Burguesía y nación

Written By: Hugo Neira - Abr• 02•18

Estando en el extranjero y a punto de volver, en una noche de plenilunio escribo estas líneas, aunque varios temas trotan en mi cabeza. He leído el “Que se rayen todos” de Juan de la Puente, como siempre, lúcido. Y el último de Carlos Meléndez, “La derrota del antifujimorismo”. Pero no tengo ganas de seguir por esos temas. Me interesa el Perú y me interesa el mundo. El misil invencible que anuncia la Rusia militarizada de Putin. La guerra comercial, el retorno a economías en parte protegidas, tanto en la China de Xi Jinping y la América de Trump. ¿Vamos hacia una desmundialización? ¿A economías mixtas?

Estaba en esto, buscando una temática. Pero estuve estudiando, entre otros episodios, el periodo del auge del guano en el siglo XIX. Y en Guano y Burguesía, Heraclio Bonilla hace una pregunta decisiva: ¿por qué los consignatarios —que recibieron fortunas del fisco como exportadores del guano— no se volvieron una burguesía moderna? Según Bonilla, se contentaron con ser una “clase rentista y parasitaria”. La burguesía nacional fue una obsesión de izquierda de los años 70. Pero esa cuestión me lleva al presente. Y el ahora es la mundialización. Un fenómeno planetario. Tiene sus ventajas y límites. Nunca ha crecido más la riqueza. Nunca se han abierto los abismos que hoy separan los muy ricos y la mayoría de seres humanos. Hoy, las polaridades de nuestro tiempo son lo local y lo global. Es decir, burguesía nacional y burguesía apátrida. Trump milita en la primera. Prefiere que los obreros norteamericanos tengan chamba, a que las empresas deslocalicen para acumular ganancias. No es el único. Macron y la Merkel quieren una Europa con precauciones regionales. Y Putin. Y Xi Jinping. En la América Latina, no hay país que le pare los machos al FMI. Somos siervos de amos que ni nos conocen.

La mundialización no es solo el mercado mundial, Internet, Twitter y los viajes veloces, es también las finanzas internacionales por encima de los Estados. Una corriente “economicista” sin leyes ni límites geográficos ni políticos. Temible. No es algo que se me ocurra. Léase a Saskia Sassen. A Ulrick Beck. A Daniel Cohen. Estudian el poder que está por encima de los poderes. Y cómo debilitan instituciones, Estados y naciones. A lo que voy, hoy existen dos modalidades de burguesías. Unas son nacionales. Otras son burguesías globalizadas y desnacionalizadas. Debilitan a los Estados, pero no pueden desaparecerlos. Hasta el momento, no hay otra manera de regular la vida social. Pero para gobernar países se necesitan políticas. Y eso significa no solo cálculos y logaritmos sino sentimientos y emociones. Por mi parte, no tengo nada contra las multinacionales. El asunto no es ese.

El amor al Perú. No por sentimentalismo. En política, el tema de lo subjetivo, cuenta. Es así como, en otras épocas, había gente, entre las clases acomodadas, que no solo pensaba en sus ingresos sino en eso que llamamos Patria. Pienso en los Mujica Gallo. En Manuel, no solo se ocupaba de sus haciendas y minas y negocios bancarios, sino que fue el fundador del diario Expreso en 1961. Una inversión que le costaba por año, una hacienda. Lo hacía no por interés sino porque era un mecenas. Quería un periodismo —en época en que se leía más que en nuestros días— que compitiera con La Prensa, diario archirreaccionario. Pienso en Miguel, su hermano, que por mecenas monta el Museo de Oro. Es decir, compra a un precio mayor que el de los traficantes de huacos, con tal de que no se vayan del país. Para que los veamos, y nuestros hijos y nietos.

Pienso en Mario Brescia. A quien conocí. No suelo frecuentar a los empresarios. Pero a Brescia lo conocí cuando yo estaba en la BNP, y acudía al apoyo de empresas privadas. Nos hicimos amigos. Me recibía en una oficina inmensa, que era una suerte de museo. Brescia amaba el Perú y su cultura. Recuerdo que le hablé de un libro de Basadre, uno en que compara la historia de Bolivia, Perú y Chile, obra agotada. Brescia buscó entre los libreros de libros viejos, apasionadamente, un ejemplar. Ante esto, mandé a fotocopiar mi ejemplar, para regalárselo. No pudo ser, se fue de este mundo. Estoy diciendo que el amor al país son actos. La Fundación de su banco, sigue activa.

En los últimos años, los peruanos han votado por gente desarraigada. Toledo no hizo una vida peruana en su adolescencia, y eso lo marcó para siempre. Lo de “cholo sagrado” fue el disfraz del ciudadano americano que es. PPK no es ni muy peruano ni muy norteamericano, creo que ni el sabe quién es. Se puede ser cosmopolita. Por amor al conocimiento, que si es ciencia, es universal. ¿Pero para ser inquilino del Palacio de Gobierno? Si no entienden este país, ni conocen sus poetas, sus dolores, ¿para qué la banda presidencial? Nuestros últimos mandatarios y esos “gabinetes de lujo”, no se estremecían con un poema de Valdelomar. “Mi infancia que fue dulce, serena triste y sola, se deslizó en la paz de una aldea lejana”. Les falto algo, muy peruano, la melancolía. Zavala sonreía todo el tiempo. Yo he visto llorar a Julio Ramón Ribeyro, cuando se lo recitaba en París. Que sean, pues, presidentes de la Apple, Microsoft, o Exxon Mobil. Pero para gobernar un viejo y dolido país como el nuestro, cuentan afectos, sentimientos, el arraigo. El otro, el del corazón. No el de los jueces. ¿Por qué los peruanos últimamente votan mal, y eligen a quienes los desprecian? ¿Por qué ciertas elites frustradas y a la vez mediáticas, empujan a votar por aquellos que luego no saben para qué diablos han llegado a Palacio?

Publicado en El Montonero., 2 de abril de 2018

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Por casa, bien. Pero en el exterior, ¡nos están haciendo leña!

Written By: Hugo Neira - Mar• 26•18

De modo que el presidente renuncia. Luego, llega de Canadá el vicepresidente que lo reemplaza. Entonces, ¿qué pasó? Supongo que Lima debe estar devastada, el Apocalipsis después de PPK. “…Y los ricos, los poderosos y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas… (San Juan, 6:15); y los siete ángeles que tenían siete trompetas, las tocaron… (8:6) y llovió granizo y fuego mezclado” (8:7). ¿Nada de esto pasó?! Pero era lo que se esperaba. En fin, sigo en el extranjero, y no es difícil estar al día. Pero confieso que me inquietó la amenaza de PPK de retirar su carta de renuncia. “Traición a la patria”, se pasaron. Tuvo razón el expresidente de encabritarse. Hay que saber tener en la victoria, modestia. Menos mal que retiraron el parrafito de marras. Lindo pretexto, “era solo un borrador”.

¿Lo de mi opinión? Ya la conocen. No he parado de decir lo mismo en esta columna desde hace rato. Y en televisión, en ATV, con Beto Ortiz. “Si lo vacan, pues para eso están los vicepresidentes”. Así de sencillo. Sobre la sucesión de Vizcarra, “es provinciano y no tiene empresas” (El Montonero, 19.03.18). Me parecen dos virtudes. Cierta inclinación personal al realismo, por una parte, y por la otra, las disciplinas de la historia y las ciencias sociales me inclinan a ver las cosas como son. Pero eso no nos gusta mucho, ¿no? Nos encanta el peloteo, la opinión enredada, barrocos más que objetivos. O como alguien dijo, bizantinos. Pero eso ya fue. ¡Uf!

La verdad, en las últimas semanas, seguir los medios, escuchar las cosas que se han dicho, tan irreales y caprichosas, me dejaba la impresión que el mínimo sentido común se había desvanecido. Me ha impresionado escuchar a un ministro inteligente decir, muy convencido, que era un suicidio la sucesión presidencial con Vizcarra. El suicidio era que dijera no acepto. En qué lío estaríamos ahora. Es curioso, el director de este diario virtual y yo, hemos usado, cada uno por su cuenta, la metáfora del abismo. Me ha asombrado también escuchar a la muy respetable Meche Aráoz, hablando del “golpe de Estado parlamentario”. Eso no existe, Meche. Los parlamentos no dan golpes, los reciben. Acuérdate de Alberto, diciendo: “he dicho disolver, disolver”.

Los amigos que me escriben me dicen que todo está normal, que ha desaparecido la zozobra. Pero tengo algo que contarles. No es una mala noticia, pero se le parece. La prensa extranjera, en castellano, en España y también en Chile, nos está haciendo leña. ¿Saben qué publica el importante diario madrileño El País? No lo van a creer. “La guerra interna de los hermanos Fujimori acaba con el presidente a dos semanas de la Cumbre de las Américas”. ¡Y es portada! (22.03.18) Quien firma esa nota que dice algo cierto para tapar el resto, es Jacqueline Fowks, que nos la tiene jurada. En la televisión chilena, en CNN local, todo se explica por dos bandos japoneses, enfrentados. Ni una palabra sobre Odebrecht.

En la segunda página del mismo diario, cede un poco a lo real, y escribe, “un caso de compra de votos fuerza la dimisión de Kuczynski” (Fowks). En Santiago, el titular de La Tercera es la siguiente: “la dimisión de PPK ahonda la crisis”. A cinco columnas. ¡Es al revés! No ahonda, la resuelve. ¿Periodistas? Hacen el papel de los troles, cuyos comentarios son incompletos deliberadamente.

Tienen sus “conexiones” en Lima. Y seguro les dan la pauta, la prueba: rara vez se menciona la Unidad de Investigación Financiera y los US$ 3 millones de Odebrecht vía First Capital y Westfield. Todo recae en el duelo Keiko-Kenji. ¡Eso viene de Lima!

La prensa europea es lo contrario. Lo cuenta todo. Acabo de ver las noticias del Perú en la AFP (Agencia Francesa de Prensa): “Pérou: après la démission de Kuczynski, le vice-président prend la relève. Traducción: Perú, después de la dimisión de Kuczynski, el vicepresidente toma el relevo. Y de Martín Vizcarra: “un ingeniero austero, sin compromiso con los partidos políticos tradicionales, debe suceder este viernes a la cabeza del Perú a un PPK que ha dimitido bajo un clima de escándalo y corrupción”. Santiago y Madrid. Me pregunto, ¿no tenemos en esas dos capitales embajada y agregados de prensa o cultura? Por lo visto, a esos bien rentados funcionarios, no se les ocurre mandar una cartita, por supuesto educada, a esos medios de prensa.

Siento que se avecina un tiempo distinto. Un congresista, que se llama Moisés Mamani, y que además es un hombre de negocios, le ha dado vuelta y media al ministro Giuffra. A este lo escuché en el último CADE. Es hombre inteligente, buen ministro, pero sinceramente ¡qué ingenuo! En esta época en que te chuponean, ponerse a hablar hasta por los codos¡! Algo está pasando. Un Mamani se tumba a un Giuffra. Y anteriormente, a los poderosos Graña y Montero, un juez llamado Concepción Carhuancho. De paso, no me alegro de ninguna prisión. No sé odiar.

Este es otro país. ¡Y Barnechea quiere ser presidente! ¿Un hombre alto, blanco, culto, con ya sus años? Alfredo, deja de soñar. ¿Y sabes qué? Para Acción Popular, me parece mucho más adecuado, Vitocho que tu ilustre persona. Así son las cosas, compadre. Esta es otra época. Con el presidente Vizcarra es probable que surjan otras elites, más mesocráticas, más sencillas, más realistas. Más serenas, más honestas. Aquí se está enterrando a varias generaciones de políticos. No han entendido que Fuerza Popular es uno de los signos de renovación de rostros, apellidos y perfiles. Incluyendo el fujimorismo, el del padre. Vendrán otros colores, otras figuras.

 

Publicado en El Montonero., 26 de marzo de 2018

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En el seno de este abismo, pensemos

Written By: Hugo Neira - Mar• 22•18

Hay una crisis de confianza por partida doble. De los ciudadanos a su clase política. Y entre ella, intestinalmente, ante el rival, sea quien sea. No se quiere vencerlo sino desaparecerlo. ¿Cómo podemos tolerar esa intolerancia? ¿La mañosa guerra civil de estos días? El problema no es nuestra identidad. Es un problema de alteralidad. No sabemos convivir con el “otro”. En cuanto al presente, está en manos de lo que ocurra, este mismo día.

Estaba terminando este artículo y ocurre el escándalo de la compra de votos de congresistas a cambio de obras (los ‘kenjivideos’, así los llaman afuera) y luego la renuncia del presidente Kuczynski (¡!). Lo que sigue fue escrito antes de esos eventos pero no cambian mi reflexión.

Así pues, si el amable lector comparte, como el redactor de esta columna, lo que Mariátegui le escribe a su amigo Samuel Glusberg, “nauseado de política criolla”, entonces, ¿adónde volver la vista? Hacia la sociedad misma. A nuestra historia intelectual. A diferencia de nuestra historia política, es inmensamente superior. Por un Castilla en el XIX, y un par de honestos y modestos presidentes en el siglo XX, hemos tenido puñados de creadores, pocos científicos pero filósofos, pensadores, novelistas, poetas, artistas, cine y teatro de calidad. Y la gastronomía como un arte. Es curioso, hemos tenido mejores arquitectos que primeros ministros. Supongamos una balanza que reciba, por un lado, la Historia de las ideas en el Perú contemporáneo de Augusto Salazar Bondy, y en el otro platillo, la Historia de la República del Perú (18 tomos) de Jorge Basadre. Supongamos una manera de medir el pensamiento libre y el poder político con el mismo rasero, la balanza se inclinaría ostensiblemente a favor de los creadores de cultura. Pienso en los que escribieron y soñaron y no robaron ni mataron a nadie. Hubo una suerte de ética laica. Generosa. No lo de hoy, quieren ser de golpe multimillonarios. ¡Hasta los alcaldes!

Pasemos a otra cosa. Se vienen dos eventos decisivos. No hablo del bicentenario, es obvio. El 15 de junio de 1918 estalló en Córdoba, Argentina, la primera Reforma Universitaria. Lo sabemos, el activismo de los estudiantes se propagó a las otras 4 universidades argentinas, y luego a toda Latinoamérica. El Perú en 1923. El otro gran evento es Mayo del 68. Del primero se cumple un siglo. Del segundo, medio siglo. Los invito a un momento de reflexión sobre la potencia de las ideas. No del poder. El Perú repite una matriz fatal, “yo mando”.

Lo que dice en 1918 el “Manifiesto liminar” es admirable. “Hemos resuelto llamar a todas las cosas por el nombre que tienen. Córdoba se redime”. Fue el fiat lux de una generación, la del Conservatorio Universitario. Basadre, Porras, Haya de la Torre y Mariátegui. Tiempo de César Vallejo, Sabogal en la pintura. Inventaron un nuevo actor, la juventud. Es decir, los que hicieron política, partidos, los grandes errores y los grandes aciertos. Es curioso, pero los lamentables mandatarios de los últimos años son esos que no hicieron política en las aulas. Ni Toledo, ni Ollanta, ni PPK. Esas cosas se aprenden en la juventud, o nunca.

De ese big bang –1900 (Riva-Agüero, Belaunde) y 1923– viene nuestro mundo intelectual. Por generaciones. Walter Peñaloza, Francisco Miró Quesada. ¿Debo seguir? Los dos Salazar Bondy, Cotler. Luego, Flores Galindo, Manuel Burga Díaz, Max Hernández, Fuenzalida, Matos Mar. Y cuando vemos qué han hecho, no nos avergüenzan.

Mayo del 68 quiso ser una revolución, y provocó otra cosa, la filosofía ganó la calle. Lo que cambió fue la vida misma. Su herencia fueron los años 70. Comunas hippies, la cuestión de la intimidad y el sexo. La palabra ‘libre’. No veo que eso haya acabado. Lo veo en la aparición del individuo como actor fundamental, la lucha contra las nuevas injusticias, la mutación de las ciencias sociales, la ciencia cognitiva, la ecología y el valor de la vida misma en el planeta. El 68 de París fue el laboratorio del siglo XXI.

Publicado en El Comercio, 22 de marzo de 2018

https://elcomercio.pe/opinion/columnistas/historia-clase-politica-pedro-pablo-kuczynski-kenji-videos-crisis-toledo-ollanta-humala-seno-abismo-pensemos-hugo-neira-noticia-506284

Crisis y “la cólera del pobre”

Written By: Hugo Neira - Mar• 19•18

Por convicción, y hasta este fatídico momento, he estado siempre en contra de la vacancia presidencial. Me parecía una forma de incivilidad. Aun en los años del gobierno de Ollanta Humala —perdón—, en los del gobierno de Nadine Heredia, no se me ocurrió la vacancia. Hasta hace poco pensaba que las dos cosas son malas. Si se queda el actual presidente, resulta temerario tras las revelaciones de Barata y Lava Jato. ¿Con qué cara se procesa a los 23 mil funcionarios con expediente? Son cifras de Susana Castañeda en RPP. Si lo vacan, puede venir algo todavía peor. ¿Elecciones? Ninguna de las fuerzas políticas del país, de las que quedan, casi todas en sillas de rueda, podría sobrevivir. Estaba en esas cuando se sabe lo del chofer. Tiro la toalla. Me rindo.

Hay una posibilidad que es racional. Una posibilidad democrática, legal, republicana, en los 192 Estados en el mundo, existe lo que se llama vicepresidentes. Pero puede que ni eso ocurra. Demasiado claro, somos barrocos hasta en política. Entre tanto, “la cólera del pobre tiene dos ríos para muchos mares”. El poema es de César Vallejo, ¿quién otro? Y no sigan diciendo que sería un golpe de Estado. ¿Dónde están los tanques?

La situación es grave. La Unidad de Investigación Financiera afirma que el presidente ha recibido US$ 3 millones de Odebrecht vía First Capital y Westfield. Y el corazón peruano se me rompe. Estoy todavía en Santiago y me pregunto: el mandatario peruano, ¿no pudo hacer lo que ha hecho el actual presidente en Chile? Sebastián Piñera ha dejado su fortuna en manos de un fideicomiso ciego. Lo de ciego viene que mientras sea mandatario, las empresas ni las ve ni se ocupa. Cuatro empresarios chilenos manejarán la fortuna de Piñera. En el mundo entero la cosa es clara. O se hace una fortuna. O se gobierna. Pero en Perú hay la perversidad de las dos cosas a la vez. PPK no es el único.

Cuando dice que no se va, es alucinante. Toda la armazón jurídica, moral y política del Perú, al diablo. Estas cosas pasaban en el XIX en la época de caudillos o “señores de la guerra”, con Gamarra, Salaverry. ¿Pero hoy? Y pensar que Ollanta Humala mientras marchaba a una prisión decía: “me van a echar de menos”. Vaya, conoce el tablero de la política peruana. Ahora bien, yo soy quien escribe el 02.06.2011, en el diario La República, “No votaré por Ollanta Humala ni con una pistola etnocacerista en la sien”. Pero hoy, guardando mis discrepancias, me saco el sombrero ante el comandante en prisión. Se fue, y también Nadine, derechitos a la preventiva. Y ahí están. Caray, la moral cívica del militar.

Como decía mi abuelita, “no hay mal que por bien no venga”. Creo que nuestra historiografía peruana no ha estudiado a los presidentes como debe ser. La verdad, lo de transferir 600 mil dólares al chofer, me mata. En adelante, habrá que analizar de paso al jardinero, al cocinero y al gasfitero, a la ama de llaves y al conserje. Un jefe de Estado en Perú no puede ser entendido solo por sus políticas económicas. Tiene lacayos. Dime qué chofer tienes y te diré quién eres.

Basta de bromas. He leído las columnas de Eduardo Dargent y de Carlos Meléndez. Completamente de acuerdo y el desasosiego por la patria, al tope. Estoy más que preocupado. Hasta ahora en escena, la clase política, medios, redes, pero puede sumarse un actor mayor, el pueblo. Están que arden. El Cardenal Cipriani acaba de decir que “el país está herido”. Lo que dice va más allá de vacancia sí o no. Puede haber un paro nacional. Pueden haber una serie de maniobras que mejor ni las digo. ¿Quién respeta a un Estado que no se respeta a sí mismo? Esto debe acabar, sea chicha o limonada, este 22 de marzo. “La cólera del pobre tiene un fuego central para dos cráteres”.

Incluso no importa que se quede. Sería un presidente que habría aprendido en estos días lo que no supo nunca admitir. Llegó a Palacio sin bancada mayoritaria, sin partido, con votos prestaditos nomás. Y el enfrentamiento electoral continuó como si nada. Lo he llamado “una guerra civil sin balas”. Seguimos en una crisis que es la peor que he visto en mi larga vida. Y como conozco la historia de nuestra patria, la más estúpida. En el 2016, gana la presidencia un liberal de derechas. Y en el Congreso, una mayoría que es de derecha popular. Tenían que haberse entendido. Y convocar el presidente a gabinetes amplios. Pero cómo iba a hacerlo si tomaba como consejera a Rosa María Palacios (¿?) ¿Cómo si se rodeó no solo con tecnócratas —eso es admisible— sino con los que llaman “caviares”? O sea, parte de la inteligencia desangelada y sin bases populares, vueltos una camarilla que solo piensa en el 2021. ¿El pueblo, el bien público? Les importa un carajo. Y mueven sus alfiles. Y PPK cayó en la trampa. Han triunfado los prejuicios, los odios, la antipolítica. La presente crisis es artificial, pueril. Como los niños le tienen miedo a la oscuridad, se han fabricado cucos, dictaduras posibles, conjeturas. Y el país se hunde.

Hoy, hay tres posibilidades. El presidente vaca o no vaca. O se queda o gobierna Vizcarra, es provinciano y no tiene empresas, le ayudaremos para que no sufra la venganza del gobernante que acaso se va y que le pide feudalmente lealtad como si esto fuera la corte del Rey Arturo. Y sí, hay una tercera, nos vamos a la misma…

Publicado en El Montonero., 19 de marzo de 2018

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Homenaje al 8 de marzo. Miriam Jerade: «La mujer y la filosofía»

Written By: Hugo Neira - Mar• 12•18

Las manifestaciones por el Día Internacional de la Mujer han sido impresionantes. En Polonia, Turquía, Argentina, EE UU, solo en España han desfilado en las calles de 49 ciudades. Me conmovió. Pensaba por mi parte, pobre de mí, escribir en esta columna algo sobre tres mujeres que siempre he admirado y que a ratos, transitan por mis libros. Lou Andreas-Salomé, la joven rusa que fascinó a Freud, a Nietzsche. Margaret Mead, la antropóloga de Sexo y temperamento, en Samoa. La tercera es Simone Weil, laica mística, se dedicó a salvar obreros dándoles conciencia de sí mismos. Y en eso, hojeando una revista mexicana, Nexos (revista magnífica, de esas que no tenemos), me doy de narices con un texto excepcional. De una mujer, sobre filosofía y los olvidos de Marx. De modo que decidí dejarle mi espacio a Miriam Jerade, mexicana, filósofa. Francamente, un texto riguroso, original, el problema del trabajo doméstico que Marx y en general los varones, nos hemos saltado a la garrocha. El amable lector apreciará su calidad y su franqueza (HN).

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«Cuando Marx expone en El capital su (vaga) definición de la explotación a partir de la noción de plustrabajo —esa parte de la jornada laboral que no se remunera y que genera plusvalía—, no toma en cuenta un componente fundamental de la vida del obrero. Para que este perciba un salario, hay generalmente una mujer que se encarga del cuidado de los hijos, de tener la comida lista y de lavar su ropa para que regrese al día siguiente a cumplir con el trabajo. Cuando la filósofa María Pía Lara le preguntó sobre esto a Frederick Neuhouser de la Universidad de Columbia durante su reciente visita a México, él le respondió que la razón por la cual Marx no habla de ellas es porque, para entender el capital, solo interesa el trabajo asalariado.

No obstante, podemos afirmar que ese trabajo no remunerado e ignorado (no solo por Marx) es el que sostiene al capitalismo. Y que quizás, como lo querían Rosa Luxemburgo y Clara Zetkin en la II Internacional, mediante la reivindicación del trabajo de las mujeres, remunerado o no pero generalmente precarizado por las relaciones estructurales de poder, se podría enarbolar una crítica a las violencias del capitalismo que por lo general se encubren en el discurso de una lógica de mercado, y así irrumpir e interrumpirlas. Históricamente, el 8 de marzo recupera estas dos dimensiones: la de la lucha de las sufragistas y las sindicalistas de principios del siglo XX que reivindicaban a las mujeres trabajadoras, y el reconocimiento de ese trabajo de cuidado que Marx ignora flagrantemente. La celebración de este día tiene su origen en 1857, con una serie de manifestaciones de trabajadoras textiles en Nueva York que pedían mejores condiciones laborales y exigían derechos. A principios de siglo XX, el movimiento conquistó el derecho al voto para las mujeres. En ese sentido, el 8 de marzo es también un recordatorio de que las mujeres se pueden unir para hacer cambios políticos y tomar la plaza pública; lograr una construcción distinta del espacio público, mostrarse desde la vulnerabilidad de sus cuerpos para indignarse y manifestarse contra las violencias que viven. Esto es importante en un esquema en el que las mujeres han sido confinadas durante siglos al espacio de lo privado, a la casa concretamente. La lucha internacional o transnacional que exigían las mujeres de la II Internacional para reivindicar el papel de las mujeres en la sociedad se revive este año con la convocatoria al paro que asumiremos mujeres en más de cincuenta países.

Las reivindicaciones del 8 de marzo están atravesadas por cuestiones filosóficas: la necesidad de reconocimiento, el trabajo como un fenómeno vital y social que implica al cuerpo, la maternidad como cuidado del otro, las relaciones estructurales de poder del patriarcado, o las violencias y las violaciones que padecen las mujeres de manera constante y que permanecen tan invisibilizadas como su trabajo. En este sentido, es un prejuicio creer que la filosofía se decanta por abstracciones y se aleja de las cuestiones políticas; esto me hace recordar a Hannah Arendt, quien terminó por decir que ella no era filósofa sino teórica política. La filosofía está lejos de ser contraria al activismo, pues permite percibir ciertas violencias que se toman por legítimas o se tornan invisibles para articularlas en un discurso. A pesar de ello, es cierto que en la filosofía las mujeres han estado infrarrepresentadas y que persiste la imagen del filósofo como la de un “hombre inteligente.” […]

Lo que es relevante de la movilización de este año e importante para pensar desde la filosofía, es que hoy será un día de feminismo para el 99%, como lo han proclamado algunas teóricas norteamericanas. Esto quiere decir que la convocatoria no responde a un feminismo hipócrita de mujeres que tienen en casa a otra mujer realizando trabajos del hogar y la labor de cuidado sin derechos laborales, sin jubilación, sin tiempo de ocio. Es una movilización sobre todo para las mujeres pobres, las de bajos salarios, las que hacen trabajos de cuidado no remunerados y esencialmente precarizados: las trabajadoras del hogar y las trabajadoras sexuales. Este año se llama a una movilización que trasciende por mucho los reclamos que le hacíamos a Marx. Será una movilización en contra de la violencia estructural que se apropia del cuerpo de las mujeres. Una movilización, una alianza de cuerpos o cuerpas o cuerpes que salen a la calle para inaugurar espacios políticos.»

Miriam Jerade, Doctora en filosofía. Profesora en la UNAM.

Revista Nexos. México, 8 de marzo de 2018

 

Publicado en El Montonero, 12 de marzo de 2018

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