La papa, el sector agropecuario, la comida chatarra

Written By: Hugo Neira - Feb• 05•18

El acontecimiento político de esta semana, a mi modesto parecer, ha sido y es todavía, la marcha de los productores de papas. He leído el artículo de Jaime de Althaus y comparto lo central de sus afirmaciones: lo que ingresa al mercado de papa americana es mínimo. Por otra parte, la tensión de la huelga está bajando, ya se ha llegado en algunos lugares a acuerdos. En una entrevista del Presidente que me parece que la hacía Raúl Vargas, cuenta que igual en un reciente pasado, tuvo que comprar papas el Estado. Todo eso es verdad pero el problema es mucho mayor. Tiene que ver con las modificaciones de la sociedad peruana en materia de gustos y consumos. Muchos comemos mucho, y mal.

En junio del 2006, la peruana Revista Agraria señalaba que el consumo per cápita de papas estaba en retroceso. Aumentan los derivados de trigo importado. Harinas, pan, fideos. Además de ese riesgo, mucho se consume la papa precocida y congelada que procede de Norteamérica. Y tenemos comida chatarra. Es impresionante el gusto por las papas fritas. Por mi parte, hace cincuenta años que no piso un McDonald’s. Comemos una comida que creemos que es un signo de clase media o acomodada cuando es la comida norteamericana para negros y blancos pobres (los hay) y que están no gordos, sino obesos. En la comida al paso en Europa el Big Mac no impresiona. En general, los peruanos solemos ingerir alimentos que nos parecen de calidad pero si provienen de la agroindustria mundial, es decir de animales que han recibido cantidades enormes de antibióticos.

De modo que, amable lector, si usted se come carne roja que viene de bovinos de la mejor importación, está ingiriendo aureomicina. Pero no se preocupe, para los pescados se usa aureomicina y terramicina. ¿Y eso qué nos importa? Las bacterias —que se reproducen a cada minuto y se defienden con mutaciones— se han vuelto resistentes. Y usted está lleno de antibióticos que entran por la boca y no por un pinchazo. Cuanto más «modernos» nos volvemos, más estamos expuestos a los riesgos de la aldea global. Hay que informarse. Hay países en que el gobierno edita guías a la gente para la buena alimentación. Fernando Eguren señalaba en Revista Agraria el plan que en Brasil han establecido para evitar los alimentos que llamamos procesados. La cosa no es fácil, casi todos lo están.

Mi país, el Perú, está lleno de enigmas y situaciones paradójicas. Se tiene una de las mejores gastronomías del mundo, eso está claro. Y a la vez, en la mayoría de los hogares peruanos, se come mal. Lecciones de nutrición no las hay en cursos en los colegios, ni programas de televisión que no compitan en quién lo hace mejor sino que expliquen cómo hacerlo simple y sano. Por lo general están hechos para amas de casas desocupadas o con sirvientas. Nada para la mujer que labora y necesita de recetas sencillas. La presión de la moda y la uniformidad de los gustos que produce la aldea global ya muestra sus efectos perversos en nuestra sociedad. Cada vez más, se ve más gente obesa, incluyendo niños. Nos estamos volviendo norteamericanos, pero no de esos que van a buenos restaurantes, sino de la clase baja, muy baja, que no tiene sino dos dólares para comer, y se zampa todo lo que no solo no nutre, sino mata.

Volviendo al agro peruano. ¿Sabe el amable lector que cuando se mide la situación de pobreza, es el agro el que más rápidamente está evolucionando? Parece mentira, pero cuando se ha medido la pobreza en el 2008 y se la ha comparado con la del 2013, la parte urbana cayó en un 16.1% y en el campo, 48%. Hay 3’759’261 peruanos ocupados en los hogares agropecuarios (2013). Más que Comercio, Transportes, Manufactura. Miguel Ángel Pintado, que es el autor del artículo del que extraigo esta información, se pregunta por qué los agropobres mejoran más rápidamente. O sea, por qué arriban a mejores ingresos. Y esto desalentaría a nuestros economistas liberales, sin inversiones en infraestructura vial. Y a nuestros socialistas, sin programas sociales. El motor de ese cambio lo entiende el antropólogo y el sociólogo. La respuesta: el trabajo agropecuario les sirve de base para ganar dinero en otras ocupaciones. Lo que les hace progresar son prácticas no visibles (!) El estudio se encuentra en Revista Agraria, agosto de 2014.

En suma, gran parte de los peruanos rurales trabaja y a duras penas progresa —diversos empleos, otros ingresos—, millones de peruanos indiferentes a la supraestructura política. Y en Lima, que si el indulto, que si la Corte de San José, que si Kenji, que si Keiko, que si las dos izquierdas, que si la Fiscalía, y un largo etcétera. Por lo poco que comienzo a percibir en este viaje de estudios, el Perú es donde casi no hay relaciones entre clase política y país productor. Salvo a la hora del voto o si se necesita un pasaporte. En sociedad tan fragmentada, ¿qué política es posible en donde prácticamente no hay clases sino una suerte de refugios comunitarios?! Desde el banquero al taximoto. Desde el académico que en sus citas solo pone a sus amigos.

Hay una fisura entre quienes trabajan y los que creen que gobiernan. ¿País, nación, valores en común? Salvo la Iglesia, militares, ciertas islas de ciudadanía, es como si viviéramos en era de caudillos en inicios de la República —La Mar, Gamarra, Salaverry, Orbegoso— que destrozaron económicamente con sus guerras el país. «Las ínfimas rencillas, negociadores enriquecidos, los enredos personalistas», parece lo actual, y no es sino el caos posterior a Bolívar y San Martín resumido brillantemente por Riva-Agüero cuando joven. Pero en el XIX llegó el auge del guano. Y a nosotros, ¿qué guano nos espera?

 

Publicado en El Montonero, 5 de febrero de 2018

http://elmontonero.pe/columnas/la-papa-el-sector-agropecuario-la-comida-chatarra

Malas lecturas de una gran visita

Written By: Hugo Neira - Feb• 05•18

Estando en el extranjero, no dejo de leer diarios y en El Comercio, leí una entrevista a dos profesores chilenos, sobre sus impresiones sobre la visita del Papa Francisco a Chile. Rodrigo Larraín, teólogo. Y Miguel Ángel López, politólogo. Me quedé sorprendido del titular y de su contenido. Dicen que la visita de Francisco fue “deslucida”. “Una visita que fue especialmente dura en Chile, un país que poco a poco se ha distanciado de la religión católica. Y que lo recibió polarizado debido principalmente a los casos de abusos que se han revelado en el país sureño”. Da la casualidad que he estado en Santiago cuando la visita del Papa y me asombra su versión. ¿Polarización?

En primer lugar, discrepo, pero no me impide decir que coincido con varios de los puntos que resaltaron. Abreviadamente, “se dirigió a los jóvenes con un lenguaje cargado de simpatía y carisma, para que mantengan su fe e hizo en Temuco un pedido de aceptación de los pueblos indígenas y la preservación del medio ambiente”. Pero, en lo que los dos chilenos confunden al lector peruano es cuando tocan el tema del Papa Francisco ante la pedofilia de curas. Y sin ánimo de polémica (a mí lo que me interesa es la verdad), dicen de Francisco lo siguiente: “él dio una disculpa general”. Pues bien, no es así. En los discursos que tuvo, comenzaba por decir que tenía “vergüenza”. Le hemos escuchado: “Conozco el dolor que ha significado los casos de abusos cometidos a menores de edad y sigo con atención cuanto hacen para superar ese grave y doloroso mal”. “Dolor por el sufrimiento de las víctimas y sus familias”. “Los invito a que pidamos a Dios que nos dé la lucidez de llamar a la realidad por su nombre, la valentía de pedir perdón”. Ha dicho perdón y no eso de “disculpa general”. Reducción equivocada, sospechable y sesgada.

En segundo lugar, veo muy mal presentado el tema de Iglesia y sociedad chilena. Y hablo desde un punto de vista profesional. Con todos mis respetos, en ciencias sociales usamos desde hace más de un siglo, el concepto de secularización. “Significa que la religión ha perdido, en las sociedades modernas occidentales, un lugar central para producir los lazos humanos y las normas de conducta” (Encyclopædia Universalis). Pero el individuo moderno cree siempre, y las religiones no han desaparecido, todo lo contrario. Lo que reprocho a ambos colegas es que hayan confundido convicción personal y práctica religiosa. En España, según el Instituto Nacional de Estadística, el 73% de españoles se reconocen católicos. (Cuando Franco, eran el 85%.) Pero un 64,7% no va a misa. Era una buena ocasión para explicar que los valores cristianos, en las culturales occidentales, habitan la sociedad misma, en leyes y comportamientos. Es lo que me pasa a mí. Valores cristianos, sin casi prácticas. Pero intento decir las cosas como son.

Volviendo a lo de “deslucido”, es de lo que más discrepo porque he estado en Santiago en los días del Papa y el equivalente de la misa que hubo en Las Palmas fue la homilia en el Parque O’Higgins, y en la noche más fría del 2018, cientos de miles de peregrinos dormitaron bajo la intemperie para madrugar y escuchar a Francisco. Espectacular.

La verdad es que me sonrío. ¡Claro que en Lima hubo más gente! La capital del Perú tiene diez millones de habitantes. Y Santiago la mitad. Era obvio que tenía que haber más gente en Las Palmas. ¡Un asunto de demografía, señores!

En fin, me sorprende que un sociólogo y un politólogo olviden que el Papa es un guía espiritual con el fardo de un Estado. El Vaticano. Claro que hay que sancionar al obispo Juan Barros. Pero no puede echarlo de la noche a la mañana. No es Pinochet. ¡Sabe Dios qué peros le pondrán en Roma!

Publicado en El Comercio, 5 de febrero de 2018

https://elcomercio.pe/opinion/colaboradores/malas-lecturas-gran-visita-hugo-neira-noticia-494628

 

¿Del tío Sam al tío Lula? El imperialismo del siglo XXI

Written By: Hugo Neira - Ene• 29•18

¿Qué pasó con Lula? Cuando los brasileños que habitan São Paulo —y si es que pasan por la playa Asturias, una de las más concurridas— levantan la cabeza para tratar de ubicar un departamento, un tríplex no muy grande, de 297 m2, en un edificio de 18 pisos. La vista sobre el mar es espléndida. Le llaman el “edificio de Lula”. O sonríen o maldicen según la ideología de cada quien. Alguna vez me lo enseñaron amigos brasileños. Claro está, no vi el departamento por dentro pero si observé el contorno. Me explicaron que ese balneario estaba en decadencia, pero por ahí vivían famosos. Y por ahí, el de Neymar. Al irnos, reparé en un puesto de helados y de sándwiches que llamaban “Lula Lanches”. Hoy, como sabemos, la Fiscalía lo acusa de haberlo adquirido con el soborno de la constructora OAS. Lula tiene además otro seis procesos.

Ahora bien, lo que me sorprende son las opiniones que dada la condena por corrupción de Lula a 12 años de prisión, pasan a una demolición completa del exmandatario. No piense el amable lector que voy a defender a Lula, pero sí a la verdad. No saben discernir entre una cosa y la otra.

Lo que ocurrió bajo el gobierno de Lula da Silva son hechos reconocidos por todo aquel que objetivamente busque qué es lo real. Con Lula unos 35 millones de brasileños pasaron de la clase pobre a la clase media tras sus dos gobiernos, del 2003 al 2010. En otra fuente, esta vez de la CEPAL, se indica que los empleos logrados eran con empresas privadas. Es decir, no era una salida (falsa) de la pobreza al estilo de Hugo Chávez, con subsidios. Fue así cómo Brasil vio pasar sus clases medias del 38% al 53%. Sería largo explicar qué fue la ‘Bolsa Familia’ (para aquellas sin posibilidad de entrar al mundo laboral) y el aumento de los salarios, eso que no les gusta a nuestros liberales. En fin, si tiene desconfianza de lo que digo, que consulte las revistas de la CEPAL (abril 2013). Se aplicó, para ese enfoque, la partición de las clases sociales por la ubicación en la distribución del ingreso, con la formula siguiente: (T-G)µ/m. G es el coeficiente de Gini, y T es la distancia promedio de las otras clases. Y µ y m son el ingreso per cápita familiar.

Lula, el obrero y sindicalista, el principal organizador de huelgas en los años que hubo feroces dictaduras militares en Brasil, fundador del partido con mayor votantes, el Partido de los Trabajadores, fue el constante candidato presidencial de los pobres: en 1989, 1994, 1998, hasta que en el 2002 pudo obtener la victoria. La vez primera que un obrero llegaba al poder en Brasil. Y acaso, me atrevo a decirlo, en el mundo entero. ¿Qué pasó, entonces? La respuesta más fácil es que sucumbió a la tentación. Pero las cosas no son tan sencillas. Al amable lector le voy a pedir un poco de paciencia.

Descartemos el argumento frívolo y consumista. A Lula no lo procesan porque se han encontrado sus agendas y compras lujosas con tarjeta ajena. Lula es un político duro. Es un político brasileño. Y Brasil, como dicen los brasileños, “es grande”. Desde sus inicios, fue distinto de todo el resto de la América española (de la que formamos parte, hasta 1821). Ellos vienen de la América lusitana. Lo siento, pero es necesaria una sucinta explicación histórica. Cuando las tropas napoleónicas ocuparon Portugal, el príncipe regente, Dom João, decide refugiarse en Brasil. Y en 1816, a Dom João se le ocurre una descolonización desde la colonia, y pide a Portugal su autonomía. Y cuando le dicen, por muy príncipe que fuera, que volviera, responde con algo extraordinario, O dia do Fico. O sea, yo me quedo. Hasta ahora lo celebran. Y en 1822, don Pedro, declara la Independencia. Sin pegar un tiro. Las guerras de la Independencia, con Bolívar, San Martín y los caudillos, nos dejaron a todos empobrecidos. Hasta que aparece el guano. Brasil ya era un Estado moderno y enorme.

Esto, lo he dicho anteriormente. «Al irse la Corte a Brasil, desembarcaron unos 400 sabios, gente de la Ilustración. Acaso por eso, la América posportuguesa guardó su unidad, mientras la que hablaba castellano se hizo trizas en Estados medianos y liliputienses. ¿Sabe que de 1965 a 1985, al Brasil lo gobiernan generales y mariscales, Castelo Branco, Costa Silva, Garrastazú Medici, Geisel y Sarney? Cinco Velasco, con una diferencia: se dieron el lujo de tener Congreso. Bajo la autocracia militar que ocupaba el Ejecutivo, hubo política bipartidista, opositores y ARENA gobiernista, que era mayoría. Tras ese ciclo de crecimiento, Brasil es “potencia emergente”» (La República, 19.05.2011) En el continente son dos. El otro es México.

Aterricemos. El Lula hábil, estadista, y el Lula vinculado a Odebrecht, es el mismo. Amigo lector, póngase las pilas. Uno de los más célebres estudios sobre los Estados Unidos, se titula, La république impériale, Raymond Aron. O sea, se puede ser un político que se ocupa de su pueblo por patriotismo, y a la vez, impulsar una política exterior agresiva y dominadora. Lula es consciente de la silente captura de varios países latinoamericanos tras invertir mucho dinero en sus corruptas clases políticas. Lula, entonces, ¿gran presidente y a la vez, imperialista? Perfectamente, una “política de Estado”, lo ha dicho hasta el patriarca Odebrecht. ¡El triunfo del cinismo!

¿Brasil? PBI: 2’416 billones de dólares. Argentina: 537. Chile: 258. Perú: 202. Bolivia: 33. O sea, dentro de Brasil caben 4 a 5 Argentinas. Unos 9 Chiles. Unos 12 Perús, y unas 73 Bolivias. En este siglo de geopolítica, Brasil, desde una izquierda imperial ha emprendido la dominación de países vecinos, desde sus clases políticas frívolas o ineptas.

Publicado en El Montonero., 29 de enero de 2018

http://elmontonero.pe/columnas/del-tio-sam-al-tio-lula

Carta de un amigo. Impresiones sobre la visita del Papa Francisco

Written By: Hugo Neira - Ene• 26•18

Dampier Paredes fue alumno mío en la Facultad de Ciencias y Artes de la Comunicación de la universidad Católica (PUCP). Excelente alumno. Y luego trabajó conmigo en la Biblioteca Nacional, siempre dentro de esta temática, la investigación, y el periodismo bien escrito. (HN)

 

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Hola Hugo:

Fui a algunas de las actividades de Francisco en el Perú. Aquí te envío algunas notas de su presencia entre nosotros. Espero que en algo puedan ayudarte.

Dampier

Día 18 y 20 de enero. Av. Brasil y Nunciatura

 

Estuve en dos eventos con el motivo de la venida de Jorge Mario Bergoglio, Francisco. En ellos he visto mucha gente reunida. Algunos lo han ido a ver por estar allí. Otros muchos han estado porque tienen fe. Puede etiquetársele de muchas maneras, pero sencilla, como la que cuenta Ricardo Palma en una de sus tradiciones. Con fe de carbonero.

Si se compara las visitas entre Perú y Chile, puede afirmarse que la sociedad chilena es más laica, tiene minorías religiosas más sólidas y en conjunto se siente lejos de ciertas figuras de la Iglesia. Puede ser esa la razón principal de haber aceptado la invitación de Bachelet a visitar Chile. Entre nosotros, las ideas que diferencian ambas visitas van desde que en Chile no hay muchos católicos, la tradicional rivalidad entre chilenos y argentinos u otras más.

Lo vi en la Avenida Brasil, a su llegada, el 18. Luego, lo vi y escuché en la Nunciatura, a su vuelta de Trujillo, el 20. Era tan densa la cantidad de personas en ambas ocasiones que su impaciencia y cólera por disputar un lugar para verlo no distinguía enfermos o ancianos. Sus familiares suelen llevarlos tarde. No pueden soportar el sol, la concentración de gente, el viento, necesitan medicinas y un baño cerca. Los sanos que se perjudicaron por su presencia no ocultaron sus reclamos. Incluso, pueden llegar a insultarse, metiendo a Dios en sus peleas. Estas también brotaron en los buses a razón de su presencia. Muchos de los ciudadanos entrevistados pidieron que Francisco nos traiga la paz. En nosotros suele brotar la ira a la menor ocasión.

No son pocos los que han cuestionado la visita de Bergoglio. Fueron activos en su rechazo en las redes sociales. Salieron a protestar aprovechando la segunda marcha contra el indulto a Fujimori e hicieron una marcha dedicada a rechazar su presencia. Fueron pocos, pero son. Los argumentos van por el dinero gastado por el Estado (mejor se hubiera gastado en educación), los abusos de miembros del clero (pederastia y otros), la posición de la Iglesia frente a la mujer (aborto, control del cuerpo de la mujer y otros temas similares), entre los principales. Lo que mejor se ha posicionado en la opinión pública es la plata gastada.

Este dinero se ha repartido y gran parte lo tuvo el Ministerio de Relaciones Exteriores. Una parte importante se le dio al Ministerio de Cultura. Cerca de 800 000 soles para poder traer a los representantes de los pueblos amazónicos a Puerto Maldonado. El país donde nacimos tiene muchas necesidades. Una de ellas es que muchos peruanos somos ciegos y en nuestra realidad la selva está fuera. ¿Tanto nos cuesta reconocerlos y escucharlos?

Los mensajes de Francisco han tenido dos vertientes. Una, al pueblo. Otra, a los consagrados. Ante el pueblo ha sido más campechano y directo. En Trujillo les dijo que un gran problema, junto con El Niño del año pasado, es la violencia del sicariato que crece entre ellos. En Puerto Maldonado, ante el pedido de defensa de los amazónicos, les dijo que ellos no eran la minoría. Eran los más importantes. Allí, en Huanchaco, frente a los santos patronos, se dirigió a los fieles: los «otros» huaicos destruyen la confianza mutua, no se dejen robar la esperanza. Ante los consagrados, su vida cotidiana no pasa desapercibida. Sobre todo, les dijo que recuerden dónde los encontró Dios y qué hacer para mantener los pies sobre la tierra: rezar, mirarse al espejo y reírse de sí mismos. Que los consagrados no sean funcionarios de lo sagrado. También reconoce errores. “Y recen por el primero de los pecadores: por mí”.

Día 21. Misa en Las Palmas

Tolerancia, esperanza, paz, unidad. Fueron las palabras más escuchadas en la tarde del domingo 21, durante la misa oficiada por el Papa Francisco, junto con el Arzobispo de Lima, Cardenal Cipriani; Salvador Piñeiro, Vicario castrense; y otros consagrados en la Base Aérea de Las Palmas, en Surco. En medio de los terrenos que fueron parte de la hacienda jesuítica de San Juan, más de 1 millón de personas se congregaron a escuchar a Jorge Mario Bergoglio.

La tolerancia entre los asistentes se agotaba a medida que se acercaba las 4:00 pm, hora de la misa. Muchos estuvieron desde la noche anterior. Para conservar su sitio, fueron con bolsas de dormir, carpas y lo justo de alimentos y bebidas para vivir un día sin ir a los servicios higiénicos. Avanzaron las horas y quienes no estuvieron dentro de 500 metros a la redonda del altar estaban tras los vallados, que delineaban las manzanas en que se dividió la pista de aterrizaje de Las Palmas y formaban las calles por donde pasaría Francisco en el papamóvil. Entre asfalto y tierra, pugnaban por estar más cerca, por verlo, antes o después de la misa. Se subían las señoras en sus bancos, los niños a los hombros de sus responsables y todo mundo con celular en mano pugnaba por estar más cerca. Todos reclamaban contra el prójimo porque no le dejaban ver el panorama o porque pasaban entre ellos para poder ubicarse en un mejor lugar. Lo mismo sucedió a la hora de la eucaristía. Se amontonaron en algunos lugares para poder comulgar, acto que exige normalmente un poco de paz y armonía con el prójimo que te rodea. Sin embargo, durante la misa el comportamiento fue más tolerante, aunque estaban lejos del altar y atendían la misa gracias a los altoparlantes y las gigantescas telas que fungían de pantallas gigantes. Buena parte de la liturgia se respondió a veces en baja voz, en recogimiento, como si estuvieran frente ante algo muy sagrado.

La esperanza acariciada por algunos en hacer su agosto en enero se encaró con los centenares de ambulantes que ofrecían las cosas más variadas. Hubo recuerdos del Papa en forma de polos, abanicos, vinchas, banderines, banderas, viseras y letreros pequeños. Lo más caro, los polos: 7 soles y medio. También estuvieron los vendedores de comida y bebida. Los helados tuvieron la competencia de los marcianos* y las gelatinas. Los sánguches y la papa con huevo pugnaban contra las empanadas y los ceviches. Lo más caro, sánguches a 10 soles. Las gaseosas contra la chicha morada y las tisanas venezolanas. Su precio oscilaba entre 2 a 1 sol y medio. Quienes menos invirtieron y posiblemente tuvieron ganancia palpable fueron los que alquilaron sus baños y duchas. A sol o sol y medio. El Estado gastó 15 millones de dólares en esta visita y se calculaba ganar para nuestra economía 91 millones de dólares, de los cuales los comerciantes y ambulantes querían tener su parte.

Hubo paz, lo que se espera en una misa o en sus alrededores. Sucedieron pocos hechos violentos dentro y fuera de la base, más uno triste: la muerte de una persona mayor por paro cardiorrespiratorio. La custodia de cadetes, alumnos, suboficiales y oficiales de la policía durante la misa fue persistente. Estuvieron reforzados por miembros de la Marina de Guerra, Ejército y la Fuerza Aérea. Afuera, sin embargo, crecía la angustia entre los feligreses al aumentar los rumores del cierre de las puertas. El aforo estimado por Defensa Civil era de 1 millón 200 mil personas. Su ubicación estaba repartida en 38 manzanas: 9 naranjas, 11 azules, 18 rojas. Estuvieron llenas la mitad de las azules, un tercio de las naranjas y 2 de las 18 rojas. Los vacíos fueron más apreciables en las manzanas restantes. En ellas, la gente estaba en el perímetro, delimitado por las vallas. Adentro había mucho espacio. Si ese era el resultado esperado para prevenir cualquier desastre que degenerase una estampida, se cumplió.

Dudo que todos hayan tenido el mismo motivo para ir. Sin embargo, la fe popular unió a todos los presentes. Su corazón está vivo y late fuerte. La misa convocó a criaturas y ancianos, enfermos y sanos. Hubo migrantes, estudiantes peruanos en Harvard, venezolanos y misioneros ruandeses. Los unió la tierra polvorosa y pegajosa, el sol, el cansancio y la sed. Para calmarla hubo desde agua en botella hasta manguerazo bomberil. Los voluntarios se multiplicaron para atender a los necesitados, junto con los policías, bomberos, miembros de la Cruz roja y funcionarios de Defensa Civil.

La salida también los unió a todos. Pocas veces la diversidad de peruanos que somos estuvimos unidos: todos a pie, juntos. Rumbo a sus casas, pero no por la misma puerta por la que entraron. De las 17 puertas, los asistentes solo podían entrar por la puerta ya asignada en su ticket de ingreso. Pero dicha puerta no era necesariamente la más cercana a sus viviendas o a un medio de transporte que los dejase cerca de ellas. Aquellos que no tuvieron ticket solo pudieron entrar por las puertas 13 a la 17. Al final de la misa, los asistentes salieron por otras puertas, diferentes a su puerta de entrada. Esperaron varios minutos, contenidos por los miembros de la policía y las fuerzas armadas. La espera juntó a muchas personas en cantidad y en impaciencia que creció hasta que, al fin, les permitieron salir. Las calles de Surco, Chorrillos y Barranco estuvieron llenas de caminantes que regresaban a casa, lo cual les tomó hasta bien entrada la noche. En algo ayudó los sistemas de transporte público al Sur. El tren eléctrico fue gratuito desde las 10:00 pm del 20 hasta las 8:00 pm del 21. Hubo servicios especiales del Metropolitano y se creó un corredor especial del mismo, desde la estación de Matellini hasta Las Palmas, para lo cual contrataron muchas combis y buses.

¿Hubo basura? Sí. Por toneladas. El ser humano deja desperdicios. Su manejo es un reto para nosotros y nuestras autoridades. Fuimos sordos al llamado de Francisco para cuidar la casa común.

Hubo unidad en los mensajes del Papa. Enlazó la esperanza con los descartados de la sociedad y la poca atención que reciben del Estado. Esto fue más patente en el encuentro en Puerto Maldonado, donde tuvo a los ancianos de los pueblos amazónicos cerca suyo, en contraposición a los políticos peruanos y a los funcionarios de la curia romana. Les escuchó.

Sus mensajes también tuvieron otra cosa en común. No usó la palabra reconciliación, tan pronunciada por figuras del gobierno como de la oposición cuando hablan del indulto a Fujimori. Tampoco mencionó a las víctimas y deudos del tiempo del fuego y terror que dejó el terrorismo, tanto de SL y MRTA como del Estado y de algunos ciudadanos. Antes de venir al Perú, Francisco Papa anunció la intervención de un funcionario de la curia romana en el Movimiento de Vida Cristiana, conocido como Sodalicio. Pero no mencionó el tema en sus apariciones. El silencio en estos temas levantó polvareda. Quizás el nulo uso de la palabra reconciliación sea un indicio o prueba de su postura al respecto sobre el primero de los temas ya citados.

La mención de la corrupción y sus efectos, como el sicariato y la sombra ominosa de Odebrecht también fue un hilo común en el mensaje del Papa Francisco. En medio de la reunión de sus hermanos obispos peruanos, mencionó el destino de los nuestros últimos presidentes: la prisión y la rabia. Después, les dijo a ellos: ustedes vean. ¿También entramos en ese ustedes? ¿Qué no hemos visto?

Los políticos estuvieron unidos en torno al Papa. Para empezar, el presidente Kuczynski. Estuvo en casi todas sus actividades. Pero fueron muchas las veces que estuvo con la cara larga y cabizbajo. Pocos aplausos cosechó. Los parlamentarios de todas las tiendas, los presidentes regionales, los alcaldes provinciales y distritales quisieron aproximarse a él. ¿Sacaron algún rédito? Por otro lado, Francisco Papa mencionó el resultado de la política enlazada con el poder de los empresarios al modelo de Odebrecht: estamos fritos.

Quizás no todo esté perdido. Al usar una de sus metáforas deportivas, aunque pensemos que estamos fuera del mundial, no hay que perder la esperanza. Fe, esperanza y caridad son virtudes básicas del cristianismo y que impregnan la cultura occidental. Durante la misa, alguna brisa refrescó el calor y al final un arco iris apareció. Desde el fin del diluvio con Noé, el arco iris es un símbolo de paz, de esperanza. El 22 llovió en Lima, donde no suele llover. Ojalá algo fructifique en la tierra. (D. Paredes)

* Los marcianos son jugo de fruta vertido en unas bolsitas de plástico, de 3 cms de ancho por 15 de largo. Suelen ser una alternativa refrescante y barata en verano.

 

El Sur, eje de la religión católica en el siglo XXI

Written By: Hugo Neira - Ene• 22•18

Hay en el Papa Francisco, más allá del vestuario (que es modesto) y del ritual eclesiástico un tono, una manera de ser y de expresarse que llega a todo el mundo. ¿Qué trae consigo? La sencillez. Es directo. Pero como veremos, no siempre sus flechazos críticos son para el cuerpo mismo de la Iglesia, es decir, sacerdotes, obispos, monjas, etc. Sino para el laico. En efecto, se ocupa de algo que podemos llamar los comportamientos correctos o su contrario. Son observaciones críticas. Muy críticas.

Y sin embargo, es un Papa amable. Y que sabe matizar tan altos cargos con gestos espontáneos. En el avión que volaba hacia Iquique, se encuentra con una pareja casados civilmente pero no por la iglesia, les propone casarlos de inmediato. Y entonces hubo boda, cerca del cielo. En otra ocasión, en Lima, desciende de la papamóvil: una señora, de 99 años, además ciega, su hijo con un letrero en la mano. Y el padre Francisco baja y bendice a esa anciana, confirmando lo que ya sabíamos. Su corazón y su amor por los más humildes y más necesitados.

En Santiago menciona varias veces el tema de los curas pederastas, “no puedo dejar de manifestar el dolor y la vergüenza ante el daño irreparable causado en los niños”. Las llama “llagas”. La Iglesia conoce sus llagas, y por eso comprende a los demás. Bien podríamos enfrentar las nuestras. La envidia del otro. La intolerancia. El gusto por decir quién es y no es “decente”. El chisme. La prepotencia.

He aquí algunas de sus frases antes de venir a Lima.

No somos mejores que otros. No somos sino perdonados. La primera frase tiene un contenido enorme. Siendo inevitablemente un cuerpo de elite, los estudios —tanto de teología, de lenguas—, los colocan por encima de la gente corriente, es decir, del pueblo. Y entonces, se abre una brecha entre la humanidad católica y sus eclesiásticos. ¿Ser culto y a la vez no alejarse del pueblo? Ahora bien, esa misma tendencia elitaria puede ser propia a uno y otro obispo, pero la verdad es que es casi corriente en líderes y jefes de partidos políticos. Y en vanidosos catedráticos. Y en el mundo de los intelectuales.

Dicho ante obispos chilenos: “los laicos no son nuestros peones ni nuestros empleados, no tienen que repetir como loros lo que les decimos”. Podemos pensar que también es un tacazo en cuatro bandas que recae sobre los políticos que suponen tienen una clientela y partidarios. Para no ser loros, los miembros de un partido, una escuela, una universidad, ¿deben repetir lo que dicen sus maestros?

“La desesperación por estar en la cartelera”. Dios del cielo, la crítica recae ahora en la gente de la televisión, enamorados de sí mismos, que son capaces de hacer cualquier cosa antes que dejar el set. Y no les digo, comunicadores de diarios, que solo escriben para atacar a alguien, los que prefieren la carnecita en los medios. Servir al lector, con información confirmada, jamás. El periodismo como recurso para los tuits.

“No se vuelvan autorreferenciales”. No es poca cosa. Vivimos en la era del selfie. De la no lectura. Del no partido. Del individualismo. Ya hay varias generaciones de autorreferenciales.

Y en Perú, de todos los extractos posibles, acaso estas frases, sinceras y equilibradas, ante los obispos.

“La política está muy en crisis en Latinoamérica por corrupción. Gana la oposición, y acusa de corruptor al anterior, vuelve la otra y te acusa de corruptor a este. Y los dos tienen algo de razón. Entonces el juego político es muy difícil. A nosotros nos pone dificultad si queremos ser pastores. No es fácil evangelizar el mundo de la política, tampoco tenemos que claudicar. Pero tampoco en la denuncia claudicar: queda el arma de la persuasión, de la formación política, mil cosas. Pero no descuidemos eso porque es el futuro de la dirigencia de nuestros pueblos. Si quedamos en manos de gente que solamente entiende el lenguaje de la corrupción, estamos fritos, no hay de sí que tenemos la oportunidad de meterle el aceite en la mano, como el obispo Dessi, se le pega la plata y todo.” “El fenómeno de los paraísos fiscales, cuyos locales están en América Latina… Qué pasó que en América Latina, que estaba buscando un camino hacia la patria grande, de la que soñamos, nuestro revés, de golpe, estos años es que esto no cuajó, causa de un capitalismo liberal deshumano donde se endeuda la gente.”

Pese a todo, el cristianismo es la religión más extensa del globo terráqueo. Leía en estos días el libro de Henri Tincq, Ces papes qui ont fait l’histoire (Stock, París, 2006). Esos Papas que hicieron la historia. Juan Pablo II, Benedicto XVI, y por cierto, concilio Vaticano II. Y este Papa, me parece, entre ellos. Da que pensar, el primer pontífice nacido en Sudamérica. Y este es el momento en que el centro del mundo religioso ha girado hacia el sur. Lo que está en juego son las muchas interacciones entre una religión que se propone lo universal y ciertas culturas como la nuestra. Además hay costumbres, muy malas, de algunas culturas nacionales de este continente. Lo que también ha dicho Francisco es que el chisme es una forma de terrorismo.

Publicado en El Montonero., 22 de enero de 2018

http://elmontonero.pe/columnas/el-sur-eje-de-la-religion-catolica-en-el-siglo-xxi