El siglo que se nos viene encima

Written By: Hugo Neira - Mar• 05•19

La temática de estas líneas: ciencias y tecnologías en el mundo contemporáneo y sus efectos sobre las sociedades. Ahora bien, el espacio de esta crónica invita a la brevedad. Para ello, un problema, un examen severo y una conclusión.

¿Qué nos espera en el futuro inmediato? No solo como peruanos sino como especie humana.  

Trabajan sobre esa materia diversos profesionales, y van desde instituciones gubernamentales a una densa y extensa producción intelectual y universitaria, imposible de resumir. Citaré, pues, algunos enfoques sintéticos. El primero, del 2009, americano. El segundo, un par de libros pensados en Europa. Ninguno de ellos es pesimista pero no son partidarios del optimismo bobo que se practica a ratos, en nuestro contexto. Y nadie se toma por Nostradamus.

Cómo será el mundo del 2005 al 2030, es un producto del NIC (Consejo Nacional de Información de los Estados Unidos). Lo he leído años atrás, y pensé que sus escenarios eran posibles pero no los tomé muy en serio. Hoy, hay que aceptar que no se equivocaron en varios puntos. La economía se ha mundializado. Las clases medias han emergido en India, China, y el África. Son centenas de millones de seres humanos. En el 2030, lo que se llama pobreza, será minoritaria en el planeta. Se habrán corregido los desequilibrios mundiales de un Occidente rico y un tercer mundo marginado, por un mundo caótico. El nuestro. Nudos de finanzas, migraciones o mejor dicho, desplazamientos étnicos, y contrariamente a lo que piensan nuestros economistas liberales, «desarrollos divergentes». En efecto, Rusia, China, India e Irán, son más bien, «capitalismo de Estado». Venezuela estaba en la lista. Gracias a Maduro, ya no. 

Tras esos pronósticos, hay otros actuales y en nada optimistas. Circula un libro con el título de «El retorno a la barbarie en el siglo XXI». No solo terrorismo, «la aceleración de la historia, la desaparición de la estabilidad, el desorden del mundo». La historia ya no progresa de manera continua, dice su autora. «Lo imprevisto ya no es un concepto exótico». Las sorpresas, pues, son devastadoras. La autora no es una improvisada, Thérèse Delpech, catedrática en París y en Londres. Se especializa «en estudios estratégicos». Y lo que llama «barbarie», lo tenemos delante de nuestras narices. En la abundante bibliografía, Federico Campbell, La era de la criminalidad. De Natacha Polony, «Bienvenidos al peor de los mundos». De Patrick Pharo, «El capitalismo como adicción». De Stéphane Foucart, «El Mercado como Dios». Pero el lector ni se preocupe. Esos libros no llegarán jamás a nuestras librerías. Sus autores no son ni marxistas ni liberales. Solamente gente que piensa y ha dejado los -ismos tras sus espaldas. ¡Pídanlos a Amazon!

El tema sobrepasa a nuestro país y al mundo latinoamericano. Pero hay que enterarse. Las revoluciones técnicas y las políticas de las potencias actuales, pueden variar y lo imprevisto forma parte de ese futuro inmediato. Es obvio que formamos parte de la transformación planetaria, queramos o no queramos. Llegará a los Andes.

Publicado en el portal de noticias Café Viena, 5 de marzo de 2019

Colonialidad. Cuba y Maduro

Written By: Hugo Neira - Mar• 04•19

Con el recuerdo de Anibal Quijano.

Hay en Santiago de Chile un diario, El Mercurio, chapado a la antigua, pero con juicios secos y veraces. En su edición del 02/03/19, Hernán F. Errázuriz comenta lo ocurrido en la frontera de Colombia y Venezuela, observando que «la reunión en Cúcuta no alcanzó las repercusiones que se esperaba». «No ha habido manifestaciones incontenibles para ingresar la ayuda humanitaria, ni masivas deserciones de militares bolivarianos. De los más de mil generales del Ejército venezolano, ninguno desertó». Por otra parte, un diario virtual, esta vez argentino, publica la lista de militares cubanos que residen en Venezuela. Ese diario había entrevistado al teniente coronel de la Guardia Nacional de Venezuela, José Antonio Colina Pulido, que ha denunciado a nivel internacional, la injerencia del actual régimen cubano en Venezuela. «Ha llegado al punto de tener efectivos militares que en un momento de tensión pueden atentar no solo contra las fuerzas armadas venezolanas con la finalidad de neutralizarlas, sino, también en contra del pueblo de Venezuela».

Petróleo y militares cubanos en Caracas van juntos. Se conoce con nombre propio la jefatura del Estado Mayor poblada de cubanos. Los más conocidos, el general de División Leonardo Adollo, 60 años, estuvo como teniente en Angola, segundo jefe de Estado Mayor de las FARC en Cuba,  dirige en  Venezuela, la «Operación Bastión», que consiste «en el plan que realizarían los batallones cubanos estacionados en Venezuela, en caso de emergencia ante cambios políticos» (Diario La Mira, Buenos Aires). En cuanto al petróleo, es sabido que la Venezuela de Maduro envía cantidades de barriles por día, unos expertos afirman que 90 mil (diario El Nacional) y otros, 55 mil. El crudo llega a La Habana pese a los problemas económicos y sociales de la Venezuela actual. No hay ganancia sino el petróleo como forma de pago por la tutela militar cubana. O sea, eso va a durar mientras haya petróleo.

La Cuba de Fidel Castro no pagó nunca la inmensa ayuda que recibieron antes de la caída del Muro de Berlín. En la Cuba de entonces se vivía muy bien porque el Tío Iván —entonces soviético y no ruso— ponía la plata. La isla era un escaparate, una vitrina, una cámara de comercio que asombraba a los visitantes, en particular los sudamericanos, por el éxito del modo de producción socialista. No lo había. Cuba era un protectorado soviético, importante al estar a tiro de la Florida. Un cuchillo en el cuello del Tío Sam. Y cuando esa renta cesa, la pasaron muy mal. Hoy, la lista de militares cubanos, en Internet, da la vuelta al mundo. El General de Brigada Alejandro Rondea Marrero, cubano, quien reporta a Hugo Carvajal, «actualmente, máxima autoridad de la inteligencia nacional». Venezolana. Con sinceridad, veamos la actual situación venezolanocubana.

No podemos seguir mirando el tablero de poder de la América Latina con los criterios de la guerra fría. Ese mundo bipolar —la URSS y el Occidente capitalista— ya no existe. En esa época, los dos grandes se entendían y no hubo una guerra nuclear. Y lo que ocurriese en el Tercer Mundo, les importaba poco. Esa fue la época de las dictaduras militares, las más feroces, en la América Latina. Rafael Leonidas Trujillo, dominicano. Videla y su Junta, en la Argentina. El caudillismo dictatorial, un mal endémico. Y como sabemos, aparece una corriente literaria. El ciclo sobre los tiranos sudamericanos, Miguel Ángel Asturias con El Señor Presidente, en 1967. Había escrito Hombres de maíz y Mulata de tal, pero esa novela lo lleva a la fama y al Nobel literario. Alejo Carpentier, dos obras, El siglo de las luces, y El recurso del método, en 1974. La obra de Carpentier, aunque embajador de Cuba, es paradójica. Su personaje central, Víctor Hughes, francés y revolucionario, se asemeja enormemente a los líderes sudamericanos que transfieren conceptos europeos a la América Latina, produciendo infiernos y no paraísos. Y lo de «recurso», es también mofa. El dictador no tiene el discurso del método, eso fue el filósofo Descartes, sino «recurso», o sea, la maniobra, la maña. Fue y es una literatura prodigiosa. Mario Vargas Llosa, La Fiesta del Chivo (2000). García Márquez, El otoño del patriarca. Y Yo el Supremo, la novela del escritor paraguayo Augusto Roa Bastos.

La novela de los dictadores es “el realismo mágico”, pero también una lúcida reseña histórica. Para Roa Bastos, a quien conocí (era profesor en Toulouse), «el Supremo es José Gaspar Rodríguez de Francia, que al cerrar las fronteras, es el fundador de la nación paraguaya». Y eso lo decía un exilado por Stroessner. Hay algo en común en los tiranos del ayer, su estabilidad. Rafael Trujillo, personaje de la novela de MVLl, gobernó de 1930 a 1961. Cuando no tenía la presidencia, era porque había puesto a sustitutos. «La era Trujillo». Mantenían un orden. ¿Qué eran esos dictadores? Incluyendo al argentino Videla. Dictaduras «duras y malvadas», pero nacionales. A la Venezuela de Maduro la apoyan gobiernos semipopulares y semitiránicos, la Rusia de Putin, Irán, la Turquía de Erdogan —otro caudillo populista— y la potente China. Mañana podemos tener de vecinos a los iraníes. ¿Qué bueno, no? El Islam duro, en los riñones. Maduro y la geopolítica a niveles caribeños.

Venezuela es hoy una colonia de Cuba. Me saco el sombrero ante los hermanos Castro, ¡vaya golpe! La pequeña isla, capital del territorio venezolano. Chávez y Maduro han cometido el más grave de los atentados a su patria y a toda la América Latina. Han reinventado el colonialismo. Y pensar que se inspiran en Bolívar, anticolonialista per se. Van a entregar Venezuela al mejor postor. ¿Tiranos? Peor que eso. Vendepatrias.

Publicado en El Montonero., 4 de marzo de 2019

https://elmontonero.pe/columnas/colonialidad-cuba-y-maduro

América, la nuestra

Written By: Hugo Neira - Feb• 27•19

Cuando a Max Weber se le pregunta para qué servía su Sozialwissenchaft (ciencias de la sociedad) su respuesta fue «desencantar el mundo». No lo han entendido. Del derecho y la economía había pasado a la historia y la filosofía. La sociología se ocupa también de la magia como de las religiones. Pero centralmente, de las sociedades. Y evitando oráculos y profetas. Por relación social debe entenderse una conducta plural. Y ese comportamiento colectivo no siempre es racionalista. En muchos casos lo sustituyen los mitos. O sea, la irracionalidad.

Tenemos uno. Mito, una ilusión, que nos avergüenza declarar. Estamos convencidos de que la América del Sur es una suerte de Estados Unidos fallidos. Es riesgoso decirlo, cada cultura guarda sus grandes mentiras. Voy a utilizar el punto de vista de uno de los pensadores más libres que hemos tenido. No diré de inmediato su nombre. Cuando le preguntaron sobre la independencia, la respuesta fue: «el nacimiento de los Estados Unidos es un hecho histórico de significación opuesta al nacimiento de la América Latina. Los Estados Unidos nacieron con la modernidad. Es decir, la Reforma (protestante), el individualismo, la Enciclopedia, la democracia, el capitalismo. Nosotros nacimos con la Contrarreforma, el Estado absolutista, la teología neotomista, el arte barroco». «A la excepción de Argentina, Uruguay y Chile, las poblaciones autóctonas fueron siempre importantes». «En cambio, en los Estados Unidos y en Canadá, los nativos fueron exterminados o marginados». Sus independencias fueron diferentes. «En los países de América Latina fue la consecuencia de la decadencia de España y la disgregación de su imperio. En el norte, se emanciparon de la metrópoli británica para extenderse hacia el oeste del continente». El pensador citado es Octavio Paz.

Por si acaso, conocía a pie juntillas a los poetas modernistas de los Estados Unidos. Cuando la guerra civil en México, su familia se había instalado en Los Ángeles, y a los seis años, hizo su kindergarten en inglés. Luego conoció los poetas surrealistas franceses y la España de Ortega y Gasset. Con lo cual se desmorona cierto mito. Lo cosmopolita quita la identidad, es lo contrario. ¿Dónde J. C. Mariátegui se encontró a sí mismo? En su viaje por Italia. ¿Y Vallejo, Scorza, Bryce, Vargas Llosa?

Otro mito que me inquieta. El desdén por la gramática castellana. En muchos textos, noto que no se usan los conectivos. Aquellos como «por una parte, por la otra». Por lo visto, no hay sino una sola verdad¡! Y entre tanto, se aprenden otros idiomas, lo cual es saludable, ¿y se ignora lo propio? En fin, me asombra la escritura lineal sin matices, oraciones subordinadas que se siguen unas a otras. No se usa frases cortas. Y sin embargo, a lo Nietzsche, el aforismo, en Más allá del bien y del mal. 1886.

Voy a dar un ejemplo de sus ventajas en un escritor sudamericano. Nos explica cómo al poeta Byron le importaba Simón Bolívar, y escribe: «Si Byron no marchó a América, fue porque la inmediata aventura de Grecia le atrajo más de cerca. Pero tal era su entusiasmo por Bolívar, ‘de virtudes políticas’ (…), que a su yate lo llamó Bolívar. En ese yate fue a rescatar las cenizas de Keats, ahogado en las aguas del Mediterráneo italiano». Frases breves.

Se llama Germán Arciniegas, colombiano. El libro citado es una panorámica de nuestra cultura latinoamericana. ¿No conoce el lector El continente de siete colores? Entonces se pierde algo de lo mejor. Octavio Paz, Borges, Arciniegas, deberíamos conocerlos. Nuestro destino somos nosotros mismos. Los Estados Unidos son una singularidad. Nosotros también. No hay un modelo único para las civilizaciones.

Publicado en El Comercio, 27 de febrero de 2019

https://elcomercio.pe/opinion/columnistas/america-nuestra-hugo-neira-noticia-611686

 

La vida nueva, que desde la niñez ardía

Written By: Hugo Neira - Feb• 25•19

Los que me han llamado me conocen, saben que carezco de cálculo alguno y menos de ambición política. No es que la desprecie, y menos a quienes le dedican su vida. Las líneas que siguen, son una suerte de anticipación de lo que pienso escribir en esta columna. Pero para comprenderme, creo que no tengo más remedio que explicar sin vanidad, de dónde provengo.

Soy un caso particular. Mi padre, un rebelde, que por eso entra a la policía montada. Así conoce a mi madre, en Abancay, señorita de gran familia, los Samanez. Se amaron, se casaron, tuvieron dos hijos y se divorciaron. No estaban hechos para vivir juntos. Fueron mis abuelas paternas las que se ocupan de mi infancia, las Damiani, ellas mismas, singulares. Arequipeñas de origen italiano, estudiaron en el norte de Italia. Fueron para mí tutela y rigor. Luego, un segundo rigor, el barrio en el cual crecí, Lince, barrio de broncas. Mi adolescencia fue un interminable combate callejero. La tercera lección de exigencia fue la escuela fiscal, recuerdo el nombre, el 429 de Lince. Escuela estatal, o estudiabas o te ibas. Luego, secundaria en el Melitón Carvajal. ¿Alguna sorpresa, que a los 18 años y muertas mis abuelas, entrara en San Marcos y trabajara como obrero para sobrevivir y estudiar? Tuve una cultura ni criolla ni andina. Quizá, por eso, una mirada distinta a la de otros escritores. Fuera de etnias y clanes familiares, navegué a contracorriente. No es una cuestión de ideología sino de modo de ser.

Pero sí, la suerte y el azar. Me dieron becas, por lo menos para ir a comer al restaurante universitario, “la muerte lenta”, en San Fernando. Luego, la fortuna quiso que Porras me llamase a trabajar en su casa, junto a Pablo Macera, Carlos Araníbar y Mario Vargas Llosa. En fin, periodista, años después, desde 1961, en el diario Expreso, cuando lo dirigía José Antonio Encinas. Me enviaron al Cusco como corresponsal de guerra, y mis crónicas son Cuzco, tierra y muerte. Libro que me dio un premio nacional y el azar, un inesperado salto a Francia. François Chevalier, profesor francés de paso por Lima, buscaba un peruano para completar su equipo y me invita a trabajar en París. Curiosa historia. Difícil de repetirse.

Vengo, también, de la inevitable errancia. Hoy dicto cursos, editan mis libros, pero el Perú no es un jardín del Edén. Me viene a la memoria una frase de mi maestro Porras: «la recompensa falaz de las suplantaciones de mérito». Pese al raje y las envidias, continúo con mis investigaciones. Y hago poca vida social y poquísimo tuiteo. Mi programa para ustedes, abarcará las ciencias sociales y lo que corresponde a un siglo de tecnociencias como el XXI. Transformaciones de sociedades, nuevos modelos de gobernabilidad y el renacimiento mundial de una cultura ligada a diversos saberes, tanto científicos como humanistas. Mis crónicas solo se harán para conducir al ciudadano lector hacia su propia libertad.

Publicado en el portal digital Café Viena, 25 de febrero de 2019

http://cafeviena.pe/index.php/2019/02/25/la-vida-nueva-que-desde-la-ninez-ardia/

 

¿Vaticano o Pandemonio?

Written By: Hugo Neira - Feb• 25•19

Mafias internacionales y locales, novedad de las tecnologías, amenazas de la Rusia de Putin con nuevos misiles, nuevas modalidades de terrorismo, hackers que atacan Estados, bancos y empresas, catástrofes naturales del cambio climático, Maduro y los países totalitarios que lo apoyan, ¿y ahora se suma la asombrosa crisis en la Roma católica? Pasmo y turbulencia al enterarnos de que «el Vaticano es la comunidad homosexual más importante del mundo» (Martel). Me sorprendo escribiendo esta crónica. Estamos en un siglo en que lo imprevisto no tiene límites. Pandemonio quiere decir ruido y confusión.

Los diarios del mundo. «El Vaticano en vilo, un libro destapa la red gay en la jerarquía». No es tan simple, ¿una red? Lo veremos mas adelante. El destape se llama Sodoma, investigación en el corazón del Vaticano. Su autor, el sociólogo francés Frédéric Martel. Lo he escuchado estos días en la televisión francesa. Ha explicado cómo escribió ese libro. No es un libelo.

En su extensa historia, la Iglesia ha sufrido ataques panfletarios. Para mí, la Iglesia es una institución, un clero y no soy de los que van a misa, pero respeto a las religiones, a todas, desde la fe de mis abuelas a los budistas. Por eso mismo, me impresiona lo que está pasando. Sodoma está siendo impreso en 8 lenguas y estará en librerías desde el 1° de abril. Pero vivimos la era de Internet. Desde el 21 de febrero se ha lanzado el ebook. Y lo he adquirido. 600 páginas. Martel ha entrevistado a 1500 personas del Vaticano, 41 cardenales, 52 obispos y prelados. Un trabajo de 4 años. Ha viajado a 30 países, al encuentro de clérigos en la América Latina, Asia, los Estados Unidos y el Medio Oriente. En su libro confiesa haber vivido al menos una semana por mes en el propio Vaticano, «bajo la hospitalidad de prelados que se reconocían formando parte de esa sociedad de homosexuales clérigos», a los que ellos mismos llaman, «la parroquia». Códigos entre ellos. En su libro dice que nunca ocultó su condición de periodista y de investigador.

Al grano, el problema no es el sexo ni la homosexualidad. Es el engaño. La doble moral de cardenales, arzobispos y prelados. Homofóbicos en público y gay en privado¡!

Martel no se ocupa de rumores ni de chismes. Roma no es Lima. La impresión que me deja al leerlo, es que acaso es el primer especialista de la vida de los que residen en el Vaticano. Los conoce uno a uno. En su libro desfilan personas de carne y hueso, el cardenal Benjamin Harnwell, que no tiene inconveniente en declararse gay. O el cardenal Burke, quien tiene una posición extremadamente compleja. Es el cabecilla de los «homófobos», o sea, de los que no aceptan a los gay, al tiempo que él se declara uno de ellos. ¡Vaya usted a entenderlos!

La revelación de estos días es que hay un Vaticano gay y el sartén por el mango. Aquí entra a tallar uno de los entrevistados, Francesco Lepore, y esto no es novelita con personajes imaginarios. Lepore era el orgullo de los cardenales por su inteligencia, hasta que lo «reducen» al estado laico (qué idea, como si el laico fuese inferior al que lleva sotana). Y cuando lo interroga Martel, su respuesta es «pienso que son un porcentaje muy elevado, por lo menos el 80%». La noticia dio la vuelta al mundo. ¿Es exacta? Poco importa. Una hegemonía. Pero en secreto.

No estamos, pues, ante lo que el papa Juan Pablo II llamaba «las ovejas perdidas». Estamos ante un fenómeno mayor. Eso que los sociólogos norteamericanos llaman un pattern. En el Vaticano, los seminarios, o la vida cotidiana, es «homoerótico», dice Martel. Además, comunidad homosexual pero dividida. En Sodoma, Martel describe la existencia de clanes¡! Su descripción es real y patética. Hay los drag-queens, los realistas, los fluidos, los queers, los no estables, los extravagantes. Y entre ellos se insultan, se dicen «locas». Los matices son para que toda variante gay sea admitida. Y luego, Martel ironiza, “Oscar Wilde habría aplaudido”.

¿Qué pasa en el mundo católico mientras los prelados la pasan muy bien en el laberinto sexual del Vaticano de hoy? Aquí, la opinión sin tapujos de un cardenal, Marc Quellet: «Progresión inimaginable de escándalos y abusos sexuales, una Iglesia en estado de estallar». No es solo el Vaticano, sino «en todas las parroquias del mundo, en las conferencias episcopales, en todas las diócesis, la contaminación». «La Iglesia parece un Titanic a punto de hundirse». La Iglesia está lejos de la grey. «Ni en Alemania, Suiza, o Austria la gente católica entiende la oposición de Roma a la contracepción, los preservativos, las uniones libres, y menos aún, el celibato de los curas». Sin embargo, y es hora de decirlo, el papa Francisco en sus homilías matinales en Santa Marta, hablaba de «los falsos devotos, los rígidos insinceros», y con frases cabalísticas, «detrás de los rígidos, algo se esconde». Ya sabemos qué. El secretismo. Hay sin embargo una salida. Los curas de la religión ortodoxa —los coptos, los primeros cristianos de los primeros tiempos—, se casan, tienen mujer e hijos, y llevan la sotana.

¿Cuándo ha comenzado esta cruzada? Cuando Francisco le dice al maestro de ceremonias, ya nombrado papa, «se acabó el carnaval». Lo que ocurre en el Vaticano, no es un asunto baladí. Concierne a 1’165’714’000 de seres humanos. Las religiones también tienen mutaciones. ¿Es el fin del celibato? ¿Qué pasa en el Vaticano? Acaso, una vez más, la soberbia de los que se creen intocables.

Pero hay algo más, algo muy enrevesado y complicado. Ese mundo del Vaticano gay, está poblado de una masa crítica de sacerdotes cultos y con experiencia, y sin embargo, ¿son a la vez, homófobos y homosexuales? Roma está en Europa y hace rato que la homosexualidad no es un delito. Aquí hay un enigma, que abordaremos en el siguiente artículo.

 

Publicado en El Montonero., 25 de febrero de 2019

https://elmontonero.pe/columnas/vaticano-o-pandemonio