortuna sería aquello! Senadores que vieran al Perú como mixtura de culturas y a la vez de vínculos y acoplamientos. No es el caso presente. No se quisieron fusionar cusqueños y arequipeños. La macrorregión solo existe en la cabeza del jurista que se le ocurrió la cosa.

He dicho dos artículos sensatos. El otro es el de Jaime de Althaus (24 de agosto, igual en El Comercio). Comienza con “Keiko Fujimori pudo haber dicho lo mismo que le permitiera no seguir perdiendo el piso”. Se refiere al reproche que la hija de Alberto le hace al presidente actual, “la reconstrucción, la anemia, el acoso de las delincuencias, etc”. A lo que va Althaus es que esos “problemas urgentes” deben ser atendidos, pero eso no significa que la reforma judicial y política no sea menos urgente que obras de infraestructura. Y sobre las dichas reformas, Althaus acoge el proyecto de la bicameralidad pero no el de «la no reelección de congresistas sería negativo”. Por lo demás, Althaus, serenamente, señala que si nos cambiamos de diputados como quien se cambia de ropa interior —no lo dice así— “nos llevaría a una imposibilidad de consolidar nunca una clase política experimentada”.

Ahora bien, en esta problemática de las reformas, hay dos maneras de aproximarse. La que acabamos de describir, racional. Y la otra, deliberadamente política. ¡Hombre! Volvamos a Maquiavelo. Hay dos propósitos fundamentales. Cómo se llega al poder. El segundo, cómo se le mantiene (Cap.V, El Príncipe). Comencemos por el referéndum que convocará el presidente Vizcarra. Lo quiere de inmediato. Políticamente tiene razón. El solo gesto de convocar a los ciudadanos lo saca de la situación de reemplazante o interino. Seamos realistas, con el referéndum adquiere eso que se llama legitimidad. ¿Me hago entender? Se acaba la vaina de que “elecciones ya”. Aparece en el horizonte el 2021. No es poco.

Pero se entiende también, políticamente, lo de Keiko. Cierto, podría tener una actitud más diplomática, lo sugiere Althaus, y un “sí pero”, hubiera sido oportuno. Pero al estar en apenas un 15% de aprobación —aunque los otros están peor— puedo suponer que por dentro, en el enigmático partido Fuerza Popular, deben correr vientos huracanados. No tiene más remedio que cargar con su propia mochila, el rol nefasto de la oposición.

El problema de esta hora es el corto o el plazo medio. Yo le sugiero al amigo lector que escucha al constitucionalista Bernales.

Esa reforma no se puede hacer en los plazos cortos que el Primer Ministro, Villanueva, cree posible. Se dice —Lima es muy chismosa— que un sociólogo ha colaborado con el proyecto de reformas. Qué bien. Creo conocerlo y es de lo mejor. Pero sería conveniente que el Presidente llame también a los constitucionalistas, los hay. Además, esas reformas merecen un debate nacional. ¿Cuándo en la tele del gobierno?

En suma, el presidente Vizcarra se afirma con sus reformas. La señora Keiko lo hace complaciendo a sus bases. Nada del otro jueves. Así van las cosas. La guerra civil sin balas. Puede ser entretenido, pero nos espera el 2021. El agujero negro. Sin una cultura masiva ni educación para esta interminable transición peruana a la democracia, se vislumbra un final catastrófico y la probable victoria de un outsider. Una emanación del lumpen. Así fue como llegó Chavez, tras el desengaño de las grandes mayorías, por el camino de las urnas al poder total. Sigamos jugando al que gana pierde, nos espera un infierno peor que el actual.

Publicado en El Montonero., 27 de agosto de 2018

Referéndum. Sí pero, ¿rapidito nomás?

 

China, desde los sinólogos europeos y norteamericanos

Written By: Hugo Neira - Ago• 20•18

De China sabemos que su población total —en mediciones del 2017— llega a 1’408’000’922 de seres humanos, que su PBI llega a 10’354 billones de dólares, no muy lejos de los Estados Unidos (17’419  billones), y su dinámica interna, con un crecimiento de 6,9% durante los últimos veinticinco años, es inexorablemente la estrella de la economía mundial que desplazará tarde o temprano a USA. Aunque últimamente, el FMI ha notado una deceleración en la creciente economía china, y desde el 2016, el crecimiento pasó de un 6,9% a 6,5%. Y entonces, el mundo tembló. El lector no necesita ser un economista de talento para entender hasta qué punto, en la economía mundial, cuenta el gigante chino. Cuatro céntimos menos, y las exportaciones a China disminuyen, y en ese baile estamos nosotros también.

Estando en París, lo primero que hice es ir a librerías e instituciones que estudian el mundo chino. Para adquirir los libros que no llegaran jamás a Lima. No se entiende a China cabalmente. La gente que trabaja en el FMI mide con el mismo rasero a todos los países. Por lo general, aciertan. Pero hay algunas sociedades actuales, con singularidades que no son compatibles con los logaritmos de la economía de mercado. Por ejemplo, la Rusia de Putin, la China de Xi Jinping, y un tanto la Turquía de Erdogan. Su pueblo quiere que mande, y hace poco anticipó las elecciones presidenciales y legislativas para seguir gobernando dictatorialmente. Y el pueblo turco votó por Erdogan. Está en el poder desde el 2003. Ni los mexicanos del PRI ni Perón en sus mejores momentos. Lo que estoy diciendo es que la dicotomía democracia/dictadura, toma formas híbridas en estos tiempos nuestros, tan esquivos e incomprensibles a los que todo lo ven negro o blanco.

China, Rusia, Turquía, no son solo espacios poblados sometidos a las matemáticas del FMI. Son civilizaciones. Es decir, potentes singularidades. A la China post maoísmo, se la entiende como un nuevo capitalismo de Estado, hasta ahí llega el logos occidental. Se detienen en que hay un sector privado muy dinámico, pero a la vez, cuidadosamente minoritario. Hay, en efecto, una China liberal, fei gongbu, es decir, no público. Un eufemismo. Hay empresas privatizadas libres por completo del control de las autoridades, con las mismas reglas de sus pares occidentales, costo y beneficio, que se administran por su cuenta, y van desde empresas privadas, desde talleres aldeanos a empresas de alta tecnología. Entonces, marchan hacia el capitalismo¡! De ninguna manera. Los datos que nos proporcionan los que realmente conocen la China actual, es que ese sector, que apareció en 1997, nunca ha sobrepasado un 20% de la producción industrial (Nicholas Lardy, Sustaining China’s Economic Growth after the Global Financial Crisis, Washington DC, 2012).

La temática china es conocida, si se acude a los que la estudian sin prejuicios. Si se quiere saber cómo funciona el partido comunista chino, hay que leer a McGregor, Richard. También a chinos intelectuales que son publicados en Occidente, como Xiang, Lanxin. Y a europeos al tanto de las reformas lanzadas desde 1980, y que no tienen la inocencia de creer que China se orienta a la democratización —a la occidental— cuando todo indica un rumbo distinto. «La élite que gobierna China después de Mao no se orienta a crear un sistema capitalista sino que utilizan las potencialidades del mercado para desarrollar la riqueza de China y de los chinos, reforzando la potencia de esa civilización, mediante la preservación del monopolio del poder» (Marie-Claire Bergère, 2013). «La legitimidad de los gobernantes actuales no se funda en una ideología sino en el crecimiento y la exaltación nacionalista». Qué claro, ¿no? ¿Y cómo gobiernan? «Por una combinación de un sistema» —dice la especialista— «autoritario y dúctil». Cuidado, no es para tomarlo a la ligera. ¡Llevan tres decenios de reformas!

El partido domina, pero no es Ortega el nicaragüense. Rompen con la economía planificada, pero no del todo. Se fijan en que las provincias costeñas son más dadas a las reformas, y entonces las apoyan en modernizaciones. El poder es centralista, pero hasta cierto punto. A veces invierten millones de yuanes, pero no siempre. En la industria, China se ha vuelto «el taller del planeta», claro está, una combinación de mano de obra barata y el más avanzado sistema tecnológico, pero se olvidan de decir lo decisivo: no hay un modelo único. Las estrategias de desarrollo son pragmáticas.

En Civilizaciones comparadas (2015), entendí que la vida china y su historia política era más bien una serie de convulsiones y una sucesión de dinastías, y al cambiar de una a otra, largos periodos de paz y prosperidad. De los Reinos Combatientes, tres siglos antes de la era cristiana, ¡ya tenían Estado! Y los Qin, los Han, los Tang, los Ming. De alguna manera, Mao funda una dinastía, el partido. 85 millones de miembros. Una élite, atrevida y prudente a la vez. Tienen un sentido común que nos falta. A nosotros nos pierde la vanidad de la verdad única. ¿Cuándo dejaremos de ser dogmáticos? La revolución que necesitamos es cultural. Abierta, realista, flexible y a la vez de principios. Hay que mirar a la India, a China, al Japón. Asimilaron a Occidente, para competir. Mariátegui lo dijo, hace casi un siglo. «Sin Europa, no hay salvación». Pero la brecha cultural entre Europa y nuestra cultura que se mira el ombligo, se ha ensanchado desde sus días.

Un país se salva cuando su gente piensa, es culta y ama el conocimiento. Lo digo porque en los últimos veinte años, muchas cosas han marchado bien, pero nos hemos inculturizado. Y luego se quejan de la calidad de la clase política. Se le cerraron las puertas del saber a los hijos del pueblo que iban a las grandes unidades escolares, que arruinaron deliberadamente. Y un pueblo no instruido ha votado erráticamente, y lo seguirá haciendo.

Publicado en El Montonero., 20 de agosto de 2018

China, desde los sinólogos europeos y norteamericanos