Perú sin brújula

Written By: Hugo Neira - Ago• 01•22

Hace trece meses les decía en este portal lo siguiente:

Lo que está pasando es lo que anticipó Francisco Durand, «La captura del Estado». Ni más ni menos, como en el siglo XIX, cuando grupos pequeños se convertían en plutocracias (Basadre). No de clases sino de castas y sectas. No viene del pueblo, el nuestro quisiera volver a la época anterior a la pandemia. Hoy, bajo diversas máscaras, se repite la historia, una crisis, y se preparan para dominar desde arriba mientras los de abajo los creen revolucionarios. Ahora o nunca. Después de todo, han desaparecido los cursos de Historia peruana y mundial en los colegios estatales. Y menos tienen Educación Cívica. Se están aprovechando la incultura de los pobres. Ellos, los que quieren dominar, les han quitado las asignaturas que enseñan a pensar, a razonar, a tener un espíritu crítico. Esa también es una trampa. Nos hemos olvidado que un sistema político —el que sea, liberal, socialdemócrata, comunista o conservador— tiene que tener una cosa que se llama ética. Así de simple, así de difícil.

Hace poco, una tesis fue aprobada en San Marcos. Trata de la pendejada, eso que divierte y nos hunde en el Perú, porque es el deporte más celebrado, tanto como el fútbol. Sigan así, y cada día nos iremos hundiendo en el desorden y la miseria. (El Montonero, 28 de junio de 2021, https://elmontonero.pe/columnas/ninan-cuyuchiq)

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“Desasiéndose de la historia, el hombre queda solo.”

Ortega y Gasset

Como lo saben mis lectores, me encuentro en Chile, y siguiendo un tratamiento médico, pero no dejo de preocuparme por el Perú que se hunde. En Cable, hay un canal que se ocupa del Perú (Perú Mágico), en el cual he podido seguir el programa de Jaime Chincha, “El octavo mandamiento” de Canal N, luego del discurso del presidente el 28 de julio. Lo que digo es sin interés personal. Por internet, al día siguiente he podido leer algunos diarios limeños, por ejemplo, el diario Expreso con una portada fuerte: “86 páginas de mentiras” y esta opinión: “QUIERE HACER CREER A LOS PERUANOS QUE ESTAMOS EN SUIZA, EN UN PAIS DE PRIMER MUNDO”. Me permito una felicitación por la portada. Algo conozco de comunicación pues no solo he sido en mi vida un periodista que escribía artículos o columnas de opinión, 50 años atrás fui director del diario Correo (tiempos de Velasco, que luego volvió a las manos de sus dueños). Algo entiendo por no haber sido solo un docente universitario. En todas las ciudades del mundo, los quioscos lucen diarios y revistas. Es un arte que ingresa por la imagen y el contenido de las hojas. Cuando hacíamos la primera plana, acudíamos al mejor periodista, el más agudo y a la vez sincero. Es verdad entonces, yo también he escuchado el mensaje diciendo que estábamos en el mejor de los mundos. Se entiende que el actual presidente quiera gozar de ese honor, pero lo que es de la mayoría de la población, no ve las cosas de esta manera. Voy a decir algo personal. No lo voy a aplaudir, pero tampoco soy de los que golpean a quienes ya están en el suelo. A Pedro Castillo no lo conozco personalmente, pero conocemos su vida, él adora lo que llamamos el campo, el mundo agrario. Bueno, a cada quien sus gustos. Hay también seres humanos que aman el mar, el océano, y otros los cerros y las grandes alturas. Digo esto, señor Presidente, porque nuestro país actual es de costa, sierra y selva, no solo agrario, es una visión algo anticuada.

Hoy el Perú es un país urbano como consta en las publicaciones oficiales, las del INEI, por ejemplo. La migración interna no fue la obra de los partidos políticos, las iglesias o los gobiernos. No señor, y es el más grande fenómeno social y político, espontáneo. Comienza a mediados del siglo XX y modifica todo. Llegaron por millones cambiando por completo el rostro de Lima. Se cansaron de esperar que llegara la modernidad, la escuela para los niños andinos, los médicos, los dentistas, la chamba, y a falta de trabajo, inventaron su pequeño negocio, sus tiendas, etc. Eso que llamamos ‘los informales’. Es por allí, señor Presidente, donde está la pobreza, en las grandes urbes, y por cierto, la delincuencia, el desorden. Con su discurso señor Presidente —y no soy el único que lo diga—, usted muestra que no conoce el Perú de estos días, sus gigantescos problemas. Faltos de cultura mínima, con esa primaria y esa secundaria, la peor del planeta, entre otros. Yo me formé en escuelas fiscales estupendas pues mi familia no era de las clases altas. Los últimos de la clase, es título de un libro de un profesor peruano, Nicolás Lynch. Desde entonces el saber, el conocimiento, necesarios para prosperar, han desaparecido. No hay sociedad avanzada y poderosa sin educar al pueblo, de ahí la creación de riqueza, mediante los recursos humanos. No podemos entrar a la modernidad con el vicio del dinero fácil, la plata como cancha, como dijo el dueño de una universidad. O sea, la coima, el soborno o el cohecho.

Pero no todo es así. En el programa de Jaime Chincha en TV, escuché a sus invitados, entre ellos el ministro de cultura, Alejandro Salas, y Cayetana Aljovín, varias veces ministra, y otros más. Yo estaba a punto de apagar la tele, desfilaban funcionarios cercanos al actual presidente, cuando de pronto escuché ideas sensatas y se formuló una pregunta necesaria, decisiva y muy sencilla. ¿Adónde va todo y todos los peruanos, señor Presidente? Cada país y cualquier civilización se proyectan, se ponen metas indicando un punto de llegada deseable. Por ejemplo, en Brasil apuntan a mejorar el PBI per cápita de un 3,4%. En España, proyectan aumentar el PBI de un 4% este año. Otros se preocupan por la cantidad de ciudadanos que tendrán más de 75 años. O si se tendrá el doble de jóvenes en edad escolar dentro de veinte años, lo cual implica formar más profesores y tener locales en número suficiente. En fin, usemos una metáfora: nuestro querido Perú es hoy como nave en aguas peligrosas. ¿Adónde vamos señor Presidente? ¿Hacia qué meta económica, científica, política y moral? Los países son como los antiguos navíos o buques, tienen una ruta, ¿o es que somos apenas una chalupa llena de infames campeones de robo al Estado en ese juego peruano de volverse rico de un día para el otro —la coima—, desde arriba hacia abajo? No se nace con esa costumbre, se aprende. Ese chongo es peor que el Covid.

Publicado en El Montonero., 1 de agosto de 2022

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Pensar el fútbol

Written By: Hugo Neira - Jul• 26•22

Ricardo  Gareca se despide del Perú. Ese adiós ha conmovido los diarios y la televisión del país. Según algunos, era algo que se venía venir. Vivimos una época en que se ha vuelto pequeño el mundo nuestro. Porque la tecnología reduce las distancias, podemos ver y escuchar más allá de las fronteras. Yo no estoy en estos días en el Perú sino en el exterior, y me llega la noticia de lo que ocurre en Lima.  El técnico Ricardo Gareca, el “Tigre” se despide, el argentino, el director experimentado  que logró dos clasificatorias mundialistas y el regreso de la Bicolor a una Copa del Mundo luego de 36 años de ausencia.

En efecto, el mismo Gareca se despide de 7 años de trabajo que modificó el fútbol peruano. Él lo ha dicho en estos días, “cuando llegué había equipos más competitivos, me parece, estaba Roberto Palacios, Renzo Sheput y Carlos Lobatón”. Eso es su recuerdo, de cuando estuvo como entrenador del Universitario de Lima, en el 2008. Entonces, “en la U me tocó dirigir a jugadores de mucho nivel”, nos ha dicho. Sin embargo, “había un estancamiento, y se necesitaba reestructurar. Y a la vez, era necesario algo elemental, o sea, que los jugadores fueran resurgiendo, y en zonas del interior del país, debe tener talentos importantes, el fútbol peruano necesitaba una evolución”. Para Gareca era preciso una lista de 24 jugadores.

Por mi parte, he pasado horas en la TV y me he quedado atónito. Algo que provoca esta nota. Lo que ha dicho son explicaciones racionales y que todo el mundo puede entender. Gareca impresionaba por su sinceridad y a la vez su sentido de la realidad (peruana). Tanto que un diario había titulado el año de la clasificación a Rusia “con el chip mundialista”. Lo que pasaba es que había que ponerse a pensar en el equipo, en la responsabilidad que cargaba sobre sus hombros. ¿Qué selección peruana ante el reto olímpico? Con Gareca, la afición popular tuvo sus momentos de decepción, no contaba tanto como pensaba. Es otra manera la suya. Al punto que un periodista de Exitosa (Jorge Rojas Orillo) ha dicho, en mayo de 2018, “después de escuchar a Ricardo Gareca en la conferencia de prensa, solo nos queda pensar y reflexionar en frío”. Me llamó la atención entonces, ¿reflexionar en frío, en el Perú?

Sí pues, algo pasaba. Ahora bien, lo tradicional, la costumbre es que los estadios están para todo tipo de deporte, pero en especial para nosotros, el fútbol es el lugar de las emociones, las barras bravas, como ya lo dije en una columna pasada, el lugar de las pasiones, con un gran parecido a la multitud que manifiesta por algún partido, masas que obedecen a alguna ideología, a una fe, o en contra de algo, gobierno, Estado, que tampoco razonan sino liberan sus instintos emocionales. Y sorprendía entonces el llamado a “reflexionar en frío”. Y escribí en aquel momento que la política peruana buscaba su Gareca.

Volviendo al adiós del técnico que ha logrado clasificar al Perú, a la blanquirroja,  en dos campeonatos internacionales, es desconcertante. Su abogado dice que “no fue cuestión económica”. Por su lado, Gareca ha dicho en su despedida, “me hubiese gustado ganar un título y clasificar a Qatar”. ¿Qué ha ocurrido? Como esto sucede en  Perú, nuestro país de mañas y trampas en el Estado, y en tantas instituciones que no razonan, esto lo sabremos algún día, no ahora. Porque todo, de los errores y los defectos, tarde o temprano se sabe, se sabe la sucia verdad.

El sport no es un asunto de juego únicamente

En nuestro continente, el fútbol es algo más que un espectáculo. Por ejemplo, en la Argentina, el fútbol es pasión. ¿Quién no conoce a Maradona? Tanto como a Perón conocen el ascenso y la caída de su gran futbolista.

Sí, es un juego. Sí, es un espectáculo. Una sublimación del instinto de la guerra y la violencia. Pero no está solo el equipo sino el público, y no solo espectadores que son individuos con una identidad particular sino fanáticos que fusionan en un alma colectiva, una identidad común. El fútbol nuestro posee una especificidad que no tiene el béisbol, el básquetbol, y el fútbol americano o el rugby europeo. Su popularidad.

Se discute en Latinoamérica por qué razón el fútbol es el “deporte que más apasiona”. Juan Nuño, filósofo venezolano, en un ensayo titulado “Teoría de los juegos” del 2002, intentó responder, pues se sabe que uno de los dos equipos va a perder, no es lo mismo que en el juego con los toros. Siempre hay un vencedor, pero en el deporte de nuestra época, si hay enfrentamientos y rivalidades, los deportistas no cumplen el rol de los mercenarios de los romanos y griegos. En la Antigüedad, el juego reproducía la guerra como espectáculo. De alguna manera, se puede decir que la civilización occidental ha dado un gran paso con los juegos que, como el box o la lucha, no matan al rival. Sin duda alguna, el deporte es una falsedad. A diferencia de los antiguos, en todos los juegos de nuestro tiempo, si bien hay combatientes y si todos los juegos tienen algo de agónico, todos combaten en tanto que seres humanos que saben que es una apariencia, un remedo, no se mata al rival. Acaso una sublimación necesaria para nuestro sistema cerebral, y lo que Freud descubre, para conectar las dos caras de nuestro yo, Eros y Tánatos. Nuestra naturaleza que mueve las pasiones, el odio como el amor.

Entonces tres cuestiones:

– Pensar el fútbol. Un equipo no solo son los 12 o los 24, se necesita un técnico que sea a la vez un amigo, y que conozca a cada jugador en su rol auxiliar de psicólogo, así como el juego mismo del fútbol. Y que debe también conocer al equipo rival, para establecer las estrategias. A la vez maestro y amigo, todas las virtudes de un Ricardo Gareca.

– El sport, sea el que sea, nos dice si estamos sanos, equilibrados, dueños de nuestro propio cuerpo. Desde el siglo XX, el deporte se ha vuelto una actividad de laboratorio.

– Varias ciencias sociales se interesan por el deporte: la psicología, la sociología, y la filosofía. Y obviamente, la medicina.

Las pasiones comunes suelen confundirse con los sentimientos políticos” dijo el filósofo francés André Comte-Sponville. Que el fútbol en nuestra patria sea algo muy popular y por lo tanto una pasión democrática no debe sorprender. Toda sociedad es sensible. No todo es interés o economía. Y que el equipo nacional se haya quedado fuera de la clasificatoria no va a levantar la moral de los peruanos. Esto es grave, muy grave. Después de la pandemia, los problemas electorales, jurídicos, políticos —con cambios de ministros al límite del tiempo—, la sensación que se tiene es la de una inestabilidad que no hemos tenido en el pasado. Por lo cual nos viene encima una ola de pesimismo. Una actitud que será colectiva pero también individual. Lo peor que nos ocurre es la pérdida del optimismo por un tiempo muy largo. La catástrofe de echar a Gareca y el adiós a Qatar 2022 podría producir una investigación interna. Pero la tristeza no la detiene nadie. Los pueblos, necesitan tener confianza en ellos mismos. Pero ahora van a dudar de sí mismos. La moral de un pueblo se debilita. Por mucho que sea libre, no escapará al contexto, el ambiente, la opinión pública. No pudimos llegar a Qatar.

Neurobiología y los fundamentos naturales de la ética.

Los griegos antiguos y los incas

Se puede tener grandes atletas cuando los niños están bien alimentados, pero hay hambre en las capas sociales peruanas que no tienen un Estado protector para su población de los Andes, la costa y las ciudades, porque ya somos demográficamente urbanos. El hambre y la falta de puestos de trabajo es lo que se encuentra, una pobreza gigantesca. Una falsa modernidad.

Las olimpiadas las inventaron los antiguos griegos. Pero todos eran eso, atletas. Para ser libres, soldados de por vida. Para defenderse de los persas que los volvían esclavos. La ética de los griegos nace en la polis, y los filósofos también eran formados desde muy jóvenes hasta la vejez. Cierto es que hubo un Euclides y un Arquímedes y que los griegos inventaron la política. Pero el saber griego tenía escuelas en Atenas, las Academias, y en la batalla de Maratón (490 años a.C.) vencen a los persas. En el saber griego, hubo diversas utopías, mitos, pero también la astronomía, la física, la geografía, la historia, la lógica, las matemáticas, la medicina, la retórica.  Pero no dejaron de ser guerreros, con su tecnología —las catapultas como parte de la guerra— y sin devorar los otros poderes. Los romanos incorporaron su tecnología y luego, la cultura occidental o lo que llamamos Europa. Hoy mismo, se puede visitar la Torre de los Vientos de Atenas, una torre que tiene un reloj de agua.

Seguro que el lector no nos perdonará si no tratamos el mundo inca. Es sencillo. Su originalidad es evidente. Los Andes estaban aislados de otros continentes. Se ha hablado de Mesoamérica pero el mundo andino, antes de los conquistadores, reunía diversos pueblos y culturas. Todo comienza en el Cusco, y luego de dominar un espacio, ocurre la expansión de lo que llamamos el Estado Inca, por el sur hasta el río Maule, en el centro de Chile. Y hacia el norte, más allá de Cajamarca, Chachapoyas, hasta Quito, hoy en Ecuador. Pero lo específico y asombroso es que el hombre de los Andes lograra dominar la áspera naturaleza, reuniendo una gran fuerza de trabajo y concibiendo métodos para superar la inclemencia del suelo. Esto lo encontramos en el libro de María Rostworowski de Diez Canseco, donde se evita el concepto de Imperio. Le prefiere, esta gran investigadora, eso que los incas llamaron Tahuantinsuyo, que significa “las cuatro regiones unidas entre sí”. Lo cual, para Rostworowski, es un impulso hacia la integración, un posible inconsciente. Algo que todavía no se ha perdido en las diversas etapas históricas son, por ejemplo, las comunidades indígenas, son el 55%. En Perú hay más de 4 millones que ahora se llaman pueblos indígenas (el quechua representa el 83,11%. Entre los pueblos amazónicos, son 47 lenguas). Si quieren conocer lo mejor sobre la historia de los incas, hay que leer a María Rostworowski de Diez Canseco, hija de un padre polaco y de madre puneña, Historia del Tahuantinsuyu. En la tercera edición del IEP, en la carátula, un kero o vaso ceremonial del siglo XVI. Hasta ahora, el mejor libro.

¿Cómo lograron los conquistadores vencer a los indios? Demasiado territorio. Los indígenas del norte vencieron a los indios del Cusco y sus elites. Dicho de otra manera, Pizarro y sus guerreros españoles llegaron cuando el Tahuantisuyo estaba dividido. Hubo sinchis y grupos que también apoyaron a los hispanos para deshacerse de las reglas y la dominación. Llegaron cuando había una guerra entre dos hermanos. También hubo yanas, una clase de las más bajas, criados de los hatun curacas. Conviene decirlo porque algunos creen que todos eran iguales. Un yana era el servidor, y un guaranga curaca, un señor de mil hogares.

Publicado en El Montonero., 25 de julio de 2022

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La ‘Peruvian Parade’ de Paterson, Nueva Jersey

Written By: Hugo Neira - Jul• 18•22

En la segunda parte de esta nota sobre migraciones de peruanos, quisiera volver sobre el trabajo de Ulla D. Berg, “¿Enmarcando la ‘peruanidad’?” en El Quinto Suyo (IEP, Lima, 2005) que se ocupa de la Peruvian Parade, esos desfiles que son famosos en el Estado de Nueva Jersey, especialmente en la ciudad de Paterson, para que el lector sepa cómo, desde la lejanía, lo peruano se expresa con fuerza, ingenio, y sentido de pertenencia.

El desfile de las Fiestas Patrias peruanas en Paterson se revela una estrategia comunitaria, además de haberse vuelto una actividad económica. Su originalidad radica en no tener equivalente en el Perú porque es una respuesta a los problemas de representatividad y visibilidad que encontraron los migrantes. En la Peruvian Parade del 2002 que presenció, la antropóloga cuenta que interviene “una mezcla de organizaciones, compañías e instituciones” y las acompañan no solo peruanos sino otras comunidades latinas de la zona, ecuatorianos, colombianos, puertorriqueños, cubanos y dominicanos. “Todos los años, el desfile parte de la Calle Principal en Paissac, pasa por el pueblo vecino de Clifton y culmina frente al Municipio en el centro de Paterson. El recorrido cubre alrededor de cinco millas en total”. Ese año, hubo entre 30 y 35 carros alegóricos que desfilaban y representan los negocios locales privados como agencias de bienes raíces, centros de salud, banqueros hipotecarios, Inca Kola, transporte, comida peruana, panadería peruana, sindicato local de trabajadores postales, medios, y no podía faltar, servicios en torno a bodas y funerales. “A eso se suman las organizaciones cívicas y las instituciones culturales, que no tienen carros alegóricos ni vestimenta folclórica salvo los bailarines de marinera, pero marchan y danzan en medio de ellos”. Un solo grupo llevaba disfraces, eran representantes de empresas peruanas a quienes se les había pedido esto para exhibir la ropa tradicional que representa la diversidad peruana, con miras a ilustrar a los estadounidenses.

“Los participantes provienen de Paterson y otras ciudades vecinas como Elizabeth, Union City, Irvington, Newark y Nueva York. Según una guía de turistas de Nueva Jersey, más de 80 mil personas usualmente participan en este evento.” Cada año deben designar quien será el Gran Mariscal del Desfile Peruano, nos explica la autora. Para ello, la directiva prepara una lista “de personas que han hecho algo importante por el Perú”. En el  2002, tuvieron a Rafael Matallana (más conocido como ‘El caballero de la canción criolla’), con los invitados de honor siguientes: el nuevo cónsul en Nueva Jersey, el miembro demócrata del Congreso por el Estado de Nueva Jersey (Bill Pascrell), el periodista local del año, la mujer del año, entre otras categorías. La coordinación con las autoridades locales de Nueva Jersey es central, con un cronograma estricto pues eso implica cerrar y ocupar calles todo un día y retener la atención de autoridades ediles. Juega a favor el tener elegidos de origen latino, así se puede afirmar la identidad nacional y la “panlatina” que ningún peruano pierde de vista.

El desfile llega al Municipio a principios de la tarde, es cuando se interpreta el himno peruano y luego el de EEUU seguido del discurso de la presidenta. “El 28 de julio es la fecha de nuestra libertad (…) Mis queridos compatriotas, somos libres, seámoslo siempre y vamos a estar orgullosos de nuestro querido Perú, de nuestra raza. Aquí, a miles y miles de kilómetros de nuestra patria, repitamos con emoción para que nos escuchen en el Perú y sabrán lo orgullosos que nos sentimos de nuestra patria. ¡Que viva el Perú!”

De lo que se trata con esa ceremonia -seguimos siempre a la autora- es “exhibir en vivo los peruanos y peruano-americanos que han alcanzado el sueño americano, conseguido títulos importantes sea en el gobierno local sea estatal, en suma los que lograron llegar a ser parte de la clase media de los EEUU”. Y no solo eso, para ello rescata la declaración de un integrante de la asamblea estatal de Connecticut: “La educación es el insumo más importante que los padres migrantes pueden dar a sus hijos para que así la comunidad peruano-americana crezca, se conviertan en agentes activos en los procesos políticos e históricos de la nación estadounidense, y dejen de ser simples observadores.”

La Peruvian Parade figura como atracción anual en las guías turísticas, es parte del consumo cultural que el Estado ofrece. La antropóloga se pregunta, en cuanto a la ciudadanía de los peruanos de Paterson, “si les va mejor cultivando fuertes vínculos transnacionales con su tierra natal, con la esperanza de ejercer una posible influencia en ella, o si sus esfuerzos deberían concentrarse más bien en temas pertinentes para los peruano-americanos y los migrantes que no tienen ninguna intención manifiesta de regresar a su patria”. Le quedó claro que todo giraba en torno a la mejor forma de insertarse en la vida estadounidense.  “Va más allá de la euforia nacionalista”. “El evento como práctica comunicativa no se refiere tanto a la reproducción de la ‘peruanidad’, ‘identidad’ o ‘cultura peruana’ sino más cómo esos repertorios articulados bajo la lógica del multiculturalismo neoliberal estadounidense son aprovechados para mover agendas propias.”

Con la Peruvian Parade, buscaban los peruanos de Paterson -el destino más antiguo de la migración- transmitir la imagen del trabajador migrante peruano bueno y exitoso, en camino a realizar el sueño americano. “Muchos ya no sueñan con volver al Perú sino en una reunificación familiar y residencia legal en EEUU”. La comunidad es factor de progreso, se refuerza en el país de llegada para sentirse más peruanos y orgullosos de serlo, y además de afirmar lo latino en Estados Unidos, la “identificación panlatina” que cuenta tanto como la nacional. El peruano busca “seguir prevaleciendo” con su cultura, como dijo la presidenta de la Peruvian Parade del 2002 a la antropóloga.

Para los peruanos que no se fueron, vale la pena saber del comportamiento fino, sencillo, fraterno y pragmático de nuestros compatriotas, su éxito, lejos de la criminalidad y la inseguridad en el Perú que muchas veces se lo impiden.

Publicado en El Montonero., 18 de julio de 2022

https://elmontonero.pe/columnas/la-peruvian-parade-de-paterson-nueva-jersey

Migraciones peruanas

Written By: Hugo Neira - Jul• 12•22

Ya no tenemos solo fronteras territoriales. Existe otras modalidades propias a nuestro siglo. Un libro editado en el Perú por el IEP, El Quinto Suyo, nos explica cómo se formaron comunidades de emigrantes nacionales en el exterior, lejos del Perú, y en países diferentes. Fue publicado en el 2005 pero me parece que no hemos entendido todavía el significado de esa transnacionalidad gigantesca. La diáspora peruana es un fenómeno social y político que no concierne solo a los pueblos andinos sino también a las poblaciones de las regiones costeñas. Es cierto que la migración interna hacia la costa fue también una gran modificación de la sociedad civil —empleos y formas de vivir distintas en las ciudades— pues fueron millones que dejaron la vida rural por el Perú de hoy, un país urbano y siempre peruano. Pero estamos hablando de migraciones de categoría planetaria. La emigración voluntaria de peruanos, personas y grupos sociales, no es solo un gran éxodo hacia los Estados Unidos. Los antropólogos Ulla D. Berg y Karsten Pærregaard, autores del libro, se ocupan de la emigración a otros continentes del planeta. Peruanos en España, en Italia, Japón. Peruanos en Argentina y Chile. Para lograr el éxito, triunfo o alcanzar logros, o sea, una buena vida trabajando fuera de su país de origen, como veremos más adelante. Entonces eligen cambiar de país, de gente y de cultura, superando las dificultades que implica tal cambio de vida. Nunca en la larga historia del pueblo peruano ha ocurrido algo tan intenso.

Estas líneas responden al deseo de que se sepa sobre esta categoría de paisanos, sus capacidades para emprender tales aventuras, y ganarse, por ejemplo, el aprecio de los norteamericanos. Así Ulla D. Berg cuenta cómo llegaron a Paterson, Nueva Jersey, y trajeron la Peruvian Parade del 28 de julio. Como decía mi abuelita, “primero la miel y después la hiel”.

Peruvian Parade in Paterson, Nueva Jersey, ciudad del noreste de los EEUU

Allí en esta ciudad industrial, donde el 50% de los habitantes vienen de afuera, llegaron los obreros peruanos en un momento en que se necesitaba a los inmigrantes. La migración peruana la ha seguido Teófilo Altamirano, investigador pionero del estudio migratorio —dice la autora— desde los inicios de la llegada de los trabajadores peruanos, la década de 1920, cuando la industria textil florecía en el noreste de los EEUU (Nueva Jersey, Nueva York y Connecticut). Y, sin embargo, en el Perú, teníamos algodón y mano de obra, entonces, está claro que no tuvimos una clase burguesa industrial: las capas sociales más ricas por lo visto prefirieron ser rentistas, o sea, se quedaron con una mentalidad venida de los siglos de la Colonia.

Volviendo a lo que se llama la Peruvian Parade, diríamos que es una ‘performance pública étnica’ preparada por algo entre asociación cultural y club deportivo. Los peruanos ya establecidos en la América del Norte no han olvidado su país de origen. No solo envían dinero a sus familias, sino que se ocupan del desfile en conmemoración de las Fiestas Patrias, con escenario rodante, concurso de Misses, vestimenta folclórica y música criolla. Se dio por primera vez en Paterson en 1985. Con el objetivo de mantener viva su cultura y lengua tan lejos de la patria, al inicio, y luego hacer visible la minoría a la que pertenecen de cara a las políticas públicas norteamericanas. Según Altamirano, esa migración, al principio ocupada “en actividades manuales no calificadas y de baja remuneración”, continuó después de la segunda Guerra Mundial “y se incrementó en los años cincuenta y sesenta, y nuevamente a partir en los ochenta, ante la creciente inestabilidad económica y política en el Perú”. En números, nos dice la autora que “en el censo nacional de 1990, el US Census Bureau reportó un total de 175’035 peruanos en los EEUU, en tanto que en las cifras del censo del 2000 esta cantidad se incrementó a 233’926 personas indicando así un alza de 34% en un lapso de diez años”. En fin, “Altamirano estima que un total de 500’000 peruanos vivían en los EEUU en 1992”.

Los peruanos que llegaron en los años 50 y 60, eran procedentes de barrios urbanos como Surquillo, La Victoria y Callao. Luego la emigración hacia los EEUU se ha hecho menor y según las necesidades de los empleadores.

Una imagen fotográfica nos dice lo que es ese es lugar conformado a la vez de latinos y norteamericanos. Acaso lo que deseaban encontrar era un empleo, ingresos en dólares, orden, y lo que filósofos y políticos llaman la “sociedad del bienestar” que se consigue con una sociedad productiva, con la producción industrial.

Cabaneños en Washington

Esta es la historia de una comunidad campesina serrana ubicada en el sur del Perú y que, dejando su tierra a 3200 metros sobre el nivel del mar, cerca del Valle del Colca, se vuelve una colonia de cabaneños asentada en Washington. Es un estudio escrito por Paul H. Gelles, antropólogo americano.

“Es la culminación de un proceso mayor y más antiguo de migración al exterior de la gente de Cabanaconde. Ha existido un gran número de migraciones estacionales y permanentes desde por lo menos la primera parte de este siglo. Hacia 1930 había ya colonias de cabaneños en Arequipa y Lima, y durante los años 40 una asociación de migrantes llamada Centro Progreso de Cabanaconde ha experimentado mayores emigraciones desde 1965, cuando el camino llegó a la comunidad. Hoy en día hay aproximadamente 3’000 emigrantes en Lima y alrededor de 1’000 en Arequipa. La gente de Cabanaconde estableció una primera cabeza de playa en EEUU a principios de los años setenta. Un puñado de cabaneños creció hasta conformar una colonia de más de 250 habitantes en el área de Washington hacia 1992. Hoy hay más de 600 cabaneños en el área de Washington.

Muchos de los transmigrantes cabañenos, una vez establecidos en su nueva nación (generalmente EEUU) y habiendo conseguido sus documentos legales, regresan frecuentemente a su comunidad nativa para invertir sus ganancias y renovar sus identidades personales y culturales. (…) La fuerza de la colonia de los cabaneños asentados en EEUU es visible cuando consideramos que la Asociación de la Ciudad de Cabanaconde, fundada en 1983, es una de las más poderosas asociaciones de migrantes peruanos en el área de Washington. (p. 76)

Hay dos maneras de entender el caso de los migrantes fuera del Perú:

Primero, enviar remesas y mantener el lazo con su lugar de origen celebrando la patria con desfiles, concursos, música y marchas ceremoniales. Todo organizado por ellos mismos, por instituciones competitivas entre sí, que los visibilizan.

Segundo, escapar a la inseguridad y violencia en el Perú. Según estudio publicado por el IEP con auspicio de USAID en el 2015, Cultura política de la democracia en Perú y en las Américas, el 57,5% de los peruanos había experimentado u oído de robos en el vecindario. Asunto grave, muy grave, nos referimos al impacto de la delincuencia y la percepción de la inseguridad ciudadana, así como la poca confianza en el sistema de justicia. La falta de seguridad, según estadísticas publicadas en el estudio mencionado, figura como el problema más importante del país (46,7%), por encima de la corrupción (10,1%), la economía (28,4%) o la política (1,6%).

Es una hipótesis. La emigración de campesinos y obreros, la transnacionalidad, es una respuesta a la desconfianza en los servicios públicos, el bajo desempeño del gobierno de turno o el Estado, la informalidad y la delincuencia en el Perú, la sociedad misma, acostumbrada a las extorsiones o chantaje en el vecindario. Perú está en el paquete de países como Brasil, Panamá, Nicaragua, Venezuela de altas cifras de robo, una probable causa de la emigración, y como resultado visible, la transacionalidad.

Eso lo veremos en un segundo artículo. Siempre midiendo la prevalencia del crimen o la violencia, mirando no tan solo la econonía sino cómo se percibe la gente misma, en sociedades victimadas, cuando la inseguridad gobierna.

Publicado en El Montonero., 11 de julio de 2022

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Costumbres peruanas: el desprecio de persona a persona

Written By: Hugo Neira - Jul• 04•22

I. La semana anterior pusimos como tema fundamental cuando Marx, el filósofo alemán nacido en una familia judía, que se vuelve protestante para eludir las persecuciones, repudiaba a la persona que era Simón Bolívar. Que se sepa, no se trata de una discusión ideológica sino la toma en cuenta del carácter de cada quien, sus costumbres, sus maneras y “modo de ser”. Eso es algo que hoy forma parte de las Ciencias Sociales que no es una sola disciplina como es el caso de la Antropología, la Psicología, las Ciencias del Lenguaje, la Historia, la Economía, las Ciencias Políticas, la Filosofía y la Sociología, sino varias. En mi formación en Europa en Ciencias Sociales, no solo se estudia las sociedades y su economía sino los comportamientos, las pasiones ordinarias, de la misma manera que la etnología ya no se interesa tanto por las mentalidades primitivas como fue el caso de Claude Lévi-Strauss y su Tristes trópicos sino que antropólogos y etnólogos estudian con preocupación La contagion des idées, de Dan Sperber (literalmente el contagio de las ideas) o Comment pensent les institutions (cómo se piensa en las instituciones), de Mary Douglas. Hay un formidable diccionario francés de Etnología y Antropología traducido al castellano por Ediciones Akal.

II. En cuanto a mi persona, el sociólogo que soy sigue la línea de Max Weber. Weber estudió los seres humanos, su “comportamiento”, lo que los franceses llaman les mœurs. No hay organización humana, partiendo de las tribus hasta las grandes sociedades como la India, China, Japón u Estados Unidos, que no tenga algo muy específico. Mœurs son las costumbres naturales, para bien o para mal. No usamos un concepto moral, todo lo contrario. En castellano, en España, se le puede traducir por el modo de ser. Incluso en la España de nuestros tiempos, al ser distintas las costumbres entre vascos, catalanes y castellanos. Y eso es lo que nos lleva a esta nueva Ciencia del Hombre, la que en lengua anglosajona se llama Behaviorism (behaviorismo) y les comentaba en artículo anterior, o sea el comportamiento de una persona o una familia, un grupo local o regional. Y acaso un país en tanto que sociedad y Estado. Por ejemplo, chinos y japoneses: asiáticos, pero a la vez, diferentes.

III. Ahora bien, en el presente artículo quisiera contar, para ilustrar el tema, una postura muy extraña en la que me ha tocado hallarme. Algo que no entiendo. Esta semana, un ciudadano me busca desde el Perú estando yo en Chile. Mi mujer lo atiende por teléfono, quería hacerme una “entrevista” y nos pusimos de acuerdo que sería este viernes. Pues bien, no voy a decir quien es ni el diario en el que dice que trabaja. El acuerdo era una entrevista por teléfono dada la distancia. Pero la cosa se puso difícil, me envió una larga serie de preguntas para que pudiera revisar los temas de su interés. Sin embargo, llegado el día y la hora, no hubo llamada ni entrevista y menos señales sino más de una hora después.

IV. Como decía mi abuelita, “no hay mal que por bien no venga”.Este caso me permite ver claramente el maltrato que el peruano le inflige a otro peruano.Sí pues, me atrevo a pensar que muchos peruanos no tienen una identidad firme y eso los lleva a actitudes indeterminadas, ambiguas, indecisas, informales, una actitud dubitativa e improductiva. Pero eso nos lleva a la vida vista como un pasatiempo, una diversión, un juego de palabras. De ahí lo informal de muchos peruanos, el incumplimiento, la costumbre de lo inseguro, y el hábito de no hacer nada con pasión.

V. Les contaré una experiencia de años atrás en París. Una entidad había logrado becas para unos 19 o 20 peruanos cerca de los 30 años, todos ellos profesionales, muchos eran ingenieros, algunos químicos y arquitectos. Como no conocían a los franceses decidimos explicarles sus costumbres los ya instalados en la capital, para que no perdieran sus becas. Eramos tres, Mario Vargas Llosa, Julio Ramón Ribeyro y yo. Cada semana (porque teníamos mucho que hacer), nos reuníamos en una cafetería cercana a La Sorbona. Ahí les hicimos saber que si los profesores franceses los citaban en su casa para orientarles en sus trabajos, tenían que acudir a la hora y lugar indicados sin falta ni cambio alguno. Uno de los becados dijo: – Parecen alemanes. Nuestra respuesta fue insistir en la seriedad y la puntualidad, eso era la tradición y las buenas costumbres tanto en Francia como en Europa. Con estas buenas costumbres Europa se hizo. Eso no lo conocían en Lima.

VI. Desarrollaré ahora un par de temas que el periodista había sugerido: primero, “por qué las figuras de Víctor Raúl Haya de la Torre y José Carlos Mariátegui son tan fuertes en nuestro proceso democrático”. Mi respuesta hubiera sido la siguiente: ambos políticos y pensadores no se ocupaban del proceso democrático sino de una revolución y la modificación del Estado. Pero usted usa impropiamente el adjetivo, no eran fuertes. Su fuerza era sus ideas, ambos muy cultos. Y le hubiera preguntado qué libros había leído de Haya de la Torre y si había leído los Siete ensayos de Mariátegui. Me parece que no.

Otro tema, y peor que el anterior, sobre “si el Perú es un país de izquierda”. Mi respuesta hubiera sido que todo país tiene tradiciones y reformadores. O sea, diversas tendencias, o mejor dicho, izquierda, centro y derecha. Por lo visto, el periodista que pregunta no sabe que la política es una variedad de tendencias, y eso son los países democráticos y plurales. Dicho caballero no entiende que la política es una serie de ideas y proyectos, y para eso está el debate en las Cámaras y la consulta al pueblo para determinar cuál de ellos le parece el mejor, eso es la democracia. Desde 1789, la Revolución Francesa exportó sus ideas a otros países que vieron nacer las Repúblicas, pero con la separación de poderes.

VII. Hay un libro mío publicado en el 2001 que se titula El mal peruano. El mal peruano, lo he definido como el abuso del poder, la plata fácil, la falta de escrúpulos y la espera de la impunidad. Entender nuestra larga crisis de 30 años es difícil, más aún ahora que el conocimiento desaparece por la pésima secundaria, no en las universidades que hacen lo que pueden. Tantos jóvenes peruanos no han tenido una secundaria de calidad ni se han preparado bien para la formación superior, y de ahí vienen millones de peruanos que no pueden leer un libro científico ni redactar personalmente un par de páginas con ideas, un imprescindible paper personal como ocurre en todas las universidades del mundo. Millones de jóvenes han sufrido esa temible privación, esa ausencia de una buena educación. No se les ha dado las herramientras para leer y escribir. Es lo peor del Perú además de la corrupción que analicé en El mal peruano.

Publicado en El Montonero., 4 de julio de 2022

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